Primer plano de la larva y la playa en la que la 'influencer' cree que la infectó. @luciapombo

Primer plano de la larva y la playa en la que la 'influencer' cree que la infectó. @luciapombo

Salud

Así es la larva migrans, el "gusano vivo" que le crece a la 'influencer' Lucía Pombo en el pie

Se trata de un parásito tropical, sin gravedad pero "muy desagradable", que aumenta a raíz del turismo y las malas condiciones higiénicas.

21 noviembre, 2023 13:32

La influencer Lucía Pombo, hermana de la celebérrima María Pombo, ha conmocionado a sus seguidores al anunciar que tiene "un gusano vivo" creciéndole en el pie. Según ha ido relatando en sus redes sociales con abundantes imágenes del parásito, habría contraído una larva migrans en las playas de Zanzíbar (Tanzania). Aunque "lo nota moverse" bajo la piel y observa como se desplaza, la desagradable situación ya está en tratamiento: "desparasitándose", como explica, con los mismos fármacos que se emplean para la "sarna". 

La lesión por larva migrans cutánea es el diagnóstico clínico que se usa para designar una "erupción dérmica de carácter lineal y serpiginoso (serpenteante)", producida por larvas de gusanos nematelmintos, un tipo de parásito. Este tipo de infección es endémica en climas cálidos y húmedos de áreas tropicales y subtropicales, "pero cada vez más evidente en otras áreas dada la frecuencia de turistas y viajes de placer a países exóticos", explicaba un artículo publicado en la revista MediFam en 2002.

El principal causante es el parásito Ancylostoma Braziliense, un gusano que vive en el intestino de "gatos, perros y felinos salvajes". Las heces de estos mamíferos pueden propagar "numerosos huevos" que sobreviven en "terreno húmedo y arenoso (playas, jardines)", donde "se convierten en larvas con capacidad infectante". Tienen la capacidad de atravesar la piel en contacto con los pies, muslos, nalgas e incluso mamas.

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Dado que no es un parásito adaptado al ser humano, no completará su ciclo de seguimiento ni se reproducirá, y morirá pasados de uno a seis meses. Sin embargo, puede llegar a crecer hasta cinco centímetros diarios. Puede provocar mientras tanto eosinófilia, un aumento no sintómatico de los eosinófilos -un tipo de glóbulos blancos- en la sangre.

"Aunque normalmente la larva desaparece por sí sola en uno a seis meses, el intenso prurito y la sensación desagradable que tiene el paciente de la larva arrastrándose a través de la piel, nos obligan a prescribir un tratamiento adecuado", argumentaban los autores del trabajo. Para ello, hay una serie de fármacos que pueden acelerar la muerte del parásito. La crioterapia, como en el tratamiento de papilomas, podría aplicarse, pero la dificultad está en que el gusano se mueve y puede ser difícil de localizar.

La revista de SEMERGEN, la revista de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, recoge el desafortunado caso de una turista de 53 años que volvió del Caribe con larva migrans en el torso, los pechos y el antebrazo. "Se inició tratamiento con albendazol 400mg al día durante 7 días, obteniéndose una resolución completa de las lesiones al finalizar el mismo", explican los médicos, en referencia a un antiparasitario especialmente indicado para estos gusanos.

Otra opción, según las actas de la Academia Española de Dermatología y Venereología, es el tiabendazol. Este antiparasitario también se utiliza de antifúngico, de ahí la referencia de Pombo al tratamiento de la sarna. También se ha utilizado la invermectina, popularizada como tratamiento en los primeros compases de la Covid-19. En cualquier caso, todos los tratamientos se resolvieron rápida y satisfactoriamente con la muerte del parásito y buenas condiciones higiénicas.