La directora musical, Lara Diloy.
LittleOpera enfrenta a Mozart y Salieri en un duelo escénico con sabor histórico y guiños al presente
El público decidirá el ganador de esta batalla lírica en Zamora, que revive el histórico concurso imperial con dos óperas breves y mucho humor.
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Zamora se prepara para presenciar un duelo musical en toda regla.
Este domingo, el festival LittleOpera sube al escenario una de las propuestas más singulares y desenfadadas de su décimo aniversario: El Duelo.
Una doble ópera de cámara en la que Wolfgang Amadeus Mozart y Antonio Salieri se enfrentan, además de con su música, también con ironía, teatralidad y mucha complicidad con el público.
La cita tendrá lugar el próximo domingo 27 de julio, a las 20:30 horas, en el Teatro Ramos Carrión.
Antes, a las 18:00 horas en el Museo Etnográfico, los espectadores tendrán la oportunidad de conocer de cerca a los protagonistas en un encuentro abierto con parte del elenco y del equipo artístico.
Estarán allí la intérprete Anna Cabrera, la directora musical, Lara Diloy, el intérprete zamorano Mauro Pedrero y la directora de escena, Rita Cosentino.
La directora musical, Lara Diloy
Todos ellos están ya inmersos en los ensayos de una producción que, como destacan, reúne humor, inteligencia musical y un guiño directo al espectador.
Una batalla con siglos de historia
La propuesta parte de un hecho real: en 1786, el emperador José II organizó una especie de concurso entre compositores para decidir si debía apostar por la ópera italiana o por la alemana.
Los elegidos fueron dos nombres que hoy son leyenda: Salieri y Mozart. El resultado fueron dos óperas cortas, Prima la musica e poi le parole, de Salieri, y Der Schauspieldirektor, del genio de Salzburgo, que compartieron estreno en la misma velada.
Esa misma estructura es la que recupera ahora el festival zamorano, trasladándola al presente y confiando en que, esta vez, sea el público quien decida cuál es la vencedora.
“La idea es recrear aquel concurso, pero en un contexto actual”, explica Rita Cosentino, directora de escena de la producción.
La directora de escena, Rita Cosentino
“Las obras tienen doscientos años, pero las situaciones humanas que presentan siguen estando vivas. El humor, los conflictos entre artistas, los egos… Nada de eso ha cambiado”, señala.
Humor, talento y complicidad con el público
Una de las claves de El Duelo está en el tono: ágil, desenfadado, accesible incluso para quienes nunca han pisado un teatro de ópera.
Las dos obras se representan en castellano y en formatos breves, de menos de una hora cada una, lo que, en palabras de Mauro Pedrero, “ayuda a que el espectador se mantenga conectado de principio a fin”.
El intérprete Mauro Pedrero
Pedrero, que actúa en su ciudad y pone voz a uno de los personajes del Empresario de Mozart, confiesa que el proyecto le hace especial ilusión.
“Es una ópera divertidísima, con una música espectacular y con unos textos en castellano que funcionan de maravilla”. Y añade: “Actuar en Zamora siempre es un orgullo, pero hacerlo en una producción como esta, con este equipo, lo hace aún más especial”.
Anna Cabrera, que ya participó en el festival en ediciones anteriores, destaca el ambiente de trabajo que ha encontrado en Zamora.
“Es mi segunda vez en LittleOpera y, de nuevo, me encuentro con un equipo entregado, una organización impecable y un público que realmente vibra con lo que hacemos”.
La intérprete Anna Cabrera
Para ella, El Duelo es una propuesta “muy original y muy divertida, llena de guiños y momentos brillantes que van a disfrutar tanto los melómanos como quienes se acercan por primera vez”.
Una experiencia compartida
Para Lara Diloy, esta será su primera aparición en el festival, y no es una edición cualquiera: LittleOpera cumple diez años, consolidado como uno de los eventos más frescos y con mayor proyección del circuito nacional.
“Me hace muchísima ilusión estar en esta edición tan especial”, reconoce la directora de orquesta.
Cartel de El Duelo
“Las dos obras son muy divertidas, pero además vamos a necesitar al público para decidir quién gana. Es una experiencia compartida y eso lo hace todavía más emocionante”.
El público, en efecto, tendrá la última palabra. Tras ver las dos representaciones, podrá elegir qué obra le ha convencido más, en un gesto que recupera el espíritu original de aquel encargo imperial y lo convierte en una celebración de la música viva, participativa y sin prejuicios.
Porque, como demuestra esta producción, la ópera va más allá de grandes canciones y tragedias decimonónicas. También puede ser ligera, cómica, cercana. Y en Zamora, una vez más, volverá a demostrarse.
