Cari Lapique junto a su hija, Carla Goyanes, en una fotografía de archivo.

Cari Lapique junto a su hija, Carla Goyanes, en una fotografía de archivo. Gtres

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Desvelamos los planes de Cari Lapique y Carla Goyanes en su verano más duro: doble misa homenaje y regreso a Marbella

Según confirma EL ESPAÑOL, madre e hija sí tienen intención de viajar a la Costa del Sol en las próximas horas: "Necesitan retomar la normalidad".

Más información: Cari Lapique, apenada y cabizbaja en su verano más duro, es fotografiada navegando en las Baleares con su hermana Myriam

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Agosto de 2024 siempre será un mes negro, doloroso, tristísimo en el seno de la saga familiar conformada por dos apellidos: Goyanes y Lapique. En concreto, el día 7 de agosto de 2024 y el 26 de ese mismo mes son dos fechas tristemente imborrables.

La desgracia se cebó de forma cruel e inmisericorde con esta popular familia. El primer día señalado, el 7, perecía Carlos Goyanes, marido de Cari Lapique (73 años), víctima de un infarto. 20 días después, hacía lo propio Caritina Goyanes, hija mayor del matrimonio.

Caritina perdió la vida también de forma abrupta, a causa de la misma dolencia que su padre. Este segundo mazazo terminó por desnortar a todos. El dolor lo inundó todo.

Carla Goyanes junto a su madre, Cari, y la hermana de esta, Myriam Lapique.

Carla Goyanes junto a su madre, Cari, y la hermana de esta, Myriam Lapique. Gtres Gtres

A estos decesos, ya de por sí terribles y lacerantes, se unieron dos más: el de Tito Goyanes, tío de la finada Caritina, fallecido tan sólo 24 horas antes que ésta -también víctima de un infarto fulminante-, y, ya en enero de 2025, el de Manuel, hermano de Cari.

Decesos sea como fuere, que destrozan, que hunden, inevitablemente. En este año, en estos larguísimos 365 días, Cari Lapique y su hija menor, Carla Goyanes (42), no han estado solas: han contado con una potente red de afecto a su alrededor.

No las han dejado solas ni un día ni un segundo. Cari y Carla han demostrado una fortaleza hercúlea: siguen hacia adelante porque no queda otra opción y, también, porque hay una familia: unos hijos, unos sobrinos y unos nietos a los que cuidar.

Aunque no haya fuerzas, ni ánimo, ni empuje: la vida se abre paso entre compromisos, quehaceres diarios y homenajes. Hace unos días, la semana pasada, Cari Lapique se convertía en portada de una revista del corazón.

Cari Lapique en el funeral de su marido, Carlos Goyanes.

Cari Lapique en el funeral de su marido, Carlos Goyanes. Gtres Gtres

Era inmortalizada la socialité durante una escapada a Mallorca junto a su hermana Myriam, uno de sus grandes apoyos en este tiempo. Sostenía el semanario que "la pena y el dolor se han instalado en Cari". La publicación, además, asegura que Lapique no tenía intención de regresar a Marbella.

Informaba Semana que Cari aún no encuentra fuerzas para retornar a esa casa de verano donde fallecieron su marido y su primogénita. Tampoco lo haría Carla Goyanes. No obstante, la información que maneja EL ESPAÑOL es otra: Cari y Carla están a punto de llegar a la Costa del Sol.

Después del viaje de Cari a Mallorca, y de los primeros días de asueto de Carla en Cádiz, junto a su marido y sus hijos, ambas tienen intención de estar en Guadalmina Beach. Será "en las próximas horas", de acuerdo a lo que se desliza, cuando la familia recale en su residencia de verano.

Se lo han recomendado: "Necesitan retomar la normalidad. No tanto por ellas, que también: por los peques". Sin duda, se tratará de un desplazamiento durísimo, pues implicará que revivan el verano más trágico de sus vidas. Pero saben que es necesario, imperioso.

Cari Lapique en una de sus últimas salidas públicas, el pasado 11 de diciembre.

Cari Lapique en una de sus últimas salidas públicas, el pasado 11 de diciembre. Gtres

No será la primera vez que la familia viaje hasta su casa marbellí después de que acontecieran ambas muertes, en agosto de 2024. Tal y como se hace constar a este medio, en noviembre del pasado año 2024, en el marco del Día de Todos los Santos, la familia estuvo en Marbella.

Ese primer paso ya lo dieron; todos, unidos. Este verano, amén de los hijos de Carla Goyanes, y de los vástagos de su malograda hermana, también estará Antonio Matos (47), el viudo de Caritina. Esa, al menos, es la intención del empresario: "Sigue y seguirá siendo familia, claro".

Con respecto a los homenajes, EL ESPAÑOL ha podido conocer que todavía no hay "ninguna misa con fecha". La familia está cuadrando y viendo qué día rendir tributo a Carlos y a Caritina Goyanes, en Marbella. Por supuesto que la intención de la familia es recordar a padre e hija.

Y se hará un tributo doble. Uno en Marbella y otro en Madrid, este último homenaje en la capital de España acontecerá una vez entre el nuevo curso de septiembre.

Entre homenajes

Este año, marcado por el primer aniversario de dos pérdidas irreparables, la familia Lapique Goyanes ha canalizado el dolor en gestos de amor y memoria.

A través de iniciativas empresariales y deportivas, han rendido homenaje a Caritina Goyanes, empresaria del cátering, y a Carlos Goyanes, promotor inmobiliario y apasionado del pádel, dejando claro que su legado sigue vivo en cada rincón familiar.

Por un lado, el pasado 4 de agosto, el prestigioso Nueva Alcántara Club acogió la primera edición del Torneo de Pádel Memorial Carlos Goyanes.

Organizado por Carla Goyanes y Cari Lapique, el evento celebró la obra de Carlos, quien fue pionero en la promoción del pádel en Marbella y un firme defensor de su práctica entre niños y jóvenes.

Uno de los momentos más conmovedores fue la final de la categoría masculina sub 17, en la que compitieron dos de sus nietos: Carlos Benguría Goyanes y Pedro Matos Goyanes, hijo de Caritina. La presencia de Cari Lapique, viuda del empresario, añadió un tono íntimo y familiar a la jornada, que también contó con música en directo y partidos amistosos.

Por otro lado, la empresa de cátering de Caritina ha seguido funcionando como símbolo de su pasión y profesionalismo. Aunque no se ha anunciado una nueva marca, el equipo que ella formó continúa trabajando con el mismo espíritu que la caracterizaba: cercanía, excelencia y calidez.