Beyoncé, Madonna y Whoopi Goldberg, en un montaje de EL ESPAÑOL.
Beyoncé barriendo el suelo en una peluquería o Whoopi Goldberg pintando muertos: los otros trabajos de los famosos
EL ESPAÑOL recoge en una lista los oficios más peculiares de varios rostros reconocidos antes de alcanzar la más absoluta fama.
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En la actualidad cobran como mínimo entre 10 y 20 millones de dólares por película, pero hasta que llegaron a su estatus de celebridad, muchas de las estrellas de Hollywood tuvieron unos trabajos, cuanto menos, tan poco comunes como sorprendentes. Los cantantes más famosos del planeta también empezaron de una manera humilde y ahora cobran cifras estratosféricas como Taylor Swift (35 años), a quien Forbes incluyó en 2023 en su lista de jóvenes milmillonarios con una fortuna de 1.100 millones de dólares. Dos años después la ha aumentado en 500 millones.
Con motivo de este 1 de mayo, Día del Trabajo, JALEOS ha hecho un recuento de las profesiones más surrealistas de algunos de los rostros más populares. Por ejemplo, Taylor Swift tuvo la suerte de nacer en una familia acomodada, pero eso no le excluyó de sus tareas cotidianas ya que en la granja de árboles de navidad de su familia se dedicaba a recoger las vainas de mantis religiosas. De esta manera, la gente que compraba los árboles se los encontraba en perfecto estado.
Beyoncé (43), con una fortuna estimada en 800 millones de dólares, ayudó en el negocio materno desde que tuvo uso de razón. Su madre, Tina Knowles (71), tenía una peluquería donde la excomponente de Destiny’s Child se dedicaba a barrer el suelo cada vez que cortaban el pelo. También aprovechaba para mostrar sus dotes de canto a las clientas.
Tina Knowles, en un photocall de Los Ángeles en octubre de 2021. Gtres
Ha llovido mucho desde que Madonna (66) fuera coronada como la reina del pop y para llegar hasta ahí tuvo que empezar por trabajos muy humildes. Fue camarera en uno de los restaurantes de comida rápida Dairy Queen y en una de las franquicias de Dunkin’ Donuts’ en Times Square donde fue despedida por echarle mermelada a un cliente. Según Forbes, su patrimonio asciende a 850 millones de dólares.
Considerado como uno de los intérpretes más taquilleros y deseados de la gran pantalla, Brad Pitt (61) trabajó como chofer y también para el restaurante El Pollo Loco, donde se disfrazaba de pollo en la calle y saludaba a la gente para convencerles de que fueran clientes. En 1987 debutó en el cine en un papel sin acreditar en No hay salida y en televisión lo hizo con la serie Los problemas crecen, protagonizada por Alan Thicke y Kirk Cameron (54).
Nacida en Honolulu, Nicole Kidman (57) se convirtió en una de las reinas de Hollywood gracias a su matrimonio con Tom Cruise (62). Antes de llegar a la mayoría de edad estudió fisioterapia porque quiso ayudar a su madre que, tras ser diagnosticada de cáncer, tuvo que soportar duras sesiones de quimio y radioterapia. Actualmente, Jon Hamm (54) triunfa con la serie Vicios ocultos en Apple+, pero se convirtió en estrella gracias a Mad Men con el personaje de Don Draper. Hasta que le llegaron estas ofertas trabajó como decorador de escenarios en películas… ¡de porno suave!.
Nicole Kidman. Gtres
Con uno de los físicos y cuerpo más envidiados de la industria, a Channing Tatum (44) le resultó bastante fácil que le contrataran como modelo y, para sacarse un dinero extra, también trabajaba muchas noches como estríper en despedidas de soltera. Con la franquicia Magic Mike se convirtió en objeto de deseo.
Jennifer Aniston (56), una de las apuestas más seguras en cine y televisión desde que triunfara con Friends y que ha amasado 320 millones de dólares, trabajó previamente como mensajera en bicicleta. Hace un tiempo declaró que "mi peor momento fue probablemente cuando choqué contra una puerta que se abrió. Soy muy descoordinada y extraordinariamente torpe".
Gabourey Sidibe (41), ganadora del Oscar por Precious ejerció como operadora en una línea de teléfono erótico durante tres años. Tal y como declaró a People: "Se me daba bastante bien". A Whoopi Goldberg (69), el gran azote de Trump (78) desde el programa The View, se le daba muy bien el arte de la tanatopraxia que consiste en perfeccionar el aspecto de los muertos en una funeraria. Además, también trabajó en una línea de sexo telefónico.
Whoopi Goldberg.
En la década de los noventa, Cindy Crawford (59) fue una de las elegidas que formó parte de las cinco top models más importantes y rentables de la historia de la moda. La norteamericana nació con un físico y una altura envidiable, pero antes de sacarle partido, tuvo que arrimar el hombro en casa. En su pueblo natal trabajó en las masivas plantaciones de maíz desgranando las mazorcas y esparciendo fertilizantes. Antes de su debut en la pasarela, Bella Hadid estuvo a punto de competir en los Juegos Olímpicos de 2016, pero tras ser diagnosticada con la enfermedad de Lyme tuvo que abandonar este deporte.
En cuanto a la realeza, a Kate Middleton (43), cuyos padres tenían una fortuna considerable gracias a la compraventa de regalos para fiestas infantiles con la empresa Party Pieces, le aceptaron como dependienta en la tienda de moda de lujo Jigsaw. Consiguió el trabajo tras contactar con la fundadora de la marca. Su cuñada Megan Markle (43), antes de ser actriz y, por supuesto, de convertirse en duquesa de Sussex, ejerció como calígrafa profesional en Paper Source de 2004 a 2005, además de haber sido freelance. Uno de sus clientes fue el cantante Robin Thicke (48), para quien realizó las invitaciones de boda con Paula Patton (49).