Se da por hecho que las personas que llevan una vida activa y no fuman tienen menos riesgo de sufrir ataques al corazón, pero una reciente investigación asegura que incluso llevando unos hábitos saludables,si tus horas de sueño son escasas o incluso excesivas, tienes mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco. 

La investigación, publicada en el Journal of the American College of Cardiology, también descubrió que para aquellos con alto riesgo genético de ataque cardíaco, dormir entre seis y nueve horas por la noche puede compensar ese riesgo.

"Esto proporciona una de las pruebas más sólidas de que la duración del sueño es un factor clave cuando se trata de la salud del corazón, y esto es válido para todos" afirma la autora principal de la investigación Celine Vetter, profesora asistente de Fisiología Integrativa.

El estudio ha sido elaborado por Vetter en colaboración con el Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Manchester. Para su realización han analizado la información genética, los hábitos de sueño y los registros médicos de 461.000 participantes del Biobanco del Reino Unido de 40 a 69 años que nunca habían sufrido un ataque cardíaco. Los han seguido durante siete años.

En comparación con los que dormían de seis a nueve horas por la noche, los que dormían menos de seis horas tenían un 20 por ciento más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco durante el tiempo que se ha realizado el estudio. Los que dormían más de nueve horas tenían un 34 por ciento más de probabilidades.

Por otro lado, los investigadores solo observaron a las personas con una predisposición genética a la enfermedad cardíaca y descubrieron que dormir entre seis y nueve horas por la noche reducía el riesgo de sufrir un ataque cardíaco en un 18 por ciento. "Independientemente de cuál sea el riesgo heredado de ataque cardíaco del paciente, dormir una cantidad saludable puede reducir ese riesgo al igual que comer una dieta saludable o no fumar", dice uno de los coautores de la investigación Iyas Daghlas , estudiante de medicina en Harvard.

Investigaciones previas han sugerido durante mucho tiempo una asociación entre el sueño y la salud del corazón, pero debido a que esos estudios fueron observacionales, vigilando diferentes grupos para ver quién desarrolla la enfermedad, ha sido difícil determinar si un déficit de sueño causa problemas cardíacos o viceversa.

Muchos factores pueden influir tanto en la salud del corazón como en el sueño, lo que dificulta aún más determinar la causa y el efecto. Para este estudio, los investigadores utilizaron, como hemos apuntado anteriormente, un enorme conjunto de datos del Biobanco del Reino Unido. Tras ello se realizó una investigación combinada: observacional y genética para formular la pregunta de una manera diferente.

Se tuvieron en cuenta 30 factores, como la composición corporal, la actividad física, el estado socioeconómico y la salud mental y tras ello descubrieron que la duración del sueño, en sí misma, influía en el riesgo de ataque cardíaco independientemente de estos otros factores.

Usando un método llamado aleatorización mendeliana, los investigadores observaron los perfiles genéticos de los participantes para determinar si aquellos que estaban genéticamente predispuestos a dormir poco tenían más probabilidades de sufrir ataques cardíacos.

Vieron emerger patrones similares y descubrieron que la corta duración del sueño influenciada genéticamente era un factor de riesgo de ataque cardíaco.

"Esto nos confirma aún más que hay una relación causal aquí, que es la duración del sueño, no otra cosa, lo que influye en la salud del corazón", afirma la autora principal de la investigación Celine Vetter.

El estudio no exploró el mecanismo por el cual el sueño corto o prolongado puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, pero estudios anteriores han señalado algunas explicaciones como dormir muy poco lo que puede afectar el revestimiento de las arterias, o el endotelio e incluso afectar el desarrollo de la médula ósea de las células inflamatorias. Por otro lado, también las malas elecciones dietéticas y una alimentación inadecuada. Sin embargo, dormir demasiado también puede aumentar la inflamación en el cuerpo, que también se asocia con enfermedades cardiovasculares.

Los autores esperan que el estudio aumente la conciencia sobre los beneficios para la salud cardíaca del sueño entre los médicos y los ciudadanos. Así como hacer ejercicio y comer sano puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, el sueño también puede hacerlo.



¿Cómo puedo mejorar la calidad de mi sueño? 

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid da una serie de una serie de recomendaciones para dormir bien:

-Mantén un horario regular para ir a dormir todos los días.

-Revise las condiciones de comodidad de su habitación promoviendo un espacio de oscuridad, evitando ruidos y revisando periódicamente la comodidad del colchón y la almohada.

-Haz ejercicio todos los días, pero al menos tres horas antes de dormir para evitar tener un nivel de excitación difícil de compaginar con ir a la cama.

-Evita fumar. Si fumas que sea al menos una hora antes de acostarte ya que es un activador y sus efectos no desaparecen hasta pasado ese tiempo.

-Cuidado con las comidas copiosas antes de dormir, rompen la pauta habitual del sueño por la acción de la digestión.

-Evita sustancias excitantes como el chocolate, la cafeína o teína y las bebidas refrescantes que las contienen. Son estimulantes y dificultarán conciliar el sueño y mantenerlo.

-Si llevas más de 30 minutos en la cama dando vueltas y no puedes dormir es mejor levantarse y cambiar de actividad.

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