Ciudades, construcciones, monumentos, útiles que allanaban la vida de los lugareños, formas de entender la vida y hasta deportes son algunos de los elementos de Castilla y León que la UNESCO presenta en su listado de Patrimonio Mundial. Desde la dieta mediterránea, con su forma de entender los encuentros sociales en torno a un plato, regado con un caldo Denominación de Origen, hasta la doma de los halcones, pasando por el Acueducto de Segovia y la Catedral de Burgos, además de ciudades como la insignia de la cultura, Salamanca, Ávila o Segovia.

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    Ávila

    Recogida en torno a los restos de una muralla de 2,5 kilómetros, del siglo XII, fue testigo de 2.000 batallas, con hasta 87 torreones en su entorno. Guardianes como los verracos de piedra prerromanos continúan siendo los garantes de una ciudad que vivió su época de esplendor con la Reconquista cristiana. Patrimonio de la Humanidad desde 1985, se encuentra estrechamente ligada a la figura de Santa Teresa de Jesús con el convento, que lleva su nombre, erigido sobre el solar de su hogar natal, además de la iglesia de San Juan Bautista, donde fue bautizada. Otras edificaciones como el monasterio de la Encarnación, el convento de San José o los Cuatro Postes otorgan a la ciudad un carácter solemne e imperecedero. Ávila destaca, también, por las vistas que ofrece en torno al Mercado Chico o el paseo del Rastro y, sobre todo, desde el Valle Amblés, del que se puede disfrutar tras deleitar el paladar con una pieza de ternera autóctona, acompañada de unas yemas de Santa Teresa como postre.

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    Salamanca

    Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, la ciudad charra eleva el Renacimiento a la máxima expresión, así como lo hace con la cultura y la educación, por su Universidad, en cuya fachada se esconde una rana, símbolo de la ciudad, que otorga buena suerte a los estudiantes que la encuentren. La Vía de la Plata, testigo del paso de los romanos por la ciudad, se abre paso en el centro neurálgico del Siglo de Oro. Salamanca cuenta con una gran representación, precisamente, en las letras españolas, con firmas como las de Fray Luis de León, Fernando de Rojas o Miguel de Unamuno, quienes pasearon por su Plaza Mayor y la Universidad, un tesoro del plateresco, además de sus dos catedrales, tanto la Vieja como la Nueva. Mención especial merece el Huerto de Calisto y Melibea, quienes protagonizan ‘La Celestina’, además de la Casa-Museo de Unamuno, con sus palacios y casas que pueblan uno de los emblemas culturales del país.

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    Segovia

    Son muchas las fotografías sacadas en torno al acueducto de la ciudad, de 15 kilómetros de longitud, con una altura que alcanza los 29 metros y con más de 20.000 sillares de granito unidos por la fuerza de la gravedad, sin material adhesivo alguno, erigido hace 2.000 años. Patrimonio de la Humanidad desde 1985, fue un emplazamiento relevante en la historia de Isabel la Católica, ya que desde su Alcázar salió para proclamarse reina. Además, la ‘Dama de las catedrales’ presenta un estilo gótico tardío y se erigió con las manos de los habitantes de la ciudad tras la destrucción de la antigua catedral, durante la Guerra de las Catedrales, en el año 1520. Tras ellos, un conjunto histórico enclavado en el barrio de la Judería, mirado desde lo alto por el Mirador de la Canaleja o el edificio de La Alhóndiga conceden un recuerdo singular, aderezado con el disfrute de su cochinillo asado. Este manjar fue impulsado por Cándido López Sanz que, a su vez, fue reconocido por el premio Nobel Vicente Aleixandre.

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    Yacimiento de Atapuerca

    Miguelón es uno de los más ilustres del yacimiento burgalés, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, así como lo es su cráneo, conservado en perfecto estado desde hace 300.000 años. Como en toda búsqueda, la suerte o la oportunidad se presenta cuando menos se espera y, en el caso de Atapuerca, ésta llegó a finales del siglo XIX, cuando se excavaba una trinchera en favor de un ferrocarril minero. Un total de cinco especies, por el momento, se han hallado en el yacimiento, a saber, del Homo sp. -por determinar-, de hace 1.200.000 años; del Homo antecesor, de hace 850.000 años; del Homo heidelbergensis, cuyos restos datan de hace medio millón de años; además del Homo neanderthalensis y del Homo sapiens. Cabe destacar en la propia capital burgalesa, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, concebido para indagar y divulgar sobre los propios yacimientos.

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    Las Médulas

    La catalogación de este paraje que sirvió como mayor conjunto de minas de oro del Imperio Romano, desde el año 30 hasta el siglo III, data del año 1997. Se encuentra a 25 kilómetros de Ponferrada, en la comarca berciana, y supone el paradigma de la avanzada ingeniería de los romanos y para ello basta con conocer el método de extracción de oro conocido como ‘ruina montium’. Este proceso consistía, nada menos, en derribar la montaña con grandes cantidades de agua, trasladada desde los ríos mediante canales de abastecimiento, para depositarla en grandes y elevados embalses. Tras ello, el agua liberada se abría paso por las galerías previamente horadadas y arrastraba las tierras hasta los canales de lavado, donde se extraía el oro.

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    Siega Verde

    Tan sólo 15 kilómetros separan el yacimiento de la salmantina localidad de Ciudad Rodrigo, rico en arte rupestre paleolítico. Fue el arqueólogo Miguel Santonja quien halló el primer grabado, gracias a la colaboración de un pastor local, en el año 1988. Fue el punto de partida de una constante búsqueda a lo largo del repecho, erosionado por el río Ágreda. Consta de 94 paneles de piedra bañados por las aguas del cauce que le permiten ser uno de los más importantes del viejo continente, junto con el portugués Valle de Côa. Además, está conformado por 645 grabados que representan animales, además de figuras geométricas y signos esquemáticos. Estos motivos fueron grabados mediante piqueteado de puntos, incisión de finas líneas y la abrasión, más ancha y profunda.

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    Camino de Santiago Francés

    Se extiende a lo ancho de Castilla y León, durante 450 kilómetros y fue el hallazgo de la tumba del apóstol Santiago el mayor, en Compostela, lo que supuso un antes y un después en la peregrinación en Europa, tornándose en la ruta cristiana más importante, desde el siglo XI. Localidades de Burgos, Palencia y León como Redecilla, Castrojeriz, Frómista o Sahagún dan paso a monumentos góticos, como las catedrales de Burgos y León, obras del Renacimiento, como el burgalés Hospital del Rey o el monasterio de San Zoilo, en Carrión de los Condes. Fue en el año 1993 cuando la UNESCO declaró el Camino de Santiago Francés como Patrimonio de la Humanidad, tras haber recibido un mayor interés general por la población a finales del siglo anterior, dada la reaparición de reliquias desaparecidas durante tres siglos.

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    Catedral de Burgos

    Combina el gótico y el románico y se alza 50 metros sobre el suelo en la fría capital burgalesa, bajo la que yacen 19 capillas, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984. Cuatro son las puertas que permiten el acceso a su interior -la del Perdón, la clasicista de Sarmental, la de Cordelería y la renacentista del Corralejo- con una destacada escalera dorada, influida por el Renacimiento italiano y labrada por Diego de Siloé, en el siglo XVI. La catedra cuenta con dos compañeros, el Papamoscas y Martinillo, siempre saludados por los visitantes, que repican las campanas a las horas en punto y en los cuartos, respectivamente. La cúpula, de 50 metros de altura, supone una muestra excelsa del estilo plateresco, bajo la que yacen Rodrigo Díaz de Vivar ‘El Cid Campeador’ y doña Jimena, su mujer.

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    Hayedos

    Tres grandes conjuntos de este árbol milenario, que sobrevivió a la era glacial, son los que guardan las fronteras de la Comunidad, como los de Cuesta Fría y del Canal de Asotín, en la parte leonesa de Picos de Europa, y el de Riofrío de Riaza, en Segovia. La UNESCO los reconoció como parte del Patrimonio de la Humanidad en 2017 y su habitante principal, el haya, alcanza los 40 metros de altura, en ocasiones. El hayedo de Cuesta Fría se encuentra entre los ríos Cares y Dobra, abriéndose paso entre la Senda del Arcediano. Por su parte, el de Asotín presenta un acceso abrupto, apto para los más expertos senderistas, ubicado en un paraje casi escondido de la masificación, por lo que se trata de un enclave mágico. Por último, el de Riofrío se encuentra en el macizo de Ayllón y sirve como punto de estudio para conocer la flora peninsular, provista de serbales, acebos, abedules y tejos.

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    Cetrería

    “La primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo”, definió Félix Rodríguez de la Fuente la tradición arraigada en Castilla y León, donde se celebran numerosas jornadas de cetrería a lo largo del año. Lo que se concibió como la búsqueda de alimento para el hombre, en origen, ha evolucionado en la preservación de un bien natural y, también, en un deporte, capaz de fomentar la lealtad y fidelidad entre animal y ser humano. Destaca la ciudad de Salamanca, con una de las citas más importantes a nivel mundial, el Trofeo de Reyes de Altanería, conocido, también, como Troleal.

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    Dieta mediterránea

    Lo que concluye presentado en el plato, listo para ser degustado, comienza mucho antes, en el cuidado del producto, la cría del animal o el mimo dedicado a los huertos. Castilla y León es uno de los puntos en los que la dieta mediterránea cobra vida, debido a la gran variedad de alimentos que presenta, como numerosos vinos con algunas de las denominaciones de origen más valoradas, legumbres, queso, la matanza del cerdo y el jamón ibérico o el lechazo. Declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, también ensalza la hospitalidad, las reuniones en torno a una mesa, sin importar la fecha y el constante diálogo.