Pablo Casado en la cooperativa Covitoro (Toro-Zamora)

Pablo Casado en la cooperativa Covitoro (Toro-Zamora)

Sociedad

La vida actual de Pablo Casado lejos de la política: vinculado a la inversión y la consultoría y muy centrado en su familia

El expresidente del Partido Popular vive una etapa muy discreta enfocada en el sector privado y en su mujer y sus hijos, quienes parecen haberse convertido en el motor de su vida y su principal apoyo.

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Querido y criticado a partes iguales, Pablo Casado es parte de la historia del Partido Popular y una figura aún muy presente en la esfera política pese a que ya han pasado más de tres años desde que dejó su cargo al frente del partido y su escaño en el Congreso de los Diputados.

Una decisión que vino acompañada de su retirada definitiva de un mundo que le acompañó desde su juventud y al que hasta ahora no ha vuelto. Ni se le espera.

Desde el minuto uno apostó por un perfil muy discreto y alejado totalmente del foco mediático que ha logrado mantener hasta la actualidad.

Pablo Casado, esta mañana, en el hotel Portocobo de Santa Cruz.

Pablo Casado, esta mañana, en el hotel Portocobo de Santa Cruz. M. Dylan

Así, la figura del palentino forma parte de un absoluto anonimato que explica que prácticamente no se le haya vuelto a ver y que sea poca la información que ha trascendido sobre su nueva vida. Como si se le hubiese tragado la tierra. Y es que, esta ha dado un giro de 180 grados.

Una vez dejada atrás su andadura pública, Casado ha emprendido un camino en el sector privado, donde parece haber encontrado su lugar, de la mano de proyectos en los que ha ido asumiendo un papel muy activo.

El fondo Hyperion Fund, impulsado por el propio Casado y el sobrino de Ana Botín, Ricardo Gómez-Acebo, entre otros, Archery Capital y Atlantic Basin, dedicados a la inversión para empresas de capital de riesgo en el ámbito de la defensa, el sector aeroespacial, la ciberseguridad y la Inteligencia Artificial, y a la consultoría empresarial, son algunos de ellos.

Trabajos que, además, le han llevado a viajar en repetidas ocasiones a países como Estados Unidos, Israel o Latinoamérica.

Además, recientemente ha trascendido que Pablo se ha incorporado como consejero a Mantenimiento Reparación y Operaciones SL, una empresa financiera con sede en Madrid.

Su familia, su prioridad

Si bien, el trabajo no es lo único a lo que el palentino dedica su tiempo, pues este también está muy centrado en su familia, con su mujer, la psicóloga alicantina Isabel Torres, y sus dos hijos, Paloma y Pablo, como su principal pilar y prioridad.

Y es que, al poco de presentar su dimisión, trascendió que Casado abandonó junto a ellos la casa del centro de Madrid en la que llevaban años viviendo para mudarse a una vivienda unifamiliar ubicada a las afueras de la ciudad.

Pablo Casado y su mujer, Isabel Torres, en una imagen de archivo

Pablo Casado y su mujer, Isabel Torres, en una imagen de archivo Gtres.

También es bien sabido que el expolítico se ha acostumbrado a disfrutar de incontables planes familiares con su mujer y sus hijos, que en alguna ocasión le han hecho regresar a algunos de los lugares más turísticos de Castilla y León.

Y, cómo no, a su Palencia natal y a Las Navas del Marqués, el pueblo de Ávila que convirtió en su lugar de paz y desconexión. Hasta el punto de que llegó a empadronarse y a alquilar una casa como segunda vivienda.

Un sinfín de momentos que, aunque antes solía compartir en sus redes sociales, hace tiempo que dejó de hacerlo. Lo del anonimato se lo tomó muy en serio desde el primer momento. Tanto, que desde su retirada no ha vuelto a realizar ninguna publicación.

Una prueba más de que actualmente Pablo Casado se siente cómodo y feliz con ese perfil hermético que adoptó aquel 23 de febrero de 2022.

La fecha en la que anunció su renuncia y que puso fin a una etapa gratificante y convulsa a partes iguales que le llevó a alcanzar grandes logros personales, a convertirse en una figura clave de la historia del Partido Popular y a ser conocido por todos los españoles. Un Pablo del que, al parecer, ya no queda nada.