Un estudio liderado por investigadores españoles muestra las personas mayores reducen su riesgo de mortalidad al consumir la que se conoce como dieta atlántica, es decir aquella común y tradicional en gran parte de Galicia y el norte de Portugal.

En estudios previos, el equipo de investigadores había observado que las personas que seguían una dieta atlántica mostraban menos frecuencia de obesidad y mejores valores de algunos factores de riesgo cardiovascular como el colesterol, los triglicéridos y la presión arterial.

"Estas mismas personas también tenían, en parte por la misma razón, un menor riesgo de sufrir infarto de miocardio; por lo que tenía sentido comprobar si la dieta atlántica se asociaba también con menor mortalidad", detallan los autores.

Con esta hipótesis, el equipo que pertenecen al departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el CIBERESP y el instituto IMDEA Alimentación, utilizó los datos de la cohorte ENRICA-Seniors, formada por 3.165 personas mayores de 60 años, seguidas desde 2008-2010 hasta 2020.

"Se trataba de ver si los individuos que al inicio del estudio tenían un patrón de alimentación más parecido a la dieta atlántica morían menos que los demás, a lo largo de los más de 10 años de seguimiento", señalan. Así, los investigadores comprobaron que las personas con una alimentación más acorde con el patrón de la dieta atlántica tenían una mortalidad un 33% menor que aquellas cuya dieta se ajustaba menos al patrón de dieta atlántica.

Según los resultados, publicados en BMC Medicine, los beneficios sobre la mortalidad se debieron en parte a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y por cáncer. "Cabe mencionar que estos resultados no se debían a diferencias entre los que seguían y no la dieta atlántica en otras variables relacionadas con la mortalidad, como la edad, el consumo de tabaco, la actividad física o la presencia de enfermedades crónicas, pues estas variables se tuvieron en cuenta en los análisis", aclaran.

Así es esta dieta

La dieta atlántica es un compendio de lo que la geografía y la meteorología han puesto a disposición de los habitantes de Galicia y el norte de Portugal desde hace siglos. Así, se trata de una alimentación rica en pescado, carne, lácteos, verduras y legumbres, patatas y pan integral.

Por un lado, la proximidad al océano Atlántico permite un consumo regular de pescado. Por otro lado, la abundancia de pastos facilita la ganadería, y con ella el consumo de carne roja, embutidos y otros productos del cerdo y lácteos.

Los productos de la huerta -como patatas, verduras y legumbres- también son habituales en toda la región, y se consumen además en forma de caldo gallego o caldo verde. El pan es integral, de centeno, maíz o trigo. Por último, tradicionalmente las comidas se acompañaban de vino.

En este reciente estudio, la mayoría de los componentes de la dieta atlántica se relacionaron con una menor mortalidad, aunque las asociaciones fueron pequeñas. Según los autores, este no es un hecho extraño, ya que el conjunto de la dieta es más importante que sus componentes por separado.

"Por ejemplo, si una persona consume regularmente pescado, verduras, legumbres y carne, como en el contexto de la dieta atlántica, sus efectos sobre la salud se pueden ir sumando", explican. Por último, los autores compararon la dieta atlántica y la dieta mediterránea. "El resultado fue bastante llamativo, pues la reducción de la mortalidad en los que seguían la dieta atlántica fue muy similar a la que se obtenía al consumir una dieta mediterránea".

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