Durante mucho tiempo, han sido recomendadas las dietas bajas en hidratos de carbono para adelgazar. De hecho, hoy en día, muchas dietas milagro se basan en el principio fundamental que siguen estas dietas, pero ¿son realmente recomendables este tipo de dietas? Os revelamos la respuesta a lo largo de todo el artículo.

Los hidratos de carbono son los nutrientes a partir de los cuales nuestro cuerpo obtiene la energía que necesita. Lo ideal sería ingerir una cantidad adecuada de hidratos de carbono pero, ¿qué ocurre si ingerimos más cantidad de lo que necesitamos? En un principio, si hacemos ejercicio y quemamos todos los hidratos de carbono que hemos ingerido de más no pasa nada pero, si no los quemamos pueden acumularse en forma de grasa. El principio que han seguido estas dietas es que si reducimos el consumo de hidratos de carbono, evitamos que se formen cúmulos de grasas y más si, por otro lado, tampoco consumimos grasas. Este principio es en el que se basan este tipo dietas pero es un error pensar así.

Dietas bajas en hidratos de carbono, el fallo

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Entonces, ¿cuáles son los efectos de estas dietas bajas en hidratos de carbono?

Debido a todo esto, se van a producir efectos a corto y largo plazo:

  • A corto plazo con una dieta baja en hidratos de carbono, sí que se pierde peso, pero no por una pérdida de grasa, que es lo que queremos, sino por una pérdida de agua.
  • A largo plazo con una dieta baja en hidratos de carbono, como estamos ingiriendo mucha proteína, vamos a generar glucosa y, el exceso de glucosa que se produzca se almacena en forma de grasas, por lo que vamos a aumentar peso.

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En conclusión, que para perder peso lo mejor es reducir un poco los hidratos de carbono, eliminar ciertas grasas y hacer ejercicio no violento o que requiera mucho esfuerzo, que nos ayude a quemar todo aquello que sobra, pero sin dejar de alimentar a nuestro organismo.

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