Para obtener un sueño de calidad y reparador, se suelen buscar una serie de requisitos: comer adecuadamente, realizar ejercicio físico -siempre unas horas antes de dormir y no inmediatamente antes-, tener una temperatura adecuada en el dormitorio, evitar usar pantallas antes de dormir, y sobre todo evitar estimulantes.

Sin embargo, y a pesar de todos estos consejos médicos basados en la evidencia, los casos de mala calidad del sueño nocturno siguen produciéndose -sobre todo en edades avanzadas-. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Northwestern, y publicado recientemente en Sleep, Science and Practice, sugiere un nuevo factor a tener en cuenta: tener un objetivo en la vida por el cual despertar al día siguiente es esencial para dormir adecuadamente.

Tener una razón para despertar, importante para dormir

Según los investigadores responsables del estudio, y a pesar de haberse realizado en individuos de edad avanzada, tener una razón por la que despertarse cada mañana da lugar a un menor número de alteraciones nocturnas y a una mejora en la calidad del sueño.

Actualmente los problemas del sueño se han asociado con un gran número de enfermedades, desde la obesidad al alzhéimer, pasando por las enfermedades cardiovasculares, la diabetes e incluso el aumento del riesgo de sufrir un resfriado común.

En este caso, según Jason Ong y sus colegas de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern -Illinois-, una nueva estrategia a tener en cuenta para mejorar la calidad del sueño sería cultivar un propósito de vida, sobre todo en aquellas personas de mayor edad, las cuales suelen ser las que tienden más a sufrir insomnio.

Nuevo estudio del sueño

Para el estudio, se analizó a 823 personas de entre 60 y 100 años mediante una encuesta de 10 preguntas sobre sus objetivos y propósitos en la vida. Posteriormente se les realizó una encuesta con 32 preguntas sobre la calidad y cantidad de su sueño.

Aquellos que respondieron que tenían un propósito en la vida eran un 63% menos propensos a sufrir apnea del sueño y un 52% menos propensos a sufrir síndrome de piernas inquietas. Asimismo, también esgrimían una mejor calidad del sueño en general y un menor número de alteraciones del sueño en general.

La apnea del sueño es un trastorno cada vez más común entre la sociedad occidental, en el cual un individuo sufre una disminución de la respiración e incluso episodios de pausas respiratorias durante el sueño nocturno. Esto a su vez provoca que durante el día se sufra somnolencia a causa de la mala calidad del sueño que ocasiona. Por su parte, el síndrome de piernas inquietas provoca sensaciones desagradables en los miembros inferiores, los cuales se mueven de forma involuntaria durante el descanso nocturno.

Como proyecto de futuro, los investigadores responsables del estudio pretenden estudiar los efectos de la terapia mindfulness en la mejora de la calidad del sueño.

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