Consumir alimentos congelados es algo muy común actualmente, dado que en multitud de ocasiones las prisas no nos dejan tiempo para comprar y comer alimentos frescos, dejando al congelador como un auténtico salvavidas culinario. Sin embargo, todavía existen muchas dudas sobre los alimentos congelados: cuáles se pueden congelar y cuáles no, cómo deben consumirse, si pueden cocinarse directamente o deben seguir un proceso de descongelación paulatina, y un largo etcétera.

Por el momento, sabemos que algunos alimentos congelados son más recomendables que otros, aunque ese mismo principio puede seguirse con los alimentos no congelados o frescos: siempre deben evitarse los alimentos ultraprocesados. Y, respecto al uso de los alimentos congelados o proclives a su congelación, aún a día de hoy seguimos cometiendo una serie de errores. Y algunos de esos errores continúan tras intentar consumir o cocinar los alimentos una vez descongelados. 

El proceso de congelación se produce cuando un alimento se seca y se forman los conocidos cristales de hielo alrededor de dichos comestibles; se trata simplemente de humedad que ha escapado del alimento en cuestión y se ha convertido en hielo posteriormente.

Congelación segura

En realidad estos cristales superficiales no deberían producirse siempre, sino tan solo en dos situaciones determinadas: o bien no se han almacenado los alimentos correctamente, o bien se han dejado en el congelador demasiado tiempo. Cada alimento se puede dejar una temporada determinada dentro del congelador, destacando las carnes como pollo o ternera, que pueden permanecer en el congelador entre tres y seis meses, respectivamente. 

Hay comestibles que directamente no es recomendable congelar, como las verduras de hoja verde, algunas frutas o las salsas.

Cabe destacar que los alimentos que contengan cristales de hielo alrededor no tienen por qué ser perjudiciales para la salud. De hecho, es seguro consumirlos, pero muy probablemente su sabor y textura se habrán deteriorado a raíz de la aparición de estos cristales. De todas formas, podemos evitar la formación de estos cristales siguiendo estos pasos:

En primer lugar, es crucial almacenar los alimentos correctamente, ya sea en recipientes herméticos hechos para el congelador, o bien envolviendo los alimentos en plástico transparente adecuado para esta finalidad; si entra aire en estos recipientes o en el mencionado plástico, se acelerará el proceso de creación de cristales de hielo.

En segundo lugar, el congelador no debe estar ni demasiado frío ni demasiado lleno de alimentos o recipientes. Es importante dejar espacio entre los alimentos y mantener una temperatura cercana a 0 grados centígrados. Así mismo, si se planea congelar algún tipo de alimento que haya sobrado de alguna comida, siempre debe dejarse enfriar antes de introducirlo en el congelador; en caso contrario, el calor desprendido por el alimento producirá vapor y condensación, acelerando el proceso de formación de cristales.

A pesar de que cada alimento tiene un tiempo determinado de congelación, y a pesar de que se cubra de cristales de hielo, su consumo será igualmente seguro (a menos que esté contaminado previamente).

Noticias relacionadas