A veces -y solo a veces- las modas llegan para quedarse. Mientras tanto, mientras se afianzan, suceden un sin fin de muestras, pruebas y usuarios que van y vienen para que al final, solo unos cuantos decidan apropiársela para siempre (como los pantalones de campana). Algo así es lo que pasa o puede pasar con el ayuno intermitente, de lo que no hace demasiado tiempo comenzamos a oír hablar y a practicar en España.

Muchos ya saben de sus beneficios, uno de ellos: adelgazar, o más bien controlar el déficit calórico. Uno de los trabajos más destacados en mostrar los beneficios del ayuno intermitente fue el publicado en 2019 en la revista The New England Journal of Medicine que evidenciaba que el ayuno, sobre todo el de 16 horas (el llamado 16/8), tendría amplios beneficios en la salud.

Pero, ¿qué necesitamos saber si queremos comenzar a probar un ayuno de este tipo? ¿Funciona en todas las personas? El dietista-nutricionista del Centro Realfooding Curro Vidal Torres explica a EL ESPAÑOL que el ayuno no vale para todo el mundo y que no es ninguna dieta como tal.

"El ayuno intermitente no es ninguna dieta sino una herramienta para distribuir las comidas. Y esta distribución de comidas hará que en algunas personas, sea más fácil generar un déficit calórico, que es lo que realmente nos lleva a perder peso", explica el experto.

Y es esa pérdida de peso la que nos llevará a mejorar determinados aspectos de la salud, como por ejemplo, nuestro perfil lipídico. Se ha visto que una vez que "la persona se adapta a comer en esa franja horaria, por lo general se encuentra más saciada", indica. Sería algo así como "una forma de organizar las comidas diferente a la que por cultura hemos aprendido, que puede darnos beneficios".

12 horas o 16

De todos, los dos más comunes -explica Vidal- serían el ayuno 12 horas (transcurren 12 horas entre la cena y el desayuno del día siguiente) y sobre todo el ayuno de 16 horas o 16/8 (hacer 16 horas de ayuno entre la cena y el desayuno del día siguiente y realizar las comidas en las 8 horas restantes), que es el que más de moda está y el que parece tener más beneficios, según diversas investigaciones.

"Nos suele gustar poner nombre a las cosas y en realidad no hay mucha diferencia en cuanto a beneficios, entre hacer un ayuno de 11 ó 13 horas en vez del ayuno de 12 horas. O entre hacer uno de 14 horas, en lugar de 16", aclara Vidal. Es decir, todo se puede flexibilizar. Estos dos tipos de ayuno -añade- son aconsejables para todos, salvo para aquellas personas que tengan contraindicaciones médicas. Es importante personalizar las situaciones y los contextos de cada cual. Eso sí, "el ayuno de 24 horas no sería nada recomendable", indica.   

Por ello, en el caso de comenzar a hacer un ayuno, debemos elegir el que mejor se adapte a nosotros y a nuestro contexto, y ver cómo nos sienta. "Se trata de distribuir las comidas en unas determinadas horas (en 12 o en 8 horas, por ejemplo) de una forma que nos sea cómoda y que nos valga. Porque lo que cuenta al fin y al cabo, es el total de toda la ingesta que hacemos a lo largo del día, se distribuya de una manera o de otra".

Alargar el ayuno nocturno

Por ello, la recomendación que ofrece Vidal -en el caso de querernos iniciar en esto del ayuno- sería de la ir alargando poco a poco el ayuno nocturno en función de nuestro contexto; y probar primero con un ayuno de 10 horas y luego ir alargando a 12 horas por ejemplo. Y ver qué sensaciones se tienen, si nos va bien o no (es decir, si comemos bien, si nos quedamos saciados, si pasamos hambre, si no nos hace comer peor...) repartiendo las comidas de esa forma.

"Al fin y al cabo, hacer ayuno intermitente es un hábito saludable siempre y cuando, nos vaya bien y no genere un déficit calórico muy elevado, porque si no, a largo plazo, esto sería contraproducente", afirma el especialista.

Es importante -aunque se dé por sentado- comer siempre de forma saludable. No por hacer ayuno tenemos que comer mal o peor que antes  Es clave mantener siempre una dieta sana y equilibrada; de lo contrario el ayuno no servirá de nada. Además, "si el objetivo de hacer ayuno es adelgazar "será recomendable un asesoramiento profesional y seguir además, un plan o una dieta enfocada a perder peso", finaliza.  

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