Aunque en cada país e incluso en las distintas zonas de un mismo Estado las barbacoas pueden conllevar el consumo de alimentos muy diferentes, la mayoría de ellas tienen varios factores en común: carne y grasa.

De hecho, las carnes más grasas y menos magras suelen ser las protagonistas de este tipo de comidas, destacando entre ellas las hamburguesas. Eso sin olvidar todos los alimentos asociados a modo de "picoteo", los cuales también colaboran en dar lugar a una potencial bomba calórica. Por ello, hoy repasaremos algunos de los alimentos que deberían evitarse, sustituirse o al menos intentar reducirse, cuando se va a realizar una barbacoa.

Hamburguesas gigantes

Las hamburguesas no son un enemigo a eliminar en una barbacoa o en cualquier comida, pero su composición y tamaño sí pueden ser un problema. La mayoría de las hamburguesas prefabricadas que se pueden adquirir en el supermercado no suelen ser de la mejor calidad, pudiendo llegar a adquirir productos burguer meat cuya porcentaje de carne es bajo, y además no tiene por qué poseer unos requisitos mínimos de calidad. Cualquier carne picada no vale, como ya explicamos en EL ESPAÑOL.

Si se organiza una barbacoa al aire libre, lo ideal sería que las hamburguesas posean un mínimo de 75-80% de carne magra, siendo el resto grasa si se desea, dado que otorga sabor al producto. Por otro lado, se debe tener cuidado con el origen de dicha carne, prefiriéndose siempre las carnes más magras (pollo o pavo) sobre las más grasas (ternera o cerdo). Así mismo, también se debe tener cuidado con la forma de cocinarlas, pues cuanto más magra sea la carne, más fácil será cocerla en exceso.

Ensaladas con salsa

En determinadas zonas, es común acompañar las carnes de las barbacoas con ensaladas inundadas de diferentes salsas. Así mismo, no suelen tratarse de ensaladas verdes sin más, sino que suelen haber patatas y pasta, junto a la típica mayonesa.

El uso de las patatas y pasta añade un gran porcentaje de carbohidratos, pero la mayonesa colabora también en elevar la densidad calórica de la comida. Y no solo eso, dado que la mayonesa asocia un peligro conocido, pero que continúa causando estragos en las épocas de calor: puede echarse a perder bajo el sol, y dar lugar a graves intoxicaciones alimentarias.

En este caso el consejo sería rebajar la densidad de dichas ensaladas, apostando por más verduras frescas o cambiar las patatas por batata o boniato (más denso nutricionalmente, con un nivel calórico similar). Y, sobre todo, usar pocas o ninguna salsa añadida, apostando siempre que se pueda por grasas saludables, como el aceite de oliva.

Salchichas

Las salchichas, longanizas o chorizos son, por sí mismos, bombas calóricas basadas en un gran porcentaje de grasa, y un escaso porcentaje de carne. Sin embargo son, junto a las hamburguesas, los grandes protagonistas de cualquier barbacoa, al menos en España.

En este caso el consejo es fácil, aunque poco popular: sustituir las salchichas y similares por una parrillada de verduras, como acompañante de la carne más magra. O al menos elegir salchichas basadas en carnes más saludables, como el pollo o pavo, que suelen poseer menos grasa en comparación.

La carne cubierta de salsa barbacoa

Sumergir los diferentes tipos de carne de una barbacoa en una salsa con el mismo nombre puede sonar delicioso, pero con gran probabilidad se estarán consumiendo calorías en exceso, dado que esta salsa puede poseer grandes cantidades de azúcar.

Aunque, sin embargo, no es la salsa menos saludable del supermercado, siendo la mayonesa una salsa más densa. Y, aún así, probablemente ninguna salsa del supermercado podría catalogarse como saludable, aconsejándose siempre la elaboración de salsas caseras si es posible.

La carne con más grasa

Probablemente los trozos de carne más sabrosos sean precisamente aquellos que más grasa poseen. Y por tanto, no son la mejor opción a nivel nutricional.

Como sucede con las hamburguesas y cualquier tipo de carne de una barbacoa, idealmente deberían elegirse cortes magros, que puedan resaltar su sabor gracias a condimentos externos no calóricos, como sal, pimienta o zumo de limón. O bien, especiar la carne previamente a pasarla por las brasas. Sumará sabor, sin sumar densidad calórica.

Comer ambas partes del pan de hamburguesa

A menos que se elija conscientemente pan más natural, o bien se prepare de forma casera, con gran probabilidad el pan de hamburguesa esponjoso y clásico en cualquier barbacoa esté elaborado con harinas refinadas, algo que suele sumar carbohidratos sin sentido, a costa de reducir densidad nutricional.

En este caso, existen varios caminos a seguir: o bien comer tan solo la mitad del pan (solo una de las dos partes del pan de hamburguesa), o bien sustituirlo por un pan de mejor calidad, siempre sin pasarse con las cantidades.

La carne más marinada

Aunque existen muchas formas de adobar o marinar la carne, la mayoría de los casos implican una solución alta en grasas, sal, azúcar, o todo a la vez.

En este caso, las alternativas son diversas: o bien adquirir marinados preparados lo más saludables posible, atendiendo a su etiquetado, o bien hacerlo uno mismo, priorizando siempre que sea posible el uso de aceite de oliva virgen extra. Así mismo, tampoco es necesario marinar la carne toda la noche, sino que bastaría con realizar pequeños agujeros a la carne y marinarla tan solo un par de horas para que adquiera el sabor del marinado, sin absorberlo completamente, evitando así densificar calóricamente el producto final.

Por otro lado, también es posible echar la mezcla de marinado mientras que asa la carne lentamente, probando a usar una mezcla de mínima sal, azúcar, agua y zumo de limón por encima, sin abusar.

Patatas fritas y salsas

De la misma forma que sucede con las ensaladas de pasta o patata bañadas en salsa, los snacks o aperitivos basados en las patatas fritas o chips como se conocen al otro lado del Atlántico, son una tentación a evitar: cuando se empieza, suele ser difícil parar.

Por ello, si se es un invitado en una barbacoa es importante tener autocontrol, y sobre todo evitar en lo posible el abuso de las salsas acompañantes. Si se es el anfitrión, sería conveniente elaborar las salsas de la forma más casera posible, evitando un exceso de grasa, sal y/o azúcar en las mismas. Así mismo, es también importante evitar que las salsas queden expuestas al sol.

Respecto a los snacks, es recomendable sustituirlos por alternativas vegetales, o al menos por alternativas menos densas calóricamente que las típicas patatas fritas embolsadas.

Probar cada uno de los postres disponibles

Habitualemente en una barbacoa, o en cualquier tipo de comida o cena con múltiples invitados, suele haber más de un tipo de postre, y no son pocos los que buscan probar cada una de las opciones disponibles, a cuanto más sabrosa y calórica, mejor.

En este caso, el consejo es similar a los anteriores: priorizar el consumo de frutas sobre pasteles o bollería industrial. Si no existe tal opción, elegir el postre que más guste, pero solo un único postre y no una porción de cada uno de ellos.

Y, si se es el anfitrión de una de estas barbacoas, es aconsejable intentar preparar los postres de forma casera y disminuyendo su potencial calórico siempre que sea posible.

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