Durante los últimos años, sobre todo las dos últimas décadas, los roles dentro del matrimonio y las familias en general han cambiado. Antiguamente solía ser el hombre el "cabeza de familia", y la principal e incluso única fuente de ingresos de cualquier hogar. Sin embargo, actualmente este rol no solo es compartido por la pareja, sino que son muchos los casos donde es la mujer la fuente principal de los ingresos en muchos hogares, lo que en algunos casos convierte a algunos hombres en "mantenidos".

Precisamente este rol de "hombre mantenido" puede empeorar significativamente la salud, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Ageing & Health, recogido recientemente en The Telegraph. Aunque anteriormente ya se había señalado a las horas interminables de trabajo y el estrés añadido como factores de riesgo cardiovascular, ahora se ha observado que los varones que no trabajan también aumentan su riesgo de sufrir infarto de corazón, accidente cerebrovascular o ictus e incluso diabetes, pero por otras razones.

Hombre mantenido y el riesgo cardiovascular

Según dicho trabajo, el problema de estos hombres no se basaría solo en el hecho de no trabajar, sino también en el hecho de que sea su esposa la principal fuente de ingresos del hogar. 

Según comenta al periódico anglosajón Cary Cooper, profesor de la Manchester Business School y no involucrado en el trabajo, la verdadera raíz del problema es que la mayoría de los hombres aún creen que ellos deberían ser la principal fuente de ingresos del hogar, y no sus esposas.

De hecho, esa es precisamente una de las conclusiones recogidas por el estudio llevado a cabo por lo sociólogos de la Universidad de Rutgers -EEUU-, ya que los problemas cardiovasculares surgirían cuando el marido pierde su papel como fuente principal de ingresos.

Un golpe psicológico

Para llegar a tal conclusión, de la cual se desprende que los hombres sufrirían psicológicamente al perder su posición en el rol familiar, el equipo de investigadores de Rutgers estudió a casi 2.000 parejas mayores de 30 años, analizando sus cambios de ingresos y su estado de salud.
Según los investigadores, se detectó un mayor número de enfermedades relacionadas con el estrés -como los problemas cardivasculares- y un mayor número de casos de diabetes en aquellos hombres que se veían superados económicamente por sus esposas, trabajasen o no.
Estos efectos se vieron en los hombres con independencia de su clase social, lo que indicaría que tanto en individuos de bajos ingresos como en aquellos que tienen salarios muy elevados, se sufrirían los mismos efectos.

Los investigadores han llegado a afirmar en su estudio que el hecho de que las esposas de una pareja ganen cada vez más que sus maridos puede poner en peligro el bienestar de estos últimos.

Finalmente, todos estos hallazgos indicarían, según el profesor Cary Cooper, que a pesar de que se habla mucho sobre el cambio de papel del hombre en la familia durante las últimas décadas -dedicando más tiempo al cuidado de los hijos y menos al trabajo-, aquellos hombres que siguen arraigándose a la creencia cultural de que deben ser ellos el principal sostén familiar siguen siendo mayoría.

Noticias relacionadas