Los fideos orientales instantáneos se han puesto de moda en la última década. De hecho, en 2016 fue nombrado producto del año por la consultora Kantar Worldpanel. Uno de los más conocidos por su nombre propio es el Yatekomo, que podemos encontrarlo en el supermercado junto a otras marcas con menos cuota de mercado como Soba o Maggi.

El 'súper' nuestro de cada día: de los Yatekomo a los Soba

Pero, ¿qué es realmente lo que ingerimos en estos preparados instantáneos? Si comprobamos la lista de ingredientes, podemos comprobar que lo primero que aparece son los fideos, cuya cantidad oscila entre el 75% y el 90% del total del producto dependiendo de cada marca. Este tipo de pasta está elaborada con harina de trigo (refinada), aceite de palma, almidón modificado, sal y gasificantes. Esto no es lo único que nos debería hacer rechazar este tipo de productos, ya que el problema de los ultraprocesados va más allá de un ingrediente aislado. Es la mezcla de todos ellos lo que hace que sean una bomba de relojería de la que cada día es más evidente que debemos huir, según explicaba una nutricionista a EL ESPAÑOL.

Asimismo, estos noodles suelen incorporar una pequeña bolsa con una salsa cuya cantidad de sal suele ser muy elevada y que, lejos de ser simplemente soja, incluye una extensa lista de ingredientes con distintos aditivos. Además de la salsa, lleva otros ingredientes como azúcar añadido (en forma de azúcar de mesa y maltodextrinas) y potenciadores de sabor como glutamato monosódico y ribonucleótidos de sodio, según la especialista.

[Más información: De los Yatekomo a los Soba: el horror de los fideos chinos instantáneos]

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