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    Menos sanos de lo que parecen

    En el supermercado hay algunos alimentos que parecen sanos pero que realmente no lo son. Para combatir los efectos de la publicidad engalosa hay algunas claves para que no nos la cuelen.

    El primer paso para comer sano es que en nuestra cesta de la compra abunden los alimentos frescos o poco procesados (frutas, verduras, pescados, legumbres, pan integral,b frutos secos, etc). En caso de productos algo procesados, hay que evita los que tengan azúcares añadidos, alto contenido en sal o grasas trans. Los que contienen estos componentes suelen ser ultraprocesados, cuyas listas de ingredientes son bastante largas, por lo que son fáciles de detactar. 

    El problema llega con aquellos productos que no dan tanto el cante, o sea, más allá de las pizzas y los fritos. Se trata de alimentos que se han ganado cierta reputación de sanos injustificadamente. No obstante no es complicado detectarlos. Basta con fijarse en la lista de ingredientes del alimento. A continuación, algunos ejemplos. 

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    Salsa de soja

    Salvo algunas excepciones, las salsas prefabricadas que venden en el supermercado no son un ejemplo de alimento saludable a incluir con frecuencia en nuestra diesta. La mayoría se puede añadir en la lista de ultraprocesados (aquellas que tienen más de cinco ingredientes). Aunque a priori la salsa de soja puede parecer un producto sano, lo cierto es que no lo es tanto. Veámos.

    En cuanto a las calorías, su densidad calórica es baja, ya que solo aporta unas diez calorías por cucharada. En cambio, esta misma ración tiene un alto contenido en sodio, entre 600 y 1.000 miligramos, mientras que la recomendación de las autoridades sanitarias es no superar los 2.000 miligramos al día. Además, entre los ingredientes de la salsa de soja también suele figurar el azúcar, por lo que, una vez más, la salsa más saludable será aquella que hagamos en casa.

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    Bebidas vegetales

    En los últimos años se han multiplicado las alternativas a la leche de vaca en España. Hay multitud de bebidas vegetales disponibles en las tiendas: de avena, almendra, arroz, soja, coco...las opciones son muy variadas. Además de servir a aquellas personas veganas, también suponen una alternativa para los intolerantes a la lactosa. 

    El problema que presentan algunas marcas es que incorporan azúcar entre sus ingredientes, algo que hay que evitar. Por ejemplo, un vaso de bebida de almendras de puede contener hasta 24 gramos de azúcar, según señalan desde sinazucar.org.

    Entonces, ¿cómo elegir una buena bebida vegetal? Según señalan desde el Centro de Nutrición Júlia Farré, hay algunas claves: que no tenga azúcares añadidos, elegir aquellas que tengan más porcentaje de fruto seco/legumbre/cereal, también las que vayan enriquecidas con calcio, vitamina D y B12 y, la regla básica de siempre, cuanto menos ingredientes mejor.

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    Tortitas de maíz

    Las tortitas de maíz o de trigo son otro de los productos que se venden como tentempié sanos y saciantes, pero que cuenta con sustitutos más nutritivos y económicos.

    "Las tortitas o snacks de maíz-arroz no son un gran tentempié. Normalmente suelen llevar un exceso de sal, además de incluir productos refinados y aceites de poco interés nutricional. Un tentempié más barato al peso, más saciante y mucho más práctico es simplemente una fruta o unos frutos secos", según explicó el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en El Comidista.

    Otras opción de picoteo sano: un par de onzas de chocolate negro con al menos un 70% de cacao, un yogur natural o un puñado de aceitunas. 

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    Sustitutos del azúcar

    No hay sustitutos del azúcar saludables. Tanto el azúcar blanco, azúcar moreno, la miel o el sirope de ágave deben consumirse con moderación. No hay un azúcar mejor que otro. Y es que, el aporte calórico y nutricional de estos productos es muy parecido, por lo que no hay motivo para considerar a unos más sanos que a otros.  

    El peligro: caer en el error de pensar que las alternativas al azúcar son más saludables y añadir más cantidad. Para nada. Los nutricionistas coinciden en que hay que limitar su consumo, ya que si se toma en exceso pueden aparecer problemas de salud como, por ejemplo, diabetes de tipo 2.

    En la actualidad, el elevado consumo de azúcar ya supone un problema. Mientras que la OMS recomienda no superar los 25 gramos al día, una lata de refresco contiene unos 35 gramos, por lo que mucha gente lo supera. A esto se suman una amplia oferta de productos prefabricados ricos en azúcares añadidos, lo que ha desencadenado en aumento de casos de obesidad y sobrepeso.

    Lo más saludable es evitar los azúcares añadidos, ya que estos se obtienen de forma natural a través de alimentos sanos como las frutas o las verduras.