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    La imagen a la salida de la catedral de Palma de Mallorca nada tiene que ver con la foto que ofrecieron la reina Sofía y sus nietas este domingo a la llegada al hospital donde descansaba el rey Juan Carlos. En la primera, la reina emérita camina sola, aislada del grupo que forman Leonor, Sofía y su madre, Letizia. En la segunda, sin embargo, una sonriente monarca presume del amor de sus nietas con las manos unidas.

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    El vídeo más polémico de la semana mostraba a la princesa Leonor quitando forzosamente de su hombro la mano de su abuela, tal y como se aprecia en la primera imagen. Lejos de repetirse la escena, una semana después, Leonor no tenía impedimento en que la reina emérita le tocara cariñosamente el brazo e incluso la menor ayudó a su abuela a salir del coche.

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    Solo ha pasado una semana entre las dos fotografías, pero el mensaje que transmiten es totalmente opuesto. Mientras en la primera imagen Letizia solo tiene ojos para sus hijas e ignora la presencia de la reina Sofía, en la segunda, la esposa de Felipe VI se rinde ante la monarca emérita y se presenta muy atenta con su suegra mediante el respetuoso gesto de abrirle la puerta.

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    La reina Sofía por un lado y Letizia y sus hijas por otro. La primera fotografía no puede ser más clara. La tensión y el enfrentamiento que se vivía en esos momentos a la salida de la catedral están perfectamente escenificados en esa instantánea. Pero el domingo siguiente llegaba la segunda foto. Una estampa idílica de dos nietas disfrutando de su abuela mientras su madre observa el momento con una sonrisa. Esa era la imagen de la 'reconciliación'.

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    Los gestos de nuera y suegra lo dicen todo en ambas imágenes. En la primera foto, la cara de la reina Sofía refleja la tensión del momento ante la 'intromisión' de Letizia en la foto con sus nietas y en que imposibilitara la instantánea. Pero en la segunda foto, la armonía, las amplias sonrisas y las miradas cómplices son las grandes protagonistas. Unos gestos muy estudiados tras la polémica de la pelea.

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    Al acabar la misa de Pascua y tras el incidente entre las reinas, la monarca emérita acabó sola, alejada de todos, mientras Letizia permanecía al lado de sus hijas y ellas solo tenían ojos para su madre. Sin embargo, siete días después, la reina estuvo muy cercana con su suegra, tanto que incluso le hizo un tierno gesto en el brazo y le cedió la entrada a las puertas del hospital.

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    Dos fotos y dos mensajes diferentes separados por siete días. La primera refleja la unión madre e hija, y la segunda, la unión entre abuela y nieta. El rostro de la reina Sofía en la imagen de la izquierda solo tiene una interpretación: se sentía fuera de lugar; mientras Letizia 'protegía' con su brazo a la princesa Leonor. En la segunda imagen la que aparece alejada es Letizia, y son la reina Sofía y Leonor las que irradian su buena sintonía.

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    La infanta Sofía y la princesa Leonor caminan sonrientes ante los curiosos congregados a la salida de la catedral de Palma de Mallorca, al mismo tiempo que la reina Sofía aparece en un segundo plano obviada por sus nietas. Nada que ver con la foto de la derecha que une a la generación más joven y la más mayor de los Borbón en una instantánea feliz y risueña frente a la polémica.

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    En estas fotos el punto más relevante es la distancia física. En la primera imagen es la reina Sofía la que tiene un hueco entre ella y sus nietas, que permanecen a ambos lados de su madre. Sin embargo, a la llegada de la Familia Real al hospital, las dos menores cogieron de la mano a su abuela y fue Letizia la alejada del grupo. Con la intención clara desde Zarzuela de zanjar todo tipo de polémica, la reina dejó de lado la sobreprotección de sus hijas por unos minutos y permitió que su abuela posara y disfrutara de ellas ante los medios de comunicación congregados a las puertas del centro sanitario.

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    A la izquierda, la foto con la que empezó todo; a la derecha, la foto con la que todo acabó. La polémica frente a la calma. La tensión frente a la sonrisa. La foto que nunca se hizo frente a la que sí. Un domingo de Resurrección frente a un domingo en el que la Familia Real más feliz resucita.