Las muertes por cáncer en varones jóvenes superan las de las mujeres.

Las muertes por cáncer en varones jóvenes superan las de las mujeres.

Salud

Por qué mueren el doble de hombres jóvenes en España que de mujeres: la cifra que intriga a médicos y científicos

Los varones de entre 15 y 34 años registran una mayor mortalidad en cáncer, enfermedades del corazón y cerebrovasculares, así como fallecimientos por causas externas.

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Las claves

La tasa de mortalidad ajustada por edad en hombres jóvenes españoles es más del doble que en mujeres, especialmente entre los 15 y 34 años.

Las principales causas de muerte en varones jóvenes son accidentes, caídas, ahogamientos y enfermedades como cáncer, cardiopatías y patologías cerebrovasculares.

Factores como comportamientos de riesgo, menor adherencia a tratamientos y posibles diferencias fisiológicas influyen en la mayor mortalidad masculina.

Expertos proponen desarrollar políticas de salud específicas para hombres, ya que históricamente su salud ha recibido menos atención por parte de organismos internacionales.

Un informe sobre los patrones de mortalidad en España en 2023 refleja las diferencias entre las defunciones en hombres y en mujeres.

La tasa de mortalidad ajustada por edad es un 59% mayor en los varones y se dispara hasta duplicarla entre los 15 y los 34 años.

En la franja de los 15 a los 24 años hubo 31 fallecimientos por cada 100.000 habitantes entre los hombres, por 14 en las mujeres.

Es decir, que por cada muerte de una chica hubo 2,21 en los chicos.

La diferencia aumenta en la franja de los 25 a los 34 años: 2,31 defunciones entre los varones (una tasa de 51,1 por cada 100.000) de esa edad por cada mujer (22,1).

En términos absolutos, el número de muertes en dichos tramos de edad es pequeño, pero ya se observa una diferencia: 2.225 hombres y 940 mujeres.

Los análisis tradicionales de las diferencias de género en salud achacan una mayor mortalidad masculina a mayores prácticas de riesgo entre los hombres.

Aparece aquí el concepto de masculinidad tóxica, relacionada con comportamientos agresivos, una limitada expresión emocional, más dificultad para pedir ayuda y reconocer la propia vulnerabilidad, etc.

De ahí que las mayores diferencias en las tasas de mortalidad se encuentran, precisamente, en factores externos.

Por ejemplo, las tasas de mortalidad por accidentes son de 12,4 y 16,4 para los hombres entre 15-24 y 25-34 años, respectivamente. En las mujeres, son de 3,4 y 3,7.

Existen diferencias notables también en caídas y ahogamientos. En el primer caso, las tasas masculinas son de 1,4 y 3,4 por 100.000, mientras que las femeninas son de 0,2 y 0,8.

En el segundo, ascienden a 5 y 10,1 por 100.000 para hombres, frente a 2,4 y 3,6 en mujeres.

Incluso las muertes por envenenamiento son más frecuentes en hombres que en mujeres.

En cambio, las muertes por suicidio, que en general triplican las de los hombres a las de las mujeres, no suponen una gran diferencia en estas franjas de edad, con tasas que apenas se elevan de cero.

Más cáncer e ictus

Las causas externas, sin embargo, no son suficientes para explicar las diferencias en las muertes según género en personas jóvenes.

En hombres, la mortalidad sigue siendo superior en cáncer, enfermedades del corazón, respiratorias y cerebrovasculares.

Entre los 15 y los 24 años, la mortalidad por cáncer es de 4,1 casos por cada 100.000 varones frente a 2,8 por cada 100.000 mujeres.

Las tasas, en la franja de 25 a 34 años, son de 7 y 6,3 casos, respectivamente.

Las mayores diferencias se encuentran en este segundo tramo, especialmente en tumores malignos del encéfalo (1,3 casos frente a 0,7), linfomas (0,7 frente a 0,2) y leucemias (0,9 frente a 0,3).

Con todo, la tendencia se revierte a partir de los 35 años, cuando el número de casos de cáncer de mama eleva la mortalidad total por cáncer en las mujeres por encima de la de los hombres.

Rebeca Lozano, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), señala que, "con números absolutos tan reducidos, pequeñas variaciones pueden generar diferencias aparentes, pero que deben interpretarse con cautela".

Una cifra mínima "no refleja un mayor riesgo real de cáncer en los hombres jóvenes", pero hay tumores "que pueden tener más mortalidad relativa" y cuya incidencia es "algo mayor en varones": ciertos sarcomas, linfomas, el cáncer germinal o tumores del sistema nervioso central.

Las enfermedades del aparato circulatorio también tienen un impacto más notable en varones.

En 2023 se registraron 1,7 muertes por cada 100.000 hombres de 15 a 24 años, por 5,1 entre los 25 y los 34.

En las mujeres, la tasa fue de 0,8 y 2,2 respectivamente.

Algo similar ocurre con las enfermedades del corazón (1,2 y 3,9, en hombres; 0,5 y 1,3, en mujeres), cerebrovasculares (0,4 y 1,1, en hombres; 0,2 y 0,6, en mujeres) y respiratorias (1,1 y 2,1, en hombres; 0,7 y 0,9, en mujeres).

Los comportamientos de riesgo y la 'masculinidad tóxica' pueden explicar en parte estas diferencias.

El médico de familia Lorenzo Armenteros explicaba recientemente en EL ESPAÑOL que los hombres "tienen menor adherencia a los tratamientos y comunican menos, lo que dificulta que acudan a consulta en un determinado momento".

Por otro lado, los hombres siguen consumiendo más tabaco y alcohol. Además, el sobrepeso y la obesidad son más prevalentes en los varones de esas edades.

Hay que tener en cuenta que estos son factores de riesgo para desarrollar problemas de salud a edades más avanzadas, pero su impacto es distinto dependiendo de la persona.

Las diferencias entre sexos en la mortalidad no se dan únicamente en España, sino que es algo generalizado en una gran parte del mundo, incluyendo las edades jóvenes.

De ahí que también se hayan propuesto explicaciones fisiológicas. Por ejemplo, en las enfermedades cardiovasculares se ha atribuido un efecto protector a las hormonas femeninas; de ahí que, tras la menopausia, haya un incremento de esta patología en mujeres.

"La cardiopatía isquémica es igual de frecuente en hombres que en mujeres, pero en ellas empieza más tarde", apunta Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.

"Otras patologías, como el síndrome de Brugada, son más frecuentes en hombres en una proporción de 8 a 1", continúa.

Aunque la explicación hormonal y el tabaquismo puedan explicar en parte esas diferencias, el cardiólogo recuerda que hay mucha causa de muerte que se especifica como parada cardiorrespiratoria sin ir más allá, y esto puede alterar las estadísticas.

Por ello, recalca el mensaje de que la cardiopatía isquémica "es la primera causa de muerte en mujeres. Y van tarde al médico porque creen que el infarto es algo de los hombres. Esto hay que cambiarlo ya".

Otras teorías apuntan al concepto de resiliencia inmune: la capacidad de resistir la enfermedad y controlar la inflamación por una distinta proporción entre ciertos linfocitos, más óptima en hembras que en varones.

Políticas de salud para hombres

Esto tendría otra cara: las mujeres sufren muchas más enfermedades autoinmunes que los hombres.

A finales del pasado verano, la epidemióloga Morna Cornell publicó un artículo en el boletín de la Organización Mundial de la Salud conminando a desarrollar políticas activas de prevención de la salud en hombres que tengan en cuenta estas particularidades.

"Históricamente, la salud de los hombres ha sido ampliamente ignorada por las agencias internacionales de salud, sus financiadores y los programas nacionales", una situación que describe como "un descuido sistemático".

Cornell señalaba que esto no debe verse como reforzar el "privilegio masculino", pues no es una competición.

Después de todo, aunque las mujeres tienen una esperanza de vida superior (86,3 años frente a 81,1 en España), pero la diferencia se reduce cuando hablamos de años libres de discapacidad: 78,2 en hombres y 81,9 en mujeres.

Por otro lado, la investigación biomédica se centró de forma casi exclusiva en el varón durante décadas, extrapolando los resultados de los ensayos clínicos a las mujeres sin tener en cuenta las posibles diferencias entre sexos.