Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo, a día de hoy, la principal causa de muerte en España y en los países occidentales en general, siendo los infartos de corazón y los accidentes cerebrovasculares o ictus las principales enfermedades vasculares con un desenlace fatal.

La mayoría de los factores de riesgo para llegar a sufrir alguna de estas enfermedades son conocidos, como es la dieta occidental rica en ultraprocesados, el exceso de grasas saturadas y sal en la dieta, la falta de ejercicio físico, el consumo de tóxicos como alcohol o tabaco, y un largo etcétera. Sin embargo, no todos los factores de riesgo han sido tan estudiados, y cada vez se conocen más.

Uno de los nuevos factores de riesgo a tener en cuenta, según un reciente estudio publicado en Internal Medicine Journal tendría que ver con el ambiente: los establecimientos de comida rápida cercanos.

Y es que, según los investigadores del Hunter Medical Research Institute (HMRI), la Universidad de Newcastle y el Hunter New England Health, por cada nuevo establecimiento de comida rápida cercano el número de infartos de corazón por cada 100.000 habitantes se multiplicaría por cuatro, lo que otorgaría a esta situación el "honor" de poder considerarse un factor de riesgo ambiental para poder llegar a sufrir un infarto.

El estudio tenía como objetivo inicial determinar si realmente la cantidad de establecimientos de comida rápida cercanos tendrían algo que ver con el riesgo cardiovascular, y concretamente en el riesgo para acabar sufriendo un infarto.

Así pues, Tarunpreet Saluja, de la Universidad de Newcastle y sus colegas, compararon todos los datos de infarto de corazón dentro del distrito de salud de Hunter-New England con la densidad de puntos de venta de comida rápida de cada área del gobierno local dentro del distrito.

Como bien recuerda Saluja, a pesar de que los infartos de corazón son una de las principales causas de muerte a nivel mundial, el número creciente de los mismos durante los últimos años no podrían explicarse solo con los factores de riesgo típicos y conocidos.

Así mismo, se sabe que existe una relación entre el consumo de comida rápida y las enfermedades cardiovasculares, motivo por el cual los investigadores vieron necesario estudiar una posible relación más estrecha entre la disponibilidad de esta comida rápida y el riesgo de acabar sufriendo un infarto de corazón.

Los hallazgos de los investigadores confirmaron las sospechas: la densidad de establecimientos de comida rápida de un área se relacionaría positivamente con el aumento del riesgo de sufrir un infarto de corazón, incluso tras tener en cuenta posibles factores de confusión como la edad, obesidad, poseer colesterol elevado, hipertensión, diabetes mellitus, consumo de tabaco o nivel socieconómico.

Los autores, sabedores de la relación entre comida rápida y riesgo cardiovascular, también hacen hincapié en la necesidad de conocer la disponibilidad de dicha comida rápida. En este caso, la disponibilidad de establecimientos que la vendan en un área cercana.

Hasta ahora existían muy pocos datos sobre la relación entre establecimientos y riesgo cardiovascular como tal, y los investigadores sugieren que debería tenerse en cuenta dentro de las futuras políticas de salud pública y desarrollo sanitario. 

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