
José Miguel Viñas es físico, meteorólogo y consultor de la Organización Meteorológica Mundial. Meteored.
José Miguel Viñas, meteorólogo: "No pensemos que, por haber llovido este año, vamos a tener más frescor este verano"
"La primera ola de calor de este año va a ser excepcional por sus temperaturas y su duración" / "Probablemente tendremos el mes de junio más cálido de la serie histórica en España" / "Las temperaturas muy, muy altas iniciarán entre el martes y el miércoles, y se pueden prolongar más allá del fin de semana".
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Si la primavera de 2025 será recordada como una de las más húmedas en la historia reciente de España, la última semana de la estación está marcada en rojo en el calendario.
El verano se adelanta esta semana con temperaturas de plena canícula, advierte José Miguel Viñas, físico, meteorólogo de Meteored y consultor de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Las temperaturas de este anticipo de ola de calor van a superar los 40 ºC en amplias zonas del país, adelanta a EL ESPAÑOL, y su prolongada duración va a sofocar al país sin alivio térmico a la vista.
¿El actual repunte de las temperaturas va a llevarnos a valores de pleno verano a mitad de junio?
Sí, así es. Veníamos ya de temperaturas muy elevadas en varias zonas de la Península Ibérica, sobre todo en la mitad sur y puntos del este. La situación de lluvias y tormentas de esta semana ha contribuido un poco a aplacar el intenso calor, pero en cuanto la estabilidad atmosférica ha vuelto, las temperaturas han subido de nuevo. Ya lo estamos notando todo este fin de semana, y de cara a la próxima semana, es bastante probable que se dé inicio a la primera ola de calor del año.
¿Entra dentro de la normalidad meteorológica de España una ola de calor en estas fechas, o debemos considerarla temprana?
Bueno, yo creo que estamos viviendo un mes de junio excepcional en lo que se refiere a las temperaturas incluso antes de que haya olas de calor. Están siendo muy altas, y viendo la previsión de lo que resta de mes, es casi seguro que será el mes de junio más cálido de toda la serie histórica en España. Parece probable que la ola llegará a mediados de la próxima semana, si no hay grandes variaciones sobre lo que apuntan los modelos. Que una ola de calor ocurra antes del verano astronómico, que empieza el 20 de junio, ya es excepcional.
¿Esto se relaciona con la tendencia a que se acorten y desaparezcan estaciones intermedias como la primavera en España?
Lo normal sería que las olas de calor cayeran ajustadas al calendario de los meses de verano. Pero estamos viendo episodios de calores más propios de julio y agosto que de mayo o de junio al final de la primavera. Por lo tanto, sí, es una situación excepcional, y marca un cambio de tendencia. Echando la vista atrás vemos que los episodios de calor veraniego se están empezando a dar más frecuentemente.
Otra tendencia es a que las olas de calor sean cada vez más largas. ¿Es posible que esta primera ola de calor dure más de tres días?
Sí. El umbral para catalogar un periodo de altas temperaturas como ola de calor tiene varias condiciones. Una de ellas es que se alcancen al menos tres días seguidos de valores muy por encima de lo normal. Estamos hablando de predicciones a medio plazo y podría haber variaciones, pero sí, en principio sería un episodio prolongado. Las temperaturas muy, muy altas iniciarán a mediados de la próxima semana, entre el martes y el miércoles, y seguramente se prolongarán más allá del fin de semana.
Si hablamos de una ola de calor que puede extenderse incluso seis días, ¿ya tiene rango de excepcionalidad?
Sí, tanto por su duración como por la intensidad del calor. Habrá que ver qué temperaturas se alcanzan finalmente. Pero si hablamos de máximas que rondarán los 40 grados o más en distintas zonas de España cuando todavía no estamos ni en julio ni agosto, probablemente no hablaremos únicamente de una ola de calor, sino de nuevos récords de temperaturas históricas para un mes de junio.
La primera mitad del año ha tenido meses menos cálidos en España. Marzo fue incluso frío según Aemet. ¿Se puede hablar de cambio de tendencia?
Bueno, el proceso al que llamamos 'calentamiento global', y que abarca tanto la tendencia al alza de las temperaturas como los impactos asociados, no tiene una progresión lineal. Cada año no va a ser necesariamente más extremo que el anterior. Pero se observan tendencias muy claras. La singularidad de esta pasada primavera fue un mes de marzo que sorprendió más por la pluviometría que por la temperatura. Esto tiene cabida en el marco del calentamiento: puede ocurrir que un año no entre el calor hasta tarde, pero lo más frecuente es que cada vez haya más episodios tempranos de altas temperaturas incluso en los meses de marzo y abril.
📈La primavera de 2025 fue normal en conjunto en cuanto a temperaturas, aunque con un marzo muy frío y un episodio de calor muy intenso para la época a finales de mayo. pic.twitter.com/66NeNZAKIZ
— AEMET (@AEMET_Esp) June 13, 2025
¿Deberían también declararse olas de calor cuando se dan estos episodios en meses de primavera y otoño, y no limitarlas a los estivales?
En principio no hay ningún obstáculo que lo impida. El cambio debería estar en la referencia en base a la que se establecen los criterios, porque son las temperaturas extremas de julio y agosto. De este modo, podemos tener episodios de calor anómalo en abril o en mayo, pero no se declarará la ola de calor porque el criterio técnico solo tiene en cuenta los meses centrales del verano. Probablemente habría que estirar esos parámetros para abarcar a junio y a septiembre.
¿Un episodio de calor extremo en un mes de primavera puede ser más peligroso que uno en verano para la salud pública, ya que aún no estamos aclimatados?
Claro, los impactos son distintos. Si estamos todavía en el curso escolar, con niños y profesores metidos en clase en centros escolares que no tienen aire acondicionado o una ventilación adecuada, eso es un problema. Y no hay que olvidar al campo. Ahora mismo hay preocupación por una entrada tan prematura de los fuertes calores para el cereal. El trigo o la cebada se están agostando antes, y va a obligar a adelantar la recogida cuando probablemente la planta no ha alcanzado su nivel idóneo.
La Organización Mundial Internacional ha estimado en un 80% las probabilidades de que 2025 sea el año más cálido en todo el mundo. ¿Queda España al margen de esta previsión?
Puede ocurrir que nuestro país quede algún año por encima o por debajo de la media. Ya ocurrió en 2024: no fue el año más cálido de la serie histórica en España, pero a nivel mundial sí que lo fue. Y hay que tener en cuenta que, salvo marzo, el resto de la primera mitad del año tampoco ha tenido valores tan bajos. Lo significativo ha sido la cantidad de lluvia caída. Ahora que empiezan los calores, habrá que ver si finalmente la media anual de temperatura en España queda a la par que la mundial o algo por debajo.
¿Las lluvias abundantes que han regado España los meses precedentes contribuyen de alguna manera a aliviar los meses de calor que llegan?
Ha habido un 'efecto disparo' en la vegetación, y en algunas zonas puede darse un mayor confort térmico al haber más cubierta vegetal. Pero con estas temperaturas extremas va a llegar rápidamente el estiaje, aumentando el riesgo de incendios. ¡No pensemos que, por haber llovido, vamos a tener más frescor este verano! La parte positiva son las reservas hídricas, porque ahora tenemos por delante meses en los que llueve muy poco, salvo por las posibles tormentas. Eso ayudará a partir de una situación mejor si finalmente el próximo otoño no es húmedo.
Un reciente artículo en Nature asegura que la ola de calor marina en el Atlántico Norte no tiene precedentes en la era moderna. ¿Es un factor que nos seguirá afectando?
Sí, es algo que se está observando en prácticamente todas las cuencas oceánicas. Ahora mismo tenemos anomalías de entre 2 y 3 grados en las aguas atlánticas que bañan de la península a Canarias. Y el Mediterráneo tiene incluso anomalías de 3 y 4 grados. En el Mediterráneo Occidental es incluso más. Esta componente oceánica introduce un factor adicional de aporte de vapor de agua. El nivel de intensidad que pueden alcanzar los fenómenos tormentosos es la principal consecuencia. Lo hemos visto en las recientes tormentas que han causado muchos daños por el tamaño del granizo.
El calor marino no da señales de remitir. ¿Qué otros efectos podemos esperar de forma inmediata?
Esto también puede afectar a la temporada de huracanes en el Atlántico. Eso no quiere decir que alguno de esos sistemas se vaya a acercar a nuestras costas. Pero si se diera esa casualidad, se va a encontrar con unas aguas que lo van a fortalecer por la alta disponibilidad de vapor de agua. Al final es un conjunto de factores que apuntan todos en la misma dirección. La de potenciar fenómenos extremos como las olas de calor y meteorología de alto impacto como las tormentas.
¿Es posible, por tanto, que este verano esté tan marcado por el calor como por las fuertes tormentas?
Sí, es una tendencia observada también. Esto no quiere decir que vayan a caer estas tremendas granizadas siempre que haya un episodio tormentoso, pero desde luego ahora hay más papeletas para que ocurra. Siempre que haya cierta inestabilidad atmosférica -no tiene por qué ser una dana, puede ser simplemente algo de aire frío en altura-, se juntarán los ingredientes para que las tormentas se formen con más intensidad y con mayor potencial destructivo, como ocurrió con el granizo.