Manuel Filiberto de Saboya pone a la venta su mansión de Córcega, con 4.700 metros cuadrados de superficie.

Manuel Filiberto de Saboya pone a la venta su mansión de Córcega, con 4.700 metros cuadrados de superficie. Montaje de EL ESPAÑOL.

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Manuel Filiberto de Saboya pone a la venta su 'casa maldita' de Córcega, en la que su padre disparó a muerte a un turista

Sotheby's ha puesto en el mercado la residencia de verano de los Saboya por 18 millones de euros. Es la segunda casa familiar de la que se zafa.

Más información: Adriana Abascal consolida su relación con Manuel Filiberto de Saboya (y también su marca): debut 'royal' y reclamo de 'celebs'

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Manuel Filiberto de Saboya (53 años) está viviendo una etapa de cambios. El heredero de la corona italiana no solo es feliz al lado de Adriana Abascal (54), con la que mantiene una relación desde finales de 2024. Además, se encuentra en pleno proceso de renovación. Al menos en lo que respecta a su patrimonio inmobiliario.

Esta semana, el diario francés Corse Matin ha revelado que el príncipe ha puesto a la venta una de las propiedades más emblemáticas -y polémicas- de la familia Saboya: la villa de Cavallo, en la isla de Córcega.

El anuncio ha salido a la luz a través de la casa Sotheby’s Realty, y no ha pasado desapercibido, tanto por su precio de salida (18 millones de euros), como por el peso histórico de la casa y el trágico suceso que la marcó para siempre.

Enclavada en la costa oeste de la isla Cavallo, en el archipiélago de las islas Lavezzi, la villa que ha salido al mercado es una residencia veraniega que parece sacada de una película de ciencia-ficción.

Concebida por el renombrado arquitecto Savin Couëlle en los años 70, la construcción es un ejemplo de “arquitectura escultura”, pensada para fundirse con el entorno sin romper la armonía natural del Mediterráneo corso.

Consta de 14 habitaciones y todo el conjunto, sobre una superficie de 4.700 metros cuadrados, parece mimetizarse con el paisaje de rocas blancas y aguas cristalinas que la rodean. 

"Es en este paraíso agreste e intacto donde se descubre una casa verdaderamente espectacular, esculpida en piedra e integrada a la perfección en su entorno natural", destaca la firma que gestiona la compraventa.

Imagen aérea de la villa de Cavallo, la impresionante casa de la familia Saboya en la isla de Córcega.

Imagen aérea de la villa de Cavallo, la impresionante casa de la familia Saboya en la isla de Córcega. Sotheby's International Realty.

"Más que una villa, se trata de una escultura viviente: una obra seminal de la arquitectura orgánica en el Mediterráneo", subrayan.

Anclada con una armonía excepcional a su entorno, la estructura se despliega alrededor de un monolito de granito milenario, cuya escalera central, tallada directamente en la roca, sirve como columna vertebral del diseño.

Alrededor de esta rampa mineral, los volúmenes fluyen como un auténtico paisaje interior: llenos de luz y abiertos al mar. Cada abertura enmarca la naturaleza como si fuera un lienzo. No hay otra casa igual.

Interior de la casa que vende Manuel Filiberto de Saboya, en Córcega.

Interior de la casa que vende Manuel Filiberto de Saboya, en Córcega. Sotheby's Realty

En el exterior, la arquitectura se funde con la topografía de la isla: muros que se extienden desde las rocas, y terrazas que caen suavemente en cascada hasta una cala aislada de aguas cristalinas. Una pequeña laguna privada en la que es posible anclar pequeñas embarcaciones de recreo.

Pero bajo esa estética serena y casi onírica, se esconde un episodio dramático que conmocionó a Europa hace más de cuatro décadas.

Una casa con un pasado oscuro

Los hechos que marcaron para siempre el destino de esta impresionante y singular mansión sucedieron el 17 de agosto de 1978. Ese día, lo que debía ser una noche tranquila de verano terminó en tragedia.

El príncipe italiano ha decidido deshacerse de varias viviendas que pertenecieron a su familia.

El príncipe italiano ha decidido deshacerse de varias viviendas que pertenecieron a su familia. Sotheby's Realty

Víctor Manuel de Saboya, padre de Manuel Filiberto y heredero del último rey de Italia, disparó con un arma de fuego a un hombre en medio de un altercado nocturno.

Según su testimonio, regresaba a su yate tras una cena cuando descubrió que su pequeño bote inflable (dinghy) había sido amarrado a otra embarcación. 

Según relató, irritado por lo sucedido, tomó una carabina y abordó el otro barco para recuperar su embarcación. En ese momento, disparó dos veces. El primero al aire, pero la segunda bala alcanzó de manera accidental a Dirk Hamer, un joven turista alemán de 19 años que dormía en la cubierta de un velero anclado cerca. 

Un juicio mediático 

El disparo le hirió en la pierna, afectando una arteria, y tras meses de hospitalización, Hamer perdió la vida cuatro meses después. A consecuencia de las heridas, falleció el 7 de diciembre de 1978, tras una larga agonía.

El caso se convirtió en un escándalo internacional. Víctor Manue fue arrestado y se le abrió un proceso judicial que se prolongó durante más de una década.

En 1991, el Tribunal de Asises de París lo absolvió del cargo de homicidio involuntario, aunque fue condenado a seis meses de prisión -suspendida- por posesión ilegal de armas. Aquella sentencia, aunque legalmente firme, no cerró las heridas sociales ni mediáticas.

En esta casa, Víctor Manuel de Saboya realizó un disparo fatal que acabó con la vida de un turista alemán.

En esta casa, Víctor Manuel de Saboya realizó un disparo fatal que acabó con la vida de un turista alemán. Sotheby's Realty

Años más tarde, el nombre de Dirk Hamer volvió a sonar con fuerza cuando la periodista Beatrice Borromeo (39), mujer de Pierre Casiraghi (37) y nuera de Carolina de Mónaco (68), divulgó un vídeo en el que, supuestamente, el príncipe confesaba su implicación en los hechos.

Víctor Manuel, que falleció el 3 de febrero de 2024 a los 86 años, negó tajantemente la autenticidad de esa grabación, alegando manipulación y edición tendenciosa.

Ventas, mudanzas y reinvención

A día de hoy parece quedar muy atrás el oscuro pasado de su exclusiva casa de verano en Córcega, pero lo cierto es que lleva años siendo una casa maldita, ensombrecida por un episodio turbio que manchó la reputación del padre del royal.

Cabe destacar que la decisión de Manuel Filiberto de vender la mansión de Cavallo se enmarca en una serie de operaciones inmobiliarias y de patrimonio que la Casa de Saboya ha acometido recientemente. No es la primera residencia de la que se quiere zafar para siempre.

La figura de Víctor Manuel de Saboya, fallecido en febrero de 2024, quedó marcada para siempre por el episodio vivido en agosto de 1978.

La figura de Víctor Manuel de Saboya, fallecido en febrero de 2024, quedó marcada para siempre por el episodio vivido en agosto de 1978. Sotheby's Realty

Tras la venta de la villa de Vésenaz, en Suiza, una espectacular residencia a orillas del lago Lemán, la familia también ha subastado muebles, arte y objetos personales en las casas de subastas Christie's de París y en Ginebra.

"Las necesidades cambian”

Estas ventas no solo responden a motivos económicos. En palabras del propio Manuel Filiberto, se trata de cerrar una etapa y abrir otra más adaptada a la vida presente de la familia. "La casa de Cavallo forma parte de mis recuerdos más felices y más tristes", ha confesado el príncipe en una entrevista reciente.

“Allí pasé mis veranos con mis padres, luego con mi esposa Clotilde y nuestras hijas, Victoria y Luisa. También lo compartimos con grandes amigos, como Johnny Hallyday. Pero el tiempo pasa, y las necesidades cambian”.

Manuel Filiberto de Saboya, con sus padres, Víctor Manuel y Marina Doria, en 2009.

Manuel Filiberto de Saboya, con sus padres, Víctor Manuel y Marina Doria, en 2009. GTRES

Hoy, el clan familiar prefiere reunirse en Gstaad, Suiza, donde celebraron recientemente el cumpleaños de Manuel Filiberto.

La princesa Marina, viuda de Víctor Manuel y madre del actual jefe de la casa, había dedicado años a amueblar la villa de Cavallo según su estilo: una mezcla de diseño italiano, muebles a medida y piezas pop setenteras firmadas por nombres como Gabriella Crespi y Jacques-Martin Lopez. Aquel espíritu modernista, alegre y sofisticado contrastaba con la severidad de los palacios reales en los que se crió su esposo.

Un refugio marcado por el drama

Ahora que está disponible para compradores de altísimo nivel, resulta imposible no relacionar los episodios vividos en la villa de Cavallo, en Córcega, con los avatares de la monarquía italiana.

Y es que la historia de la ya desaparecida Casa Real de Italia es, en sí misma, una narrativa de exilio y adaptación. Tras la proclamación de la república en 1946, la familia Saboya abandonó Italia y se exilió en diversas residencias por Europa. Curiosamente, la villa de Cavallo fue uno de esos refugios.

Hace unos meses, Manuel Filiberto de Saboya vendió otra de sus propiedades: su casa de Vésenaz, en Suiza.

Hace unos meses, Manuel Filiberto de Saboya vendió otra de sus propiedades: su casa de Vésenaz, en Suiza. Sotheby's Realty

Un espacio privado, oculto y elegante donde tratar de vivir con cierta normalidad, lejos de la política y de los focos. Pero el trágico incidente de 1978 convirtió ese paraíso en un símbolo de decadencia aristocrática.

El verano del horror

La casa no ha sido promocionada explícitamente como "histórica", pero su pasado es imposible de borrar. Su arquitectura con aires trogloditas, su ubicación remota y su carga emocional la convierten en un lugar fascinante para algunos. Y perturbador para otros.

A más de 45 años del disparo que terminó con la vida de Dirk Hamer, la familia Saboya continúa conviviendo con las consecuencias de aquel verano del horror. El sistema judicial resolvió el caso, pero la opinión pública nunca olvidó lo ocurrido.

La empresa Sotheby's Realty gestiona la venta de esta mansión única en Córcega, enclavada entre la roca y el mar.

La empresa Sotheby's Realty gestiona la venta de esta mansión única en Córcega, enclavada entre la roca y el mar. Sotheby's Realty

De momento, no se ha revelado públicamente el precio de venta, pero se estima que debe de ser millonario, tanto por su diseño de autor como por su enclave paradisiaco.

Ahora, con la venta de Cavallo, Manuel Filiberto parece querer cerrar definitivamente ese capítulo. El gesto tiene algo de simbólico: dejar atrás no solo una propiedad, sino también un pasado cargado de culpa, polémica y silencios incómodos.

Una nueva etapa

Esta operación podría marcar el fin de una era para los Saboya: quizás el inicio de una nueva etapa menos ligada a su legado dinástico y más centrada en su presente como figuras públicas europeas.

En tiempos de reyes sin trono, a veces, la mejor forma de avanzar es dejar atrás los fantasmas del pasado. Aunque vengan vestidos de verano y con vistas al paraíso.