Hace tres siglos, el pensador Denis Diderot soñaba con escribir sobre todo el arte que existía en el mundo. Deseaba viajar y contemplar las grandes obras flamencas, italianas y francesas. No obstante, el tiempo y la distancia se lo impidieron en numerosas ocasiones. En 2020, aunque desconozcamos qué pensaría el filósofo sobre los grandes avances tecnológicos, internet posibilita acceder a centros culturales a miles de kilómetros de nuestros hogares. Podemos vivir el arte en su plenitud.

Lo cierto es que la pandemia ha acelerado este tipo de proyectos online en los que las galerías abren sus puertas virtuales a los visitantes. Gracias, precisamente, a un evento online organizado por El ESPAÑOL y ACCIONA sobre las Tendencias en los museos post-Covid: una nueva manera de vivir la cultura y el arte, se ha desarrollado un tema que puede revolucionar el acceso a la cultura. ¿Seguirán estas nuevas formas de disfrutar del patrimonio artístico una vez haya desaparecido la pandemia?

En el evento, que ha tenido lugar este miércoles a las 10:00 de la mañana y ha sido moderado por Carmen Serna, redactora jefa de Cultura y MagasIN de EL ESPAÑOL, han participado Manuel Fernández, director de Desarrollo de Negocios de Acciona Ingeniería Cultural; Rocío Ortíz Moyano, conservadora jefe del Departamento de Difusión del Servicio de Museos de la Secretaría Gral. de Museos Junta de Andalucía; Ana Longoni, directora de Actividades Públicas en el Reina Sofía; María José Sánchez Lorenzo, coordinadora del Museo Tiflológico de la ONCE y Matteo Mancini, director del Departamento de Historia del Arte de la UCM.

"Desde marzo, el museo se ha visto obligado a vivir una experiencia inédita", ha expresado Rocío Ortíz en la mesa redonda. Por gracia o por desgracia, los diferentes centros culturales han realizado su adaptación digital, "en términos generales, de forma exitosa".

Ana Longoni conoce perfectamente este contexto que ha manifestado Ortíz, ya que el Museo Reina Sofía estuvo completamente cerrado desde marzo hasta junio. Mientras el Reina Sofía se volcaba en una revolución digital, Longoni confirma en directo cómo esta extrapolación de lo físico a lo virtual ha traído consigo novedades: "Se reforzaron vínculos con personas de América Latina que participaron en conferencias, seminarios etc.". La globalización que supone internet ha permitido la democratización y la participación de personas de todos los rincones del mundo, con sus "contrastes y afinidades", que han colaborado en los nuevos museos localizados físicamente en ciudades concretas.

Existen complicaciones y limitaciones. Es cierto, como apunta Ortíz, que los contenidos digitales no siempre son bien recibidos por un público mayor y envejecido que no ha crecido en el ámbito digital.

Museo para todos

Por otro lado, lo que sí ha reivindicado la digitalización es la ayuda a la integración de todos los públicos. Los planes virtuales de los centros culturales también pueden desarrollarse de manera híbrida. No se trata solo de dar posibilidad de llegar al arte desde un extremo físico y otro online, sino fusionar ambos. "Para lograrlo, debemos usar la tecnología más innovadora, la creatividad y la sostenibilidad", explica Manuel Fernández.

Cada vez será más frecuente apreciar dentro del museo físico herramientas interactivas más allá del objeto a contemplar. Estos recursos vienen formándose desde hace años pero la pandemia ha acelerado su uso en las galerías. Los museos, además, no solo se resisten a la rendición ante el coronavirus, sino que reivindican una total adaptación de cualquier persona con discapacidad: la integración es necesaria y más en los tiempos que corren

Para ello, la intervención de María José Sánchez Lorenzo esclarece muchas cuestiones que uno pueda tener acerca de esta posible integración. Al Museo Tiflológico de la ONCE la pandemia les ha obligado a reinventarse. En una época donde los abrazos no están permitidos y donde el contacto entre individuos no es recomendable, las personas con discapacidad visual han visto mermada uno de sus sentidos para analizar la realidad.

El Museo Tiflológico no ha querido olvidarse de la importancia del tacto, un tacto para poder ver, no con los ojos sino con las manos. De esta manera, gracias a una estrategia higiénica eficaz, los visitantes pueden tocar los objetos para percibir no solo su forma, sino la textura.

En definitiva, los proyectos culturales no cesan. Ya sean proyectos de iniciativa privada o pública pretenden que ese futuro innovador y cultural se convierta en presente. Las restricciones perduran en el tiempo pero los museos han sabido, desde la seguridad, seguir su curso adaptándose a las nuevas demandas digitales que requieren estos meses pandémicos. Matteo Mancini, de todos modos, habla claro sobre esta internacionalización que facilitan las redes: "Los museos los están salvando los autóctonos". En este barco cultural nadie ha de quedar sin su camarote.

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