Manifestación por las calles de Laguna de Duero contra la tasa de basuras del Ayuntamiento

Manifestación por las calles de Laguna de Duero contra la tasa de basuras del Ayuntamiento Cedida

Valladolid

Laguna de Duero, el municipio con la tasa de basuras más cara de Castilla y León: una “retasa” que provoca una gran protesta

147 euros al año de media, es el precio que ha indignado a los vecinos de este municipio vallisoletano que impone una tasa de residuos que triplica la de ciudades mayores.

Más información: Los vecinos de Laguna de Duero anuncian más movilizaciones frente a la retasa de basuras impuesta por el Ayuntamiento

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Cuando los vecinos de varios municipios, entre 20.000 y 40.000 habitantes, de tamaño medio, entre ellos Laguna de Duero, comenzaron a recibir este otoño notificaciones con el concepto 'Tasa por recogida y tratamiento de residuos urbanos', muchos pensaron en un error.

Pero no lo era. Se trata de un nuevo cobro anual que, en la práctica, vuelve a gravar un servicio que los ciudadanos ya pagan vía impuestos municipales.

Los ayuntamientos lo justifican amparándose en una Directiva Europea y en la reciente Ley estatal de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

Sin embargo, tras analizar los textos legales, las cifras presupuestarias y los testimonios de técnicos y juristas, emerge otra realidad que explican desde la asociación La Calle de Laguna de Duero: “No es una obligación impuesta por Bruselas, sino una decisión política de cada consistorio”.

“La Constitución y la Ley de Bases del Régimen Local permiten a los ayuntamientos definir sus tributos, pero también les obligan a respetar los principios de equidad, transparencia y proporcionalidad fiscal”, explican.

Aun así, en algunos municipios se están viendo mociones y discursos que trasladan la responsabilidad a otras administraciones.

Basuras en la ventana del Ayuntamiento

Basuras en la ventana del Ayuntamiento

Laguna de Duero ha terminado convirtiéndose en el caso paradigmático, la tasa más alta de Castilla y León, y una de las más elevadas de España, según denuncian las asociaciones vecinales.

La retasa 2.0

La nueva tasa aprobada por el Ayuntamiento de Laguna se apoya en un decreto de la Concejalía de Servicios Económicos y en la modificación de ordenanzas fiscales del pasado año.

Para las asociaciones vecinales, no es una tasa más, sino una “retasa”. Se cobra de nuevo un servicio ya financiado desde 2015 a través del IBI, cuando se derogó la anterior tasa de basuras.

Luis Miguel Pérez, presidente de la Asociación Vecinal La Calle, lo resume con contundencia a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

“Esta tasa en Laguna no es una tasa, es una retasa. En 2015 se quitó porque movilizamos a miles de vecinos. Desde entonces se ha pagado su coste vía IBI. Ahora vuelven a cobrarla, pero sin bajar el IBI. Estamos pagando el servicio dos veces.”

En efecto, cuando se integró el servicio en los ingresos generales, el coeficiente del IBI se aumentó un 0,5405 %, elevando la recaudación hasta los 4,4 millones de euros. Ese incremento era precisamente para costear la recogida y tratamiento de residuos. Ahora, sin retirarlo, se suma un recibo nuevo.

No es un debate solo político. Hay doctrina judicial que avala a los vecinos. Diversas sentencias del Tribunal Supremo advierten que no puede cobrarse simultáneamente un impuesto y una tasa por el mismo servicio si no existe una prestación ampliada o diferenciada.

Protesta ante la puerta del Ayuntamiento de Laguna de Duero

Protesta ante la puerta del Ayuntamiento de Laguna de Duero Cedida

Pero en Laguna no ha cambiado nada, ni se han incorporado sistemas individualizados de medición, ni se ha ampliado la recogida, ni ha aumentado el personal, denuncian para insistir en que “los contenedores son los mismos y el sistema de recogida no ha sufrido innovación alguna”.

147 euros de media

Laguna de Duero se sitúa en lo más alto del ranking autonómico de tasas por residuos. Muy por encima de ciudades con varios cientos de miles de habitantes y sistemas de recogida más complejos.

Las tasas municipales en distintos municipios de Castilla y León presentan notables variaciones en función de la localidad y su volumen de habitantes. Entre los municipios analizados, Laguna de Duero, con alrededor de 22.800 habitantes, registra una tasa media estimada de 147 euros anuales, situándose como la más elevada del listado.

Le sigue Cuéllar, que con unos 9.530 habitantes aplica una tasa de 93,25 euros al año.

En las principales capitales de provincia, los importes son más moderados. Burgos, con una población cercana a los 175.000 habitantes, fija una tasa anual de 89,76 euros, mientras que Salamanca, con más de 146.000 habitantes, establece un importe de 87,12 euros. En Segovia, donde residen unas 53.569 personas, la tasa se sitúa en 85,16 euros.

Valladolid, la ciudad más poblada de la comunidad con más de 300.000 habitantes, aplica una tasa de 70,78 euros anuales. León, con algo más de 130.000 habitantes, reduce este importe a 35,60 euros.

Por su parte, Soria, con una población aproximada de 90.187 habitantes, presenta una de las tasas más bajas, con 27,60 euros al año. Finalmente, Medina del Campo, que cuenta con 20.148 habitantes, establece una tasa de 49 euros anuales.

Ante esto Luis Miguel Pérez explota: “Es la tasa más alta de Castilla y León. La más alta. Y además sin relación alguna con la generación de residuos. Cobran por metros cuadrados o empadronados, no por basura real.”

Las situaciones absurdas se han acumulado entre los testimonios: personas mayores que viven solas pagando 160 o 180 euros; familias a las que se les cobra por hijos empadronados que ya no viven en Laguna; recibos muy superiores a los de capitales de provincia con toneladas de residuos muy superiores.

Uno de los argumentos del tripartito de Laguna es que la tasa responde al coste real generado por la basura del municipio. Pero los datos comparativos no respaldan ese relato.

En Laguna se generan 8.188 toneladas de orgánica y fracción resto, 409 toneladas de cartón, 264, 65 toneladas de envases y 186, 64 toneladas de vidrio. León con una tasa de 35,60 euros genera 183.846 toneladas de orgánica y fracción resto, 2.183 toneladas de envases, 3.988 de cartón y 2.403 toneladas de vidrio.

En Valladolid con 70,78 euros de tasa, según el centro de tratamiento de residuos 36.700 toneladas de orgánico, 67.300–69.400 toneladas de fracción resto, 3.193 de cartón, 2.200–4.500 toneladas de envases y 9.400 toneladas de vidrio.

“Está muy claro que la retasa 2.0 de Laguna nada tiene que ver con la basura generada y mucho con el afán confiscatorio”, La dureza de las declaraciones de Pérez responde a un malestar creciente.

“Esto no es ignorancia. Es recaudación pura. Es una tasa confiscatoria y la justifican culpando a Europa. Dicen que reciclar no cuesta, pero esconden que reciclar genera ingresos que otros municipios sí reciben y Laguna no reclama.”

Según la FEMP, el reciclaje puede cubrir entre el 25% y el 30% del coste del servicio y cada tonelada no enviada a vertedero ahorra entre 80 y 120 euros. Sin embargo, en Laguna esos ingresos no se incorporan a las cuentas, lo que genera un “déficit artificial” que sirve luego para justificar subidas.

Otro de los efectos más preocupantes es el mensaje fiscal que reciben los vecinos: “Da igual que recicles: vas a pagar lo mismo o más.”

El presidente de La Calle lo expresa así: “Están incentivando comportamientos incívicos: tirar todo al mismo contenedor, dejar bolsas fuera… La gente dice: ‘Ya que pago esto, que lo hagan ellos’. Eso crea un problema ambiental y un problema económico, porque luego vienen multas”.

La tensión ha estallado en la calle. 2.500 vecinos marcharon este pasado fin de semana para exigir la retirada de la “retasa”.

“No quieren dialogar. En los plenos nos retiran la palabra, nos mandan a la Policía, nos descalifican. Salimos para que escuchen, porque no escuchan.”

Las asociaciones anuncian nuevas movilizaciones si el Ayuntamiento no reabre las ordenanzas fiscales y corrige el sistema.

La propuesta vecinal

La solución propuesta por las asociaciones coincide con lo que marca la normativa europea: pagar según la basura generada, no según los metros cuadrados ni el padrón.

Pérez explica: “Pedimos algo que se hace en toda Europa: medir la basura. Hacer catas por barrios, por domicilios, y cobrar según fracción orgánica, resto y reciclables. Y que los beneficios del reciclaje reduzcan la tasa, no que se pierdan por mala gestión”.

Asimismo, miles de recibos están siendo recurridos. La asociación ha distribuido modelos de reclamación y acusa al Ayuntamiento de impedir su presentación correcta: “Han intentado imponer un modelo único, y eso es ilegal. La gente debe recurrir cada liquidación. Hay mucho recorrido jurídico”.

Las entidades agrupadas en la FEMP ya han advertido que el modelo de implantación de tasas de residuos está generando un conflicto generalizado y piden claridad al Ministerio y a los municipios.

Los vecinos hablan de “retasa”, el Ayuntamiento de “obligación legal”. La batalla continúa.