Alejandro, el hijo de María Jiménez, en el plató de 'Fiesta'.

Alejandro, el hijo de María Jiménez, en el plató de 'Fiesta'. Mediaset

Famosos ENTREVISTA

Alejandro, el hijo de María Jiménez: "Vendo sus cosas porque me pertenecen. Pago impuestos y no engaño a nadie"

EL ESPAÑOL ha entrevistado al único vástago de la intérprete de 'Se acabó' tras conocer que había puesto a la venta varias pertenencias de su madre.

Más información: Alejandro, el hijo de María Jiménez, vende accesorios "bendecidos" por su madre desde 18 euros en su página web

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Poco más de dos años han pasado desde el trágico fallecimiento de María Jiménez. El 7 de septiembre de 2023, la intérprete de Se acabó perdía la vida a causa del cáncer de pulmón con el que llevaba lidiando un tiempo.

La muerte de la afamada artista, como no podía ser de otra forma, dejaba un importante vacío en todo un país. Aunque era su único hijo, Alejandro (41 años), fruto de su relación con el malogrado Pepe Sancho, quien no encontraba consuelo alguno.

A lo largo de estos casi 800 días, el legado de María Jiménez se ha mantenido vivo gracias a su vástago. Desde que la cantante pereciera, Alejandro Sancho ha llevado por bandera la figura de su madre. No obstante, también ha encarado diversas y variadas críticas durante este tiempo. La mayoría de ellas vinculadas a la forma en la que ha gestionado su patrimonio.

A finales del pasado mes de julio, se conocía que la casa de María Jiménez en Chiclana de la Frontera, Cádiz, estaba disponible para alquiler turístico a través de una conocida plataforma. Era su hijo, Alejandro, quien gestionaba las reservas mediante Booking.

Unos meses más tarde, el pasado septiembre, Alejandro Sancho Jiménez volvía a ser noticia tras anunciar la venta de joyas "bendecidas" por su madre en su página web. Ahora, tras el innegable éxito, ha vuelto a añadir diversos accesorios que pertenecieron a María.

Ambas situaciones, cabe apuntar, han dado paso a un sinfín de críticas durante este tiempo. El gaditano, por su parte, ha aclarado a EL ESPAÑOL la razón principal detrás de esta decisión.

"El motivo de poner a la venta todos estos artículos de mi madre es que tengo un montón de cosas que no puedo usar, guardar ni almacenar", ha comenzado diciendo Alejandro en la distendida charla que ha mantenido con este portal.

Diferentes espacios de la casa de María Jiménez en Cádiz.

Diferentes espacios de la casa de María Jiménez en Cádiz. Booking

Alejandro, comenta que no puede guardar ni almacenar todas las cosas de su madre. ¿De ahí surge la idea de ponerlas a la venta?

Exacto. No puedo quedarme con todo. La gente por redes me pedía tener algo suyo -un pintalabios, un cepillo, cualquier detalle-, y pensé que la mejor manera era poner algunas piezas en mi página web. Puse unas 20 y se vendieron enseguida.

¿Cómo funcionó?

Se vendió todo muy rápido. Si hubiera puesto 200 piezas, también se habrían vendido. La gente está muy agradecida; sienten que tienen un pedacito de ella, algo que huele a su colonia. Es casi un amuleto.

Mucha gente se pregunta por qué no regala sus pertenencias.

Porque si las regalara, la gente no las valoraría igual. Además, hay gastos detrás. Prefiero venderlas a través de la web, que es una forma organizada y respetuosa de hacerlo.

Ahora ya estoy buscando los bolsos para sacar una segunda promoción. Primero fueron collares y pulseras y ahora van a ser bolsos. Y después de los bolsos, irá ropa, porque también tengo baúles llenos que no utilizo, aunque sí uso muchas prendas -pantalones o camisas- de mi madre a día de hoy.

Todo a lo que no voy a sacarle partido y que no es icónico para una exposición, yo lo voy a poner en la página web porque creo que es la mejor manera de que la gente tenga algo de ella. Entonces, ahora sí que es momento de contactar con una casa de subasta. Fotografiaré lo que no quiero tener en casa, es decir, cosas que puedan ir a una subasta. Y si es de María Jiménez y tiene más valor, mucho mejor.

María Jiménez, en una imagen de archivo.

María Jiménez, en una imagen de archivo. Gtres

Ha recibido severas críticas por ello.

Son cosas mías, que me pertenecen. Yo puedo hacer lo que quiera. No estoy robando ni engañando a nadie. Solo quiero acercar las cosas de mi madre a su público, como hacen muchos hijos de artistas reconocidos.

Cabe recordar que Alejandro Sancho es el heredero universal de la herencia de María Jiménez.

¿Y el dinero que obtienes con las ventas?

Lo reinvierto en la página web. Pago impuestos, compro fotografías originales, colaboro con diseñadores y mantengo viva la marca María Jiménez. No quiero que nadie plagie su imagen ni que se pierda su legado.

Hace poco hubo casos de webs falsas que usaban su nombre.

Sí, denuncié varias. Montan tiendas fantasma con el nombre de mi madre, venden productos que no existen y engañan a los fans. Es una pena, pero demuestra el interés que sigue despertando María Jiménez.

Unos meses atrás, ya se convirtió en noticia tras salir a la luz que alquilaba la vivienda de su madre en Cádiz. ¿Cómo lo vivió?

Sí, y lo expliqué. Era una manera de compartir su recuerdo, pero hubo malentendidos. Siempre hay críticas, buenas y malas, y las acepto. No me afecta mientras sepa que no hago daño a nadie. Si es verdad que se coló aquí un paparazzo para grabar y sacar todos los defectos que tenía.

Ahora se acerca el homenaje en Sevilla, con los jardines dedicados a ella.

El 25 de octubre inauguramos los Jardines María Jiménez en el Muelle Camaronero. También hay un banco con su nombre en el Retiro y una estatua en Chiclana. Todo eso mantiene vivo su recuerdo.

Más allá de ser el hijo de Pepe Sancho y María Jiménez, usted tiene su propia identidad. ¿Cómo es la vida actual de Alejandro Sancho Jiménez?

He vivido en Inglaterra e Ibiza, trabajé en fotografía y con fondos de inversión. Luego, volví para cuidar de mi madre durante su enfermedad y ayudarla a gestionar su patrimonio.

En 2016 tuve a mi hija y luego en 2018 nació mi segundo hijo y me he centrado en el cuidado y la crianza de los pequeños. Tuve mucha suerte cuando murió mi padre porque recibí una cantidad de dinero importante. Lo fui invirtiendo en propiedades en Madrid y reformas hasta que ya lo tuve que empezar a utilizar.

Ahora vivo en la casa de mi madre en Chiclana de la Frontera y la estoy arreglando. Es una casa muy grande y la estoy poniendo bonita por dentro y por fuera. Intento vivir lo más feliz posible porque he vivido muchas etapas complicadas en casa.

María Jiménez y Alejandro Sancho.

María Jiménez y Alejandro Sancho. Instagram

¿A qué duros momentos hace alusión?

Cuando se separaron mis padres me utilizaron y me pusieron de por medio. Para mí ha sido un trauma y he llegado a huir de mis padres y de mi familia para buscarme la vida. Ahora, con mi mujer y mis hijos, la comunicación es algo fundamental, aunque mis padres siguen presentes.

De hecho, anoche soñé que estaba en un teatro. De repente, vi a mi padre salir al escenario. En el sueño, al darme cuenta de que era él, me puse a llorar. Lloraba sin parar, varias veces. No hablaba, solo me observaba desde el escenario, y yo me quedaba allí, sentado, mirándole, sintiendo algo muy fuerte.

En ese sueño era consciente de que mi madre ya no estaba, pero mi padre sí. Sentía su presencia con mucha intensidad, como si siguiera vivo. Le conté a mi mujer que no era la primera vez que me pasaba: he soñado varias veces que mi padre se muere, pero luego aparece. Es fuerte, sí. En mis sueños es como si se hiciera el muerto y después volviera. Y anoche me volvió a pasar.

En el sueño intentaba explicarle a él que mi madre ya no estaba. Lloraba muchísimo. Fue un mal rato, pero al mismo tiempo, de alguna forma, también era agradable… porque me encontraba con él.

María Jiménez y Pepe Sancho.

María Jiménez y Pepe Sancho.

Esa mezcla de emociones me removió mucho. Porque para mí, la separación de mis padres fue durísima. La gente puede juzgar lo que quiera, me da igual, pero el calvario que yo viví desde los 11 años no se lo deseo a nadie.

A esa edad vi cosas que ningún niño debería ver. Vi un disparo en mi casa. Y todavía hoy, cada vez que paso por la esquina de aquella casa, me acuerdo de aquel día. Son imágenes que se te graban. Eso es un trauma para un niño de 11 años. Y yo lo arrastré durante muchos años, desde los once hasta los veinte. Viví con ese trauma pegado al cuerpo.

Mis padres tenían un carácter muy fuerte, los dos. El de mi padre era el de firme, tajante. Era un hombre de palabra dura y maneras rígidas. Vivir así era un infierno a veces.