Soy logopeda y este es el error que cometen los padres con sus hijos: “Por desgracia nos necesitan”

El 6 de marzo es el Día europeo de la Logopedia. Una profesión de las denominadas más recientes pero que es más necesaria que nunca. Son muchos los trastornos del habla que pueden padecer mayores, medianos y pequeños. En un día especial para el colectivo, quieren revindicar que “a pesar de confundirnos con "los de la /r/" y pensarse que solo trabajamos con niños, nuestra labor va mucho más allá”.

Son palabras de Andrea Plana González, logopeda gerente de un centro en Valladolid y especialista en terapia miofuncional, además de asesora de lactancia, docente y mamá. “Los logopedas podemos ayudar en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento hasta la 3ª edad pasando por la niñez, adolescencia y edad adulta”, explica.

Son los encargados de evaluar, diagnosticar y tratar aquellas alteraciones relacionadas con el lenguaje, el habla, la voz, la respiración, la masticación, la deglución, la audición, la lectura, la escritura, la lactancia...Y todos estos problemas pueden surgir a cualquier edad y por cualquier situación.

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Son muchos los casos que Andrea nos pone. Un bebé con frenillo lingual corto con problemas de lactancia, un adolescente con tartamudez, un niño que respira por la boca, un paciente al que van a poner ortodoncia pero no coloca bien la lengua en reposo o durante la deglución, un profesor que tiene nódulos vocales por su esfuerzo vocal, una persona que ha sufrido un ictus y tiene problemas para tragar o comunicarse con su entorno.

“Y así podría ponerte mil ejemplos más. Atendemos en todas las edades y en muchas alteraciones de distinta índole”, apunta a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, y es que reconoce que “por desgracia mucha gente nos necesita”. E incide en que se les asocia con niños, “pero muchas personas adultas nos necesitan y no saben cuánto podemos mejorar su calidad de vida”.

Andrea junto a un niño durante la terapia

Desde su centro en Valladolid, Logrospedia, aborda todas estas dificultades con una atención personalizada, adaptando cada valoración y proceso terapéutico a las necesidades de cada paciente.

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Plana reconoce que en estos momentos su profesión es muy demanda por muchos motivos, “aunque hoy en día podría decirte que la respiración oral y la deglución atípica tanto en niños como en adultos son dos de las alteraciones con mayor frecuencia en nuestra consulta”.

Los errores de los padres

Dos son los errores que señala que los padres cometen ahora mismo con sus hijos. Uno, cuando no han empezado terapia, “el mayor error es pensar que se pasará solo y que si no se soluciona ya llevarán a su hijo cuando sea mayor”, ya que opina que esto muchas veces viene condicionado por la opinión de otros profesionales. “Desde aquí quiero reivindicar que la prevención, el diagnóstico precoz y la atención temprana son fundamentales para un buen pronóstico”.

El segundo error es comenzar la terapia y pensar que por ir al logopeda todo se soluciona. “Para un pronóstico favorable necesitamos muchos más factores: la motivación del paciente, la cooperación de la familia para el seguimiento de pautas y ejercicios en casa, la asistencia asidua a las sesiones… siempre lo digo, tenemos que ser un equipo, tanto con la familia como con el resto de equipó transdisciplinar que pueda estar ayudando a ese paciente”.

La mascarilla

Por suerte el tema de la mascarilla ya se olvidó. La pandemia hizo mucho daño y uno de ellos fue el tener que llevarla durante tanto tiempo. “Como profesionales de la comunicación y el lenguaje tener la "boca tapada" era un impedimento bastante grande. Recuerdo que por aquella utilizábamos mascarillas transparentes con los pacientes. Por suerte ya no tenemos que utilizarlas a no ser que un paciente por una necesidad imperiosa de salud lo requiera”.

Situado en la calle Pedro Niño 4, pronto abrirán otro centro en el barrio de Covaresa. En sus redes sociales muestra también trucos y consejos de una manera amena para poder estar a la última en una profesión que como reconoce, todos el mundo puede acabar necesitando.