
Donald y Melania Trump, en una imagen de archivo.
Donald y Melania Trump, 20 años casados: la historia de un amor que fue roto por la política y unido por la misma razón
El 22 de enero de al año 2005 el actual presidente de Estados Unidos se juró amor eterno con Melania Trump.
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A finales de la década de los noventa, Donald Trump (78 años) no solo era el promotor y constructor más importante de Nueva York, sino que también formaba parte de la jet set de la ciudad. Sus peleas y agrio divorcio con Ivana Trump les hizo aparecer por primera vez en el New York Post donde la prestigiosa Liz Smith, la periodista de cotilleos más influyente del mundo en aquel momento, tomó partido por la exesquiadora olímpica checa fallecida hace casi tres años. De ese primer matrimonio nacieron tres hijos, Donald (47), Ivanka (43) y Eric (41).
Trump era uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Poseía el hotel Plaza, tenía como avión privado un Boeing 757-200, vivía en un tríplex de la Trump Tower decorado como si fuera Versalles y compró el yate de Kashoggi con el nombre de su hija Nabila en oro macizo. También tenía fama de ser un mujeriego de órdago, por eso no resultó extraño que poco después de su primer divorcio se casara con la exmodelo Marla Maples (61), con quien tuvo a su hija Tiffany (31).
Tras cinco años de matrimonio, Trump y Marla decidieron separarse en 1997. Al año siguiente, en una fiesta durante la Semana de la Moda de Nueva York quedó impactado por una belleza morena exótica procedente de Europa del Este. Se presentaron. Era Melania Knauss. La joven se había instalado en la ciudad tras haber debutado a los 16 años en las pasarelas que le habían permitido trabajar en Milán y París.

Donald Trump y Melania.
El evento lo había organizado un amigo en común, Paolo Zampolli, copropietario de la agencia Metropolitan Models. A pesar de que el empresario había llegado del brazo de otra mujer, Trump no le quitó los ojos de encima a Melania. Discreta y enigmática, la hoy 47.ª primera dama de la Casa Blanca abrió una parte de su corazón a Harper’s Bazaar donde confesó lo ocurrido en aquel primer encuentro. "Él quería mi número, pero tenía una cita, así que, por supuesto, no se lo di. Le dije: 'No te voy a dar mi número; dame el tuyo y te llamaré'". Al final le dio tres: el de su oficina, el de la Trump Tower y el de Mar-a-Lago.
Al presentarse, Donald le preguntó cómo le iba la vida en Nueva York, sobre su infancia en Eslovenia y sus frecuentes viajes como modelo. Hubo una cierta conexión, pero Melania no vio nada más allá de un cordial encuentro ya que él llegó acompañado de una preciosa mujer. Al poco tiempo empezaron a salir.
Pronto se convirtieron en la pareja más fotografiada de la alta sociedad neoyorquina y a Trump, con un ego descomunal, le encanta pasear a su 'nuevo trofeo'. Ambos concedieron una entrevista telefónica de alto voltaje a Howard Stern, famoso por su programa homónimo de radio. La pareja empezó a hablar abiertamente de su vida sexual. En un momento dado, Stern le preguntó a la joven si estaba desnuda, a lo que Melanie respondió: "Casi".

Melania Trump besa a su marido Donald en un acto de campaña
Todo parecía ir sobre ruedas hasta que en el año 2000 decidieron separarse. Donald había empezado a coquetear con la política, quería presentarse a las elecciones por el partido reformista y todo ese ritual le quitó tiempo a la relación. "Estuvimos separados unos meses. Recuerdo que él ya pensaba en una candidatura presidencial, pero amaba lo que hacía, tenía su negocio", afirmó Melania tiempo después. Y se reconciliaron.
En aquella época ambos eran invitados a las fiestas más exclusivas. En 2004 asistieron a la emblemática Gala Met donde ocurrió una de las mejores anécdotas de su historia. Aquella noche Donald le pidió matrimonio con un fabuloso anillo con un diamante de 15 quilates valorado en un 1,5 millones de dólares, aunque tal y como desveló The New York Times, el empresario lo consiguió por la mitad del precio.
Tras casarse el 22 de enero de 2005 en la iglesia episcopal de Bethesda-By-the-Sea en Palm Beach (Florida), los ya marido y mujer agasajaron a sus 350 invitados en Mar-a-Lago, su mansión reconvertida años después en un club privado. Melania estaba bellísima con un vestido de Christian Dior de 100.000 dólares, escote palabra de honor, silueta de sirena, una falda voluminosa para la que se usaron 90 metros de tela, una cola de cuatro metros y para cuya elaboración se invirtieron 550 horas debido a las 1500 perlas y diamantes bordados manualmente. Ironías del destino, entre los invitados se encontraban los Clinton, Barbara Walters, Simon Cowell (65), Heidi Klum (51), Shaquille O’Neal (52), etc. La luna de miel la pasaron en la residencia a orillas del Atlántico.

Jeffrey Epstein junto a Donald Trump a Melania y a Ghislaine Maxwell.
Poco más de un año después, concretamente el 20 de marzo de 2006, nació su único hijo, Barron (18), que en la actualidad estudia en la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York. Fue un niño tremendamente mimado que vivió su infancia en el vasto apartamento familiar de la Trump Tower. Un establecimiento objeto de la polémica ya que el empresario fanfarroneaba con que tenía una superficie de 2.800 metros cuadrados, cuando la revista Forbes averiguó que en realidad tenía 1.000 metros cuadrados.
De 2004 a 2015, Donald Trump se había convertido en carne de cañón de reality con The Apprentice, un formato en el que buscaba a ávidos empresarios capaces de poder dirigir una de sus empresas. Paralelamente, diseñaba junto a sus asistentes un plan para convertirse en uno de los hombres fuertes de la política norteamericana. En 2012 apoyó públicamente a Mitt Romney (54) y tres años más tarde anunció su candidatura a la presidencia de Estados Unidos.
Consciente de lo que implicaba todo aquello, Melania siguió fiel a su estilo como persona discreta a quien no le gustaba demasiado posar en eventos políticos. A partir de 2015, la vida de Trump fue un auténtico caos porque solo vivió por y para el poder absoluto. Su mayor ambición era derrotar a Barack Obama (63) y a Hillary Clinton (77). Lo consiguió. El 20 de enero de 2017 juró el cargo como 45º presidente de Estados Unidos.

Donald Trump y Vince, en la investidura presidencial de EE.UU en enero de 2025.
En el ambiente seguía coleando el escándalo Stormy Daniels, la actriz porno que había tenido diferentes encuentros sexuales con el político en varias ocasiones. A Melania pareció no importarle la infidelidad ya que se convirtió en el principal bastón de su esposo, quien pagó 130.000 dólares a cambio del silencio de la demandante. Después de años de litigio, unos días antes de su juramento como presidente, un juez de Nueva York condenó a Trump como autor de 34 delitos de falsificación de cheques, facturas y registros contables con el fin de ocultar el pago efectuado a Daniels.
A pesar de ello, no tuvo multa, ni cárcel, ni libertad provisional. Pero eso sí, Trump se ha convertido en el primer presidente delincuente del país. El resto… es historia.