El rey Juan Carlos (83 años) cumple este martes, 3 de agosto, un año en Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, tras irse de España por sus presuntos negocios irregulares en el extranjero, que la Fiscalía del Tribunal Supremo sigue investigando por si pudo cometer algún delito una vez que dejó de ser inviolable cuando abdicó en junio de 2014.

12 meses después de su marcha, no hay pistas de cuándo podría regresar el rey emérito, quien en su carta de despedida a Felipe VI (53), habló de una marcha temporal ante la repercusión publica de "ciertos acontecimientos pasados" de su vida privada.

Juan Carlos ha expresado a su entorno su deseo por volver, si bien asume que no se darían todavía las circunstancias para hacerlo mientras la Fiscalía mantenga incoadas sus indagaciones. La principal se centra en el cobro de 65 millones de euros por presuntas comisiones por las obras de AVE de La Meca de las que se hizo cargo un consorcio de empresas españolas y que en 2012 donó a la que fue su amiga íntima, Corinna Larsen (57). 

Juan Carlos, Corinna y el hijo de ésta en una imagen falicitada por la BBC.

En este tiempo de exilio, el rey Juan Carlos ha pasado duros momentos de soledad impuesta, en circunstancias excepcionales, además, provocadas por la pandemia de coronavirus que le ha impedido la movilidad habida cuenta de su edad. Precisamente por eso, el que fuera jefe del Estado en España durante 39 años ha recibido algunas visitas, aunque no de todas las personas de su círculo más cercano. Tan sólo sus dos hijas, las infantas Elena (57) y Cristina (55), han viajado en alguna ocasión hasta Abu Dabi en este tiempo. 

Por otra parte, la estancia de Juan Carlos en Emiratos ha estado marcada en estos 365 días por dos grandes ausencias: la de su esposa, la reina Sofía (82) y la de su hijo, el rey Felipe VI. El hermetismo en relación a los planes privados de la Familia Real y la familia del Rey son más que evidentes, pero en el caso de haber realizado un viaje de este tipo, la información, de alguna manera, se habría conocido. Por tanto, se entiende que en la recta final de la vida del exmonarca, ni su sucesor en el trono patrio ni su esposa, la madre de sus tres hijos y abuela de sus ocho nietos, han estado con él. 

Lo que a priori parecían visitar familiares de hijas a un padre, acabó convirtiéndose en una situación salpicada por la polémica. Elena y Cristina se vacunaron contra la Covid-19 en Emiratos, saltándose el protocolo como ciudadanas españolas. Según su versión, pues tuvieron que emitir un comunicado, se lo ofrecieron con el objetivo de disponer de un "pasaporte sanitario" que les permitiera viajar con regularidad a visitar a su padre en el país árabe.

Iñaki Urdangarin, la infanta Elena y la infanta Cristina

Elena de Borbón hizo llegar un mensaje a algunos medios ante las críticas recibidas tras publicarse que ambas se inmunizaron en febrero cuando viajaron a Abu Dabi a ver al rey emérito. "Tanto mi hermana como yo hemos acudido a visitar a nuestro padre y con el objeto de tener un pasaporte sanitario que nos permitiera hacerlo regularmente, se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia, habríamos accedido al turno de vacunación en España cuando nos hubiera correspondido", argumentó la hermana mayor de Felipe VI.

Los problemas de Juan Carlos

El rey emérito se encuentra "tranquilo" y con buen estado de salud, a pesar de sus problemas de movilidad, según su entorno. Desde que llegó a Abu Dabi, está acompañado por tres ayudantes, cuyos gastos costea Patrimonio Nacional a petición de la Casa del Rey por su condición de exjefe de Estado.

La última aparición pública que hay de él se remonta al 15 de febrero, cuando se publicaron dos fotografías, una con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed al Nahyan, y otra con una familia emiratí en la villa donde reside.

El rey Juan Carlos junto al piloto de automovilismo emiratí Khaled Al Qubaisi, su mujer y sus dos hijas, Amna y Hamda. Redes sociales

La Fiscalía también tiene puesta la lupa en si recibió donaciones no declaradas y si ocultó fondos en paraísos fiscales. En paralelo, Hacienda está inspeccionando si las dos regularizaciones fiscales cumplimentadas por Juan Carlos se ajustan a la legalidad.

La primera la saldó en diciembre pasado por valor de 678.393 euros por el dinero recibido del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause (61) para gastos personales. En febrero, presentó la segunda declaración tributaria, de 4,3 millones de euros, por el pago de viajes y gastos personales con dinero procedente de la Fundación Zagatka, administrada por su primo Álvaro de Orléans (87).

En esta segunda regularización contó con la ayuda de empresarios amigos suyos que le facilitaron el dinero. En ambos casos, liquidó la deuda con la Hacienda de manera voluntaria con el fin de evitar ser acusado de delito fiscal.

Ni la Casa Real, ni el Gobierno se han pronunciado sobre cuando podría regresar con Juan Carlos, si bien el Ejecutivo ha apuntando en diversas ocasiones que podría hacerlo en el momento que quisiera, al no tener por ahora ninguna acusación judicial y haberse puesto a disposición de la Fiscalía en caso de que fuera preciso.

Juan Carlos I conserva el título honorífico de rey y sigue siendo miembro de la Familia Real, aunque Felipe VI renunció a su herencia y le retiró la asignación que percibía del Estado -en 2020 dejó de ingresar 161.034 euros-.

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