La moda de los productos sin azúcar añadida es una realidad que se extiende como la pólvora en los supermercados. Pensemos por un momento que vamos al súper a hacer la compra semanal y nos adentramos al pasillo más prohibido de todos, el de dulces y repostería. Probablemente, elijamos un producto que lleve la etiqueta sin azúcar añadida pensando que es más saludable y así, nos vamos a casa con la conciencia un poco más tranquila.

¿Pero esto es realmente así? ¿Un dulce de repostería industrial es saludable sólo por no tener azúcar añadida? Elena de la Fuente Hidalgo, nutricionista del Hospital Quirón San José (Madrid) explica a EL ESPAÑOL todos los elementos que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un dulce, incluso también si lo elaboramos de forma casera. Veamos qué se esconde detrás de esta etiqueta de moda.

"Los dulces industriales sin azúcar añadida en general no son una opción saludable porque el que no lleven azúcar no significa que su valor nutricional sea mejor.  Probablemente, esos productos no tengan mucho nivel nutricional porque en sustitución de ese azúcar, les echan edulcorantes que no son nada beneficiosos para la salud para sustituir el sabor de ese azúcar. Que no se engañe el consumidor", afirma de la Fuente.

Por otro lado, en ese tipo de productos habría que analizar -y de hecho así deberíamos hacer- el resto de componentes. Por ejemplo, un dulce no lleva azúcar añadida pero sí edulcorantes. Y además está elaborado con una harina refinada que es un hidrato de carbono de absorción rápida. "En este caso, estaremos igualmente ante un producto que no es saludable, ni recomendable para su uso regular o habitual. A nivel nutricional no tiene ningún interés", asegura la nutricionista.

La recomendación en estos casos es, por tanto, no observar sólo la cantidad de azúcar que lleva el producto -y si llevan o no la etiqueta de azúcar añadida-, sino fijarnos también en el resto de componentes que tiene su lista de ingredientes. No debemos olvidar que azúcar son también todos los edulcorantes artificiales (sirope, almidón, melaza de, jarabe de glucosa, sacarosa, etc.) que suelen venir en este tipo de productos.

Otra cosa muy diferente es si nos apetece consumirlo sabiendo realmente lo que tienen, no pensando que por llevar tal etiqueta son mejores. Si nos apetece consumir un dulce aunque sea de forma puntual no pasa nada porque sabemos lo que estamos comiendo. "Sabemos que son, por así decirlo, productos prohibidos y que podemos tomarlos de forma muy ocasional y siempre y cuando nuestra alimentación diaria sea sana, variada y equilibrada. Cuando los comamos que sea por gusto, es decir, que los elijamos en base a nuestras preferencias y no porque ponga sin azúcar añadida", apunta esta especialista.

Dulces caseros sin azúcar

Una de las opciones más saludables si queremos consumir un dulce de buena calidad nutricional es hacerlo nosotros de forma casera. Para ello, lo más importante es elegir bien los productos: utilizar alimentos naturales y sanos y sustituir el azúcar por otros alimentos, especias o productos que aporten el sabor dulce a nuestra elaboración.

Según explica de la Fuente, es esencial escoger una buena harina, ya que casi todos los dulces llevan una base de este producto. Lo ideal sería usar una harina integral o de grano entero o bien una harina de espelta que tiene un sabor más suave. Por otro lado, y para aportar el sabor dulce que da el azúcar, podemos -para sustituirlo- incluir alimentos que de forma natural ya tienen de por sí un sabor dulce muy importante, como por ejemplo el plátano, el boniato, la calabaza asada, las pasas o los dátiles, que es un ingrediente que se suele utilizar mucho para hacer bollería saludable.

También, podemos echar otros condimentos o especias como la canela, el cacao puro, el jengibre, la ralladura de limón o de naranja, etc. Y añadir también productos de gran valor nutricional como los frutos secos o las semillas.

Hay un sin fin de recetas que podemos realizar sin azúcar ni harinas refinadas y usando productos de calidad nutricional. "Así, nos aseguramos de que estamos haciendo un postre saludable y que podemos incluso consumirlo de forma habitual y no de forma ocasional como los otros", señala.

Es cierto que hay personas que están acostumbradas al sabor dulce del azúcar o de los productos procesados porque llevan tomándolos toda la vida y les cuesta dejarlos. Sin embargo, es importante para nuestra salud empezar poco a poco a consumir menos azúcar. Datos publicados el año pasado mostraban que en España se cuadruplica el consumo de azúcar añadida que se debería tomar a diario. "No es necesario pasar de 0 a 100. Pero sí ir, poco a poco, reduciendo su consumo. Al final el paladar se acostumbra a los nuevos sabores, al igual que un día se acostumbró al azúcar", finaliza de la Fuente.

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