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    Malos procesados

    Cada cierto tiempo se populariza en España un alimento con la creencia de que nos hará sentir mejor o nos ayudará a perder peso. Conseguir estos objetivos no tiene mucho misterio: los profesionales de la salud repiten una y otra vez que sólo necesitamos consumir más frutas y verduras, hacer ejercicio y descansar bien. Sin embargo, todavía esperamos ese producto alimenticio que nos evite el cambio de hábitos.

    Los nutricionistas se han dedicado en los últimos años a denunciar las falsas promesas de estos alimentos y a explicarnos de qué están realmente hechos. De todas formas, estos productos se siguen comprando con la firme convicción de que son alimentos que nos ayudarán en la dieta. La mayoría de ellos se encuentran muy arraigados en nuestras costumbres alimentarias del día a día.

    De hecho, muchos alimentos que parecen saludables, pero en realidad no lo son, proceden de vegetales y de carnes animales con poca grasa. Aunque a priori esto debería ser garantía de que se trata de opciones beneficiosas, el procesado o los ingredientes que se han añadido son los que arruinan sus posibles beneficios. A continuación, 5 alimentos con fama de saludables que los expertos recomiendan evitar.

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    El zumo de naranja

    "¡Corre, bébelo rápido que se le van las vitaminas!". ¿A cuántos de nosotros nos han metido prisa durante el desayuno para terminarnos un vaso de zumo de naranja? Este delicioso jugo es toda una institución de los desayunos y siempre se ha considerado como un trago muy saludable. ¡Sorpresa! Los nutricionistas han demostrado que esto no es así.

    Las frutas son alimentos muy saludables, siempre y cuando las tomemos completas. Es decir, un zumo no equivale a esa fruta que hemos exprimido. La razón es que, en los zumos, la fibra y el azúcar natural de la fruta se separan y, por esta razón, nuestra glucosa en sangre se dispara poco después de beberlos. Fruta en el desayuno, sí; zumos, no.

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    El pavo en lonchas

    Un producto que hasta ahora ha sido obligatorio en la compra de las personas que, o bien hacen una dieta de adelgazamiento, o bien quieren ganar músculo. La carne de pavo es un producto saludable en sí, pero hay que tener cuidado cuando la compramos en paquetes de plástico en lonchas. La mayoría de estos artículos tienen menos carne de lo que creemos.

    Un rápido vistazo al etiquetado del envase de estos productos nos saca de dudas. El primer ingrediente siempre es la pechuga de pavo, pero en porcentajes que oscilan entre el 50% y el 60%. ¿Qué puede ser el resto de la composición? Pues agua, fécula de patata, sal, jarabe de glucosa —que, básicamente, es azúcar— y aditivos. Vamos, mucho relleno y poco interés nutricional.

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    El muesli

    El desayuno es el principal damnificado por los alimentos saludables falsos: cacaos en polvo con mucha azúcar que son anunciados como fuente de minerales, galletas con harinas refinadas, grasas saturadas y azúcares que dicen ser fuente de fibra… En los últimos años, todos estos productos han sido desenmascarados, pero ahora no estamos del todo seguros de qué podemos desayunar.

    El muesli, en este sentido, parecía el artículo perfecto para aquellos consumidores que quieren comer sano, pero no invertir demasiado tiempo en preparar el desayuno. Esta receta lleva de todo: cereales —a veces, incluso, integrales—, frutos secos fruta… Aunque pueda parecer sano, entre los ingredientes también encontramos azúcar, harinas refinadas y grasas. Además, muchos se acercan a las 500 kilocalorías por cada 100 gramos.

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    Los palitos de cangrejo

    La ensalada es el icono por excelencia de la comida saludable: una manera sencilla de consumir más minerales y vitaminas de vegetales frescos. Ahora bien, a veces tenemos la manga ancha a la hora de echarle ingredientes y se nos cuelan algunos que no son, para nada, saludables. Los palitos de cangrejo son un buen ejemplo de ellos.

    Algunos expertos han comparado este producto con las salchichas ultraprocesadas. Su ingrediente principal es el surimi, una pasta hecha con las partes menos nobles del pescado que se amalgama con almidones, aceites vegetales, azúcares e, incluso, clara de huevo. Todo un batiburrillo insano con el que boicoteamos una ensalada saludable.

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    Los cereales del desayuno

    Si algo ha cambiado en la televisión en los últimos años es que ya no se ven tantos anuncios de cereales como pasaba antes. Había tantos tipos de cereales como tipos de personas en la sociedad: cereales para niños —que llevaban juguetes como reclamo—, cereales para adolescentes rebeldes, cereales específicos para mujeres —bueno, para las necesidades que la industria se inventó para ellas—, cereales para estreñidos, cereales sencillos para los más conservadores...

    Todos ellos siguen existiendo y se siguen promocionando como una manera fácil de mejorar el tránsito, de adelgazar o de estar mejor nutridos. Sin embargo, la inmensa mayoría no son saludables y esto es así, principalmente, porque utilizan harinas refinadas de base. Pero a ello se añade el azúcar en todas sus formas posibles: miel, chocolate, jarabe de glucosa, frutas desecadas azucaradas… En este artículo de EL ESPAÑOL puedes saber qué cereales se salvan.