Alicante ha amanecido este sábado cubierta por un manto de arena rojiza y polvo que ha sorprendido a muchos de sus habitantes, que han compartido multitud de imágenes en redes sociales, e incluso a los expertos en meteorología.

¿De qué se trata? Según ha informado el Servicio Oficial de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad Valenciana, "desde la última hora de ayer [viernes] y durante la madrugada de hoy [sábado] ha circulado de sur a norte una masa de aire con gran cantidad de polvo en suspensión". 

Las deposiciones húmedas de polvo y arena, conocidas coloquialmente como lluvias de barro, son "relativamente frecuentes", pero esta tormenta seca es un fenómeno extraño, según ha reconocido la propia organización en Twitter. 

"Es raro una cantidad tan importante de deposición de polvo y arena sin lluvia", han asegurado. Tanto es así, que no recuerdan algo similar en los últimos años. Las partículas en suspensión provienen de África subsahariana, en concreto, del desierto de la zona de Mali y Argelia.

El servicio regional de la Aemet ha explicado a los usuarios sorprendidos que "es precipitación", "pero seca": "No es lluvia, no es nieve, es arena y polvo". Según ha concretado, en lugares del litoral han amanecido con el suelo cubierto de arena rojiza y polvo como consecuencia de la "deposición seca, sin lluvia", mientras que en el interior sí que ha habido "algo de precipitación débil, acompañada de mucho polvo y arena (lluvias de barro)". 

Desde el perfil del laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante también se han hecho eco del fenómeno. "Deposición muy importante del polvo en suspensión en las superficies, con ausencia de lluvia. Podríamos haber bajado con el cubo y la pala para hacer un castillo de arena", han ironizado en un mensaje acompañado de varias imágenes. 

El responsable del organismo y presidente de la Asociación Española de Geógrafos (AGE), el catedrático Jorge Olcina, ha explicado a Efe que se trata de una precipitación de polvo sahariano que, desde junio de 2018, no se observaba de una manera tan intensa.

El origen de estas lluvias es la combinación de condiciones de inestabilidad por el paso de un frente y el arrastre de materia en suspensión sahariana en las capas bajas de la atmósfera. Según el experto, esto se produce cuando los flujos de viento tienen una componente sur o suroeste sobre nuestro país y afectan muy especialmente al litoral mediterráneo.

Para ello es necesario que las lluvias sean muy débiles, casi inapreciables como ha sido el caso de la pasada noche, lo que facilita que cuando se evapora el agua quede el residuo sólido del polvo del desierto del Sahara depositado sobre coches, balcones o ropa tendida.

Olcina ha manifestado que este tipo de lluvias rebajan la acidez de la atmósfera, aspecto que es positivo para la mejora de la calidad del aire pero que resultan llamativas porque "ensucian" las superficies donde se depositan.

Las lluvias de barro o de sangre, como también se les llama, muestran una tendencia creciente desde 1990 en España y representa "una de evidencias de cambio climático porque supone una presencia cada vez más frecuente de flujos del norte de África en el sur de Europa y la cuenca del Mediterráneo".