La construcción de un hospital en Israel ha terminado con el increíble hallazgo de dos sarcófagos únicos de 1.800 años de antigüedad. Este descubrimiento se ha llevado a cabo en el Centro zoológico de Tel Aviv-Ramat Gan durante las obras del edificio que proporcionará la atención necesaria para las aves y mamíferos del recinto.

Simplemente, los ataúdes de época romana emergieron a la superficie mientras removían el suelo para su posterior edificación. Inmediatamente, Rami Tam, jefe de la zona de la sabana africana, se puso en contacto con las autoridades competentes, quienes se sorprendieron de la aparición de tales joyas en mitad del zoológicos más grande de Israel.

Tras examinar este hallazgo sin precedentes, los trabajadores más veteranos del Safari recordaron que los sarcófagos ya habían sido hallados años atrás en el parking del recinto. Fueron trasladados a un lugar cercano a la clínica veterinaria y la zona de la sabana africana, pero con el paso de los años cayeron en el olvido y volvieron a sumergirse bajo la arena y la espesa vegetación.

Según indican los expertos, estas recuperadas piezas debieron pertenecer a individuos de clase alta dada su ornamentación. Fabricados con piedras locales, probablemente de las colinas de Judea y Samaria, se observan adornos como discos simbólicos o guirnaldas de flores. Entre las guirnaldas hay espacios en blanco de forma ovalada, y los arqueólogos creen que originalmente estaban destinados a rellenarse con un motivo de racimo de uvas. Sin embargo, por alguna razón que se desconoce, el trabajo quedó sin terminar.

¿De quién son?

Asimismo, señalan que el estilo fue importado de los míticos sarcófagos de la isla de Mármara. Ubicada en Turquía, fue conocida en el pasado por el nombre de Proconeso. La isla era conocida por la explotación de mármol blanco, lo cual derivó en un comercio de sarcófagos y elementos escultóricos fabricados con dicha roca.

Por el momento se desconoce a qué individuos de la alta sociedad pueden pertenecer estos dos sarcófagos. Los más probable es que, debido al parecido de ambos ataúdes, fueran marido y mujer. Esta pareja que vivió en el periodo romano hace 1.800 años jamás pensó que serían encontrados junto a jirafas, elefantes y demás animales.

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