Las dietas restrictivas suelen ser utilizadas a menudo con el objetivo de perder peso de forma rápida. Pese a que no son muy recomendables, en algunos sujetos, restringir determinados alimentos es necesario por el bien de su salud, como es el caso de aquellas personas que sufren alergias o intolerancias alimentarias como la celiaquía.

Los expertos han señalado en multitud de ocasiones que es recomendable no sobrepasar ciertos límites, pues llevar a cabo una dieta con escasa variedad de alimentos puede privar al organismo humano de vitaminas y minerales esenciales para su buen funcionamiento. Esto es lo que le ocurrió a un niño canadiense de 11 años, que casi pierde la visión tras comer durante 8 meses una dieta basada exclusivamente en carne de cordero, patatas, cerdo, manzanas, pepinos y cereales.

El caso acaba de ser publicado en la revista JAMA Pediatrics. Según se relata en el mismo, el pequeño fue llevado al hospital después de que sus padres detectasen un empeoramiento progresivo de su visión. Cuando los médicos examinaron al pequeño, se dieron cuenta de que el problema era más grave de lo que parecía y que tenía la visión afectada de forma severa. Según Eyal Cohen, el pediatra que lo examinó en el Sick Children Hospital de Toronto, sólo podía distinguir movimientos de manos a una distancia de 30 centímetros de su cara o menos. Asimismo, la capa más externa de los ojos estaba extremadamente seca, lo que a su vez podía contribuir a la acumulación de impurezas en la córnea (lo que en terminología médica se denomina como manchas de Bitot).

En este caso destaca el hecho de que el paciente sufría múltiples alérgias alimentarias y lesiones tipo eccema en la piel. Por ello, debido a la preocupación de sus padres, su alimentación era muy restrictiva, llegando a comer tan solo patatas, cerdo y cordero, manzanas, pepinos y cereales. Todos estos alimentos comparten una cosa en común, y es que ninguno posee vitamina A.

La falta de vitamina A y los problemas de visión

Los médicos realizaron una analítica sanguínea al niño y detectaron que tenía muy bajos los niveles de vitamina A. Teniendo en cuenta que el rango normal se encuentra entre los 25,8 y los 48,7 microgramos, se llegó a la conclusión de que el problema de visión venía de la falta de este compuesto, que no se encuentra presente en ninguno de los alimentos de la dieta que llevaba el pequeño.

Si bien es cierto que el déficit de vitamina A es muy común en las zonas más pobres del planeta -siendo una de las principales causas de ceguera-, en los países más desarrollados suele ser algo muy raro. Sin embargo, como sucedió en este caso, llevar a cabo una dieta muy restrictiva y con una variedad muy baja de alimentos aumenta el riesgo de sufrir problemas de este tipo.



Como bien afirman los investigadores en su trabajo, la vitamina A es esencial para los seres humanos ya que, entre otras cosas, ayuda al buen funcionamiento de determinadas células de los ojos. Por ello, la carencia de esta vitamina puede desembocar en anomalías en la retina.

Para solucionar el problema de este niño, los médicos le administraron megadosis de vitamina A por vía intravenosa durante dos días, con una tercera dosis a las dos semanas. A las seis semanas de tratamiento, el niño había mejorado de forma significativa. Pese a usar gafas, los autores del estudio señalan que es posible que nunca se llegue a corregir de forma total la falta de visión del paciente y queden secuelas.