Pierre Casiraghi participa en la Admiral's Cup, una legendaria regata que organiza el Royal Ocean Racing Club de Reino Unido.

Pierre Casiraghi participa en la Admiral's Cup, una legendaria regata que organiza el Royal Ocean Racing Club de Reino Unido. GTRES

Casas Reales AVENTURA EN EL MAR

Pierre Casiraghi sigue los pasos de su padre 35 años después de su muerte: la decisión de riesgo que pone en jaque a su madre

El hijo de Carolina de Mónaco participa en una de las regatas más peligrosas del mundo cuando se cumple el aniversario del fallecimiento de su progenitor.

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Han pasado casi 35 años desde que Stefano Casiraghi, el carismático empresario italiano y esposo de Carolina de Mónaco (68 años) perdiera la vida trágicamente durante una competición en las aguas de Mónaco. La fatídica mañana del 3 de octubre de 1990 marcó para siempre a la familia Grimaldi, cuando un accidente de navegación dejó a la princesa viuda y a sus tres hijos pequeños huérfanos.

Ahora, una decisión de Pierre Casiraghi (37), el menor de los dos hijos varones del matrimonio, ha reavivado temores en el corazón de su madre. El joven, apasionado del mar y heredero del espíritu deportivo de su padre, ha confirmado su participación en una legendaria regata de vela en Inglaterra: la Admiral's Cup.

La última vez que esta regata se celebró fue en 2003, y su regreso ha desatado entusiasmo en el mundo de la vela. No es para menos: el Royal Ocean Racing Club del Reino Unido, organizador del evento desde 1957, ha vuelto a poner en marcha una carrera tan legendaria como temeraria. En 1979, una tormenta causó la muerte de 18 regatistas. Por ello es considerada una de las más peligrosas del mundo.

Pierre Casiraghi no tiene formación en el mundo de vela, pero su gran pasión en la competición.

Pierre Casiraghi no tiene formación en el mundo de vela, pero su gran pasión en la competición. GTRES

Este verano, Pierre, sin formación académica en vela pero con años de experiencia en alta mar, ha decidido afrontar el reto de surcar los mares en tan trepidante competición, que combina regatas costeras y oceánicas.

La comparación con su padre resulta inevitable. Stefano Casiraghi, elegante, competitivo y audaz, y todo un icono en Mónaco, murió a los 30 años pilotando una lancha de alta velocidad en las aguas de Saint-Jean-Cap-Ferrat.

Pierre tiene ahora 36 y de su progenitor ha heredado su atractivo físico y su pasión por la navegación. Al igual que él, no teme jugárselo todo en altamar. Lo lleva en la sangre. Y de ello ha dejado constancia: "La competición forma parte de mi ADN".

Amante de la aventura

Podría decirse incluso que, al igual que Stefano Casiraghi, siente verdadero arrebato por los desafíos que lo llevan al límite. “Siempre me ha gustado la competición", continúa, Me siento cómodo en este deporte. Y luego, durante estas aventuras, vives momentos únicos y muy emocionantes. Eso me atrae”, ha declarado a Monaco Matin.

El hecho de no tener formación en esta práctica deportiva no pone freno alguno a su ambición. "Nunca fui a una escuela de vela y empecé tarde", ha reconocido. "Tuve entrenadores para las competiciones por equipos, pero nada específico para mí. Realmente aprendí trabajando como tripulante".

Pierre Casiraghi está casado con Beatrice Borromeo desde el año 2015.

Pierre Casiraghi está casado con Beatrice Borromeo desde el año 2015. GTRES

Pierre Casiraghi, vicepresidente del Yacht Club de Mónaco, no ha dudado un solo segundo en formar parte de estas regatas. Unas que son consideradas por los expertos entre las más peligrosas del mundo debido a su complejidad técnica y las condiciones extremas del mar.

"Es una batalla contra uno mismo, así que me gusta esforzarme para rendir mejor y tratar de mejorar en este deporte", ha expresado.

Sus palabras dejan claro que está ilusionado ante este nuevo reto. Pero su participación en estas regatas desata un inevitable déjà vu. Su padre falleció precisamente en ese mismo escenario marítimo, cuando su embarcación volcó a gran velocidad mientras competía en una prueba del Campeonato Mundial de Offshore

Aunque la disciplina de Pierre no es la misma que la de Stefano Casiraghi-él se ha centrado en la vela de alto nivel-, el simbolismo es ineludible.

Pierre Casiraghi, con sus hermanos Andrea y Carlota, en las celebraciones del Día Nacional de Mónaco, en 2023.

Pierre Casiraghi, con sus hermanos Andrea y Carlota, en las celebraciones del Día Nacional de Mónaco, en 2023. GTRES

Al margen del foco mediático quedan las preocupaciones que su incursión deportiva pueda ocasionar. En primer lugar, en los sentimientos de su madre, Carolina de Mónaco, para quien la idea de ver a uno de sus hijos enfrentándose al océano en una cita de alto riesgo despierta en ella recuerdos dolorosos y comprensibles temores.

La princesa siempre ha apoyado a sus hijos en sus respectivas pasiones, pero la ocasión pinta arriesgada. Pierre, fundador del equipo Malizia, es el capitán de la embarcación Carkeek 40 Jolt 6.

Con este barco atravesará el estrecho de Solent por el canal de The Needles para pasar por Portland Bill, Start Point, y el punto más meridional de Gran Bretaña, The Lizard, antes de llegar al cabo de Land’s End, cruzando el mar Céltico para volver por Bishop Rock y llegar a Plymouth. Una travesía que haría vibrar al mismísimo capitán James Cook si resucitara de entre los muertos.

Por otro lado, cabe recordar el importante papel de su mujer, Beatrice Borromeo (39), con la que tiene dos hijos: Stefano Ercole Carlo Casiraghi, nacido en 2017, y Francesco Carlo Albert Casiraghi, nacido en 2018. En la actualidad, la pareja está esperando su tercer hijo. 

Pierre Casiragui, con su mujer, en una imagen de 2024.

Pierre Casiragui, con su mujer, en una imagen de 2024. GTRES

Las pruebas de la Admiral’s Cup pueden durar horas o incluso varios días, sometiendo a las tripulaciones a fuertes niveles de cansancio físico y mental. Un factor que puede aumentar el margen de error y, en consecuencia, la peligrosidad de las etapas. Nada de esto amedrenta a Pierre Casiraghi.

Horas de entrenamiento

Hombre discreto, elegante y comprometido con las causas sociales y medioambientales, parece determinado ante tan riesgosas regatas, que organiza uno de los clubes náuticos con más solera del mundo.

“Hemos pasado mucho tiempo en el agua para intentar llegar lo más preparados posible”, ha asegurado, consciente de la preocupación en torno a su figura.

Carolina de Mónaco, en el Festival de Cannes de 2023.

Carolina de Mónaco, en el Festival de Cannes de 2023. Gtres

No es la primera vez que Pierre Casiraghi asume riesgos: ha participado en regatas oceánicas y travesías internacionales como miembro del equipo Malizia, cuyo velero ha sido emblema de sostenibilidad y activismo ecológico. Cabe recordar que en el año 2019 cruzó el Atlántico junto a Greta Thunberg (22) en un viaje sin emisiones desde Europa hasta América. Ahí es nada.

"Honrar la memoria de su padre"

Pero en esta ocasión no se trata solo de navegar. Esta vez, el telón de fondo es emocional. Las regatas que ahora renacen en el calendario náutico monegasco fueron suspendidas hace más de dos décadas debido a problemas de seguridad y a las crecientes exigencias medioambientales. El hecho de que se retomen justo cuando Pierre decide competir ha hecho que los focos apunten no solo a la competición: también a la historia que la envuelve.

“Es como cerrar un círculo que ha estado abierto durante demasiado tiempo”, ha comentado a la prensa francesa un veterano de la vela monegasca. “Pierre quiere honrar la memoria de su padre a su manera: no con miedo, sino con respeto y determinación”.

Han pasado casi 35 años desde la trágica muerte de Stefano Casiraghi en una competición de motonáutica. Una jornada de terror en la que su embarcación chocó violentamente contra una ola y él quedó atrapado en su asiento. Pero su espíritu sigue flotando sobre las aguas.

Hoy es su hijo Pierre quien lo 'invoca' al lanzarse a uno de los desafíos náuticos más extremos del mundo: la Admiral’s Cup. Con el respaldo del Yacht Club de Mónaco, el royal representa al Principado junto a su compañero de equipo, el empresario Peter Harrison. Lo hacen con dos yates, como marca el formato clásico de la competición, en una suerte de Copa Davis de los mares que combina regatas costeras con desafíos oceánicos como la temida Rolex Fastnet Race, prueba reina de esta edición.

A Pierre no le falta motivación. A punto de convertirse en padre por tercera vez, compite también con el corazón. No solo se enfrenta a las corrientes del mar: también navega sobre la memoria de un apellido que encontró en las aguas su mayor gloria. Y también su mayor tragedia. Y es que, para los Casiraghi, el mar no es solo un lugar. Es un legado.