Hoy, Domingo de Ramos, qué mejor que charlar con Jonathan Espinilla (Valladolid, 1992), gran conocedor de la Semana Santa vallisoletana. Estudió Derecho en la Uva hasta el 2014, luego se especializó en Derecho Canónico por la UPSA y actualmente es miembro colaborador del Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Valladolid.

Antes de entrar en detalle, me parece interesante que explique cómo funciona el Tribunal Eclesiástico, porque no solo está la vía civil, también existe la canónica. ‹‹Siempre se ha visto relacionada con las causas de nulidad matrimonial, algo que es frecuente en todos los Tribunales, aunque más allá de esto, el Código de Derecho Canónico recoge los procesos de causas de canonización, dispensas de las cargas de la sagrada ordenación, causas por delitos penales, aprobación y revisión de estatutos y recursos administrativos, entre otras››.

¿Nulidad o divorcio? ‹‹El proceso de nulidad, y no “divorcio por la Iglesia” como algunos lo conocen, es un proceso que desde el año 2015 tiene una tramitación algo más rápida, ya que se evita el trámite de la doble sentencia conforme por un Tribunal de instancia superior. Las reformas introducidas por el Papa Francisco han permitido un aumento de las causas de nulidad en el deseo de mucha gente de estar conforme con su fe y “regularizar” su situación, que por motivos económicos o demora procesal, junto con el sufrimiento que les provoca recordar lo vivido en el fracaso matrimonial, les desanima a intentar solicitar la nulidad››.

A raíz de esto, y en concreto en Valladolid, ¿hay más bodas o nulidades? ‹‹En este momento hay más bodas que nulidades, lo que es un motivo para continuar con el trabajo emprendido, con diferentes ayudas y charlas con matrimonios que cuentan vivencias y experiencias que permiten un enriquecimiento de los nuevos. Cabe señalar que en nuestra Comunidad el número de matrimonios que permanecen es muy superior al resto, teniendo así una de las tasas más bajas en cuanto a divorcios y nulidades. Y esto son datos del Instituto de Política Familiar (IPF)››.

Domingo de Ramos y la Semana Santa ya ha llegado, ¿se espera alguna novedad? ‹‹Por lo que he visto en el programa de este año no existen grandes novedades, más allá de las modificaciones de algún recorrido por las obras que se acometerán en la Plaza Rafael Cano, del barrio de La Pilarica, y que llevarán a la Cofradía de Nuestro Padre Atado a la Columna a realizar el acto de la promesa de los cofrades en la parroquia de Nuestra Señora de Belén››.

¿Qué tiene de especial la Semana Santa vallisoletana? ‹‹Es especial por su silencio, recogimiento y oración, lo que hace un marco incomparable; además de la calidad de nuestras imágenes: Gregorio Fernández, Juan de Juni, y diversos maestros de la escuela castellana. Todo ello hace que sea especial y el sentimiento de dolor que transmiten las imágenes permite una unión de Cristo con nosotros››.

Para Jonathan son días de mucho trabajo, pero que vive con mucha ilusión y devoción, por lo que antes de retirarnos le pregunto por la relación Iglesia-juventud: ‹‹Es un binomio muy actual y perfectamente compatible, ya que este año es la preparación del Sínodo de los Obispos sobre la fe, jóvenes y discernimiento vocacional. Los jóvenes piden a la Iglesia que les escuche. También reclaman que tenga una actitud de cercanía y apertura hacia el mundo de hoy: aceptación de las diferencias, tolerancia, diálogo y claridad evangélica; que acoja, que sea inclusiva, más moderna, que se comunique mejor, con un lenguaje de hoy, que renueve sus mensajes, que conecte con las ideas actuales, que no sea excesivamente moralista y que proponga una liturgia más viva y cercana. Los jóvenes valoran el esfuerzo de la Iglesia por escucharles y agradecen la labor de los que ocupan su tiempo en escuchar. De hecho, más de un 60% de los jóvenes afirman en la encuesta realizada en las diferentes Diócesis españolas que se sienten escuchados por la Iglesia, aunque el porcentaje baja cuando se refiere a ser comprendidos y a recoger sus aportaciones››.

Llegó la Semana Santa, un tiempo donde cada uno lo vive con mayor o menor sentimiento, con mayor o menor devoción, con mayor o menor presencia… pero donde no cabe discusión es en que, en todos los sentidos, se debe vivir con respeto. Es algo que nos diferencia de otras especies, aunque algunas veces no lo parezca.