Una fotografía del actual estado del terreno donde vivió Sandra Fernández de Villavicencio con su hijo, Kenzo. EL ESPAÑOL
Así vive la hija del marqués de Larios 7 años después de que su padre la desahuciara en balde: solar baldío y sin rastro de casa
EL ESPAÑOL accede a unas fotografías que demuestran el estado actual de la finca de La Moraleja donde Sandra vivió y fue desahuciada en 2018.
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Una nerviosa Sandra Fernández de Villavicencio (37 años), hija de José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta, IV marqués de Larios, en compañía de su hijo Kenzo (13), recibía a EL ESPAÑOL el 17 de abril de 2018 en la que, hasta entonces, era su casa en La Moraleja.
Ese día, aciago y triste, Fernández de Villavicencio era desahuciada por su propio padre -Sandra nació fruto de la historia de amor que vivió el marqués con Eva Frommer- del hogar donde hacían vida, de 390 metros construidos en una parcela de 2.600.
Después de varios litigios paternofiliales -tras el divorcio de sus padres, Sandra pudo disfrutar del usufructo de la casa-, y de una primera intentona de lanzamiento judicial, Sandra tuvo que abandonar la que había sido durante 23 años su residencia.
Dos imágenes del estado de dejadez que presenta el solar en el que estaba edificada la casa de Sandra Fernández de Villavicencio. EL ESPAÑOL
Sandra quiso que este periódico fuera testigo directo de cómo la policía judicial echó abajo la puerta de la mansión. Arguyó entonces el marqués de Larios, siempre según la versión de su propia hija, ser un simple trabajador sin lugar donde vivir.
Es decir, dicho de otro modo, quería echar a la calle a su hija y a su nieto para, así, él poder vivir en la residencia.
Sandra, en cambio, nunca creyó esa presunta maltrecha economía de su padre: "Una persona que paga 10.000 euros mensuales de colegio interno privado en Inglaterra a sus dos hijos actuales tiene un poder adquisitivo muy elevado".
El padre dejó en la calle a su hija, con todo el escándalo mediático que ello conllevó. Tras aquel trance, la hija y el nieto del marqués tuvieron que empezar de cero. Sandra, con gran dolor, reveló a EL ESPAÑOL que su padre quería derruir la casa y construirse otra.
La valla verde que protege el terreno donde estaba la casa, en La Moraleja. EL ESPAÑOL
De acuerdo a ese argumento, José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta quería recuperar su residencia y allí vivir con su nueva familia. "Se están montando un caserón", dijo Fernández de Villavicencio tiempo después a este medio.
El año pasado, en febrero de 2024, EL ESPAÑOL publicó que la casa había sido derruida. ¿Para comenzar las obras de ese hipotético proyecto? Hoy, más de un año y medio después, la respuesta es clara: ni rastro de la casa.
EL ESPAÑOL puede confirmar, apoyado en las fotografías exclusivas que ilustran este artículo, que el terreno donde antes estaba la casa de La Moraleja hoy está abandonado, baldío, lleno de vegetación descontrolada y sin cuidar. Por supuesto, no existe nueva casa.
Se puede colegir así que el marqués de Larios desahució a su hija mayor en balde, para nada, sin ningún objetivo de nueva vida en el inmueble. A día de hoy, ni existe casa ni planes de que se vaya a construir.
EL ESPAÑOL ha podido conocer que "desde que la echaron abajo, nadie más ha pasado por aquí". Este medio, a través de una buena fuente, ha conocido que, en realidad, lejos de lo que hizo constar Sandra entonces, "José Carlos nunca quiso vivir ahí".
El marqués, por tanto, tan sólo puso fin a una situación que creía injusta. Hace un año, una vecina de la elitista urbanización deslizó lo que sigue: la mansión quedó en escombros "hace bastante, no sé decirte si dos años o así".
La hija del marqués de Larios, posando junto a su hijo, que en ese momento tenía siete años.
También informó esta mujer que la casa, antes de ser destruida, estuvo puesta a la venta en el portal inmobiliario Idealista. "Pedían por ella cerca de 1.800.000 euros", apunta.
En lo que respecta a la actual vida de Sandra Fernández de Villavicencio y su hijo, Kenzo, EL ESPAÑOL maneja pocos pero certeros datos. Sandra y su vástago, de acuerdo a lo que se confía a este medio, viven en Madrid.
La hija del marqués tomó hace un tiempo la decisión de alejarse de los medios de comunicación y tiene "otra vida". No quiere volver a aquella exposición que tanto le hizo sufrir. Tiene un trabajo -en este tiempo, su situación laboral ha sido renqueante-.
La relación con su padre, José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta, sigue siendo nula. A raíz de aquel lanzamiento, el hijo de Sandra sufrió sobremanera. Ella misma lo contó en EL ESPAÑOL.
El desahucio de la hija y el nieto del marqués de Larios desde dentro, minuto a minuto
"A raíz de todo, ha tenido un par de problemas; tiene un tic nervioso en los ojos y un problema en el corazón. Se queja de dolores en el corazón. Hemos estado de médico en médico. Me han dicho que debe ser por el estrés que ha pasado", sostuvo la hija del marqués en 2018.
La familia Larios ha sido una de las más influyentes de Málaga. El abuelo paterno de Sandra, José Fernández de Villavicencio y Osorio, marqués de Vallecerrato, se volcó en negocios hoteleros, llegando a ser propietario del hotel Villamagna y artífice de La Zagaleta.
José Carlos se empeñó en casarse con Eva Frommer, una alemana de origen judío, lo que disgustó al padre, quien no asistió a su boda que se celebró en el Villamagna. Poco después de nacer Sandra comenzaron los conflictos en la pareja, que se divorció en 1998.