¿Cómo se le quita la cáscara a las pipas que se venden peladas? Esta duda de la niñez es todavía un misterio sin resolver para muchas personas. Ante la falta de respuestas, cada cual ha buscado su explicación particular, de ahí que circulen en las redes sociales teorías hilarantes que no en pocas ocasiones son un atentado contra las normas de higiene de la industria alimentaria. 

"Las pela un paisano con la boca", "de pequeña pensaba que las fábricas tenían hámsters" o "siempre me habían dicho que eran los viejecitos del asilo", son algunas de las divagaciones sobre esta cuestión de los usuarios de Twitter. Pero estas especulaciones sobre uno de los aperitivos más populares de España, por supuesto, distan mucho de la realidad. 

Según ha explicado Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del blog Gominolas de petróleo, este proceso está perfectamente automatizado, como no podía ser de otra forma. Primero se secan las pipas y después se meten en un tambor rotatorio, como una especie de lavadora, donde se aplican chorros de aire a alta presión, según ha explicado en Twitter.

De esta forma, con el movimiento, los golpes que reciben las semillas y la alta presión, se van rompiendo la cáscara. Después, este experto señala que las cáscaras se retiran con chorros más suaves. Finalmente se pasan por tamices hasta que se separa perfectamente la cáscara de la semilla. Una vez finalizado el proceso ya solo quedaría envasar las pipas peladas para su venta en la tienda de frutos secos.

¿Son saludables?

En principio, en su estado natural las pipas son semillas de girasol, un fruto seco que encaja detro de una dieta saludable. Se trata de un alimento rico en grasas buenas, tanto poliinsaturadas como monoinsaturados, aquellas que se deben tomar a diario. Su consumo se relaciona con el aumento del colesterol bueno (HDL) y favorecen la buena salud del corazón.

También se trata de uno de los frutos secos más energéticos. Cada 100 gramos de alimento contienen unas 570 kilocalorías. Por tanto, no conviene tomar mucha cantidad de pipas si no se quiere engordar, tampoco consumirlas a diario. Pero más allá de esto, se trata de un alimento nutritivo que aporta hierro, magnesio y fósforo, y también son ricas en fibra y vitamina E. No obstante, dejan de ser un aperitivo sano cuando se las empieza a añadir aderezos, por ejemplo, grandes cantidades de sal.

"Las pipas, como todos los frutos secos, son saludables, pero también pueden dejar de serlo en función de con qué las aderezamos o con qué las acompañemos", según explica el dietista-nutricionista Daniel Ursúa, autor del blog de divulgación Nutrihabits. La máxima expresión de la alteración de las pipas posiblemente la encontramos en la variedad Tijuana, convertidad en un ultraprocesado más como explicó EL ESPAÑOL en este artículo. 

Dicho esto, la opción más sana a la hora de comer pipas es elegir aquellas que no lleve sal añadida. Por su puesto que tampoco incorporen azúcar o glutamato monosódico. La opción más saludable serán las pipas al natural, ya sean con cácara o sin ella. En cuanto a la cantidad, lo recomendable es no abusar de ellas por su alto aporte calórico y no tomar más de una ración de unos 30 gramos. 

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