Melania, arquitecta en Carpio, habla con EL ESPAÑOL de Castilla y León
Melania (38), arquitecta y autónoma en un pueblo de Valladolid: "Hay meses que gano 1.000 €, otros mucho más"
La vallisoletana suma 20 años de experiencia laboral y asegura que “lo que peor lleva” es “ser autónoma” dentro de una “profesión que ama”.
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Melania Calleja Gómez tiene 38 años y lleva 20 años trabajando en el mundo de la arquitectura. De hecho, antes de acabar sus estudios, ya lo hacía en un conocido estudio de la ciudad del Pisuerga.
Vive en Carpio, un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, de 938 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y desde allí trabaja, con clientes de pueblos cercanos.
Ella es autónoma. Eso es lo que peor lleva, porque los meses malos gana 1.000 euros, libres de impuestos y tiene que pagar 400 de la cuota. Hablamos con ella de esto y muchas cosas más en esta entrevista.
La vida de Melania y la arquitectura
“Me considero una profesional en el ámbito rural en un mundo mayoritariamente de hombres, como es la construcción. Soy una mujer trabajadora y luchadora”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Melania Calleja Gómez.
Nuestra entrevistada es natural de la localidad vallisoletana de Carpio. Siempre ha sido su pueblo. Criada allí y viviendo en el lugar, aunque, a lo largo de sus 38 años, haya tenido que moverse por cuestiones de estudios y también de trabajo.
“Cuando era pequeña quería ser cantante hasta que fui creciendo y vi que mi voz no me acompañaba. Después, pensé en dedicarme al mundo veterinario. Fui creciendo y mis pensamientos se centraron más en el ladrillo”, asegura la vallisoletana.
Primero estudió urbanismo y topografía, que era algo que le llamaba la atención. Mientras estudiaba, en el primer curso, entró a trabajar en ALIA Arquitectura, un estudio que le “enseñó y vio crecer”. Cuando completó dichos estudios, los compañeros le animaron a seguir hincando codos y se decidió por la arquitectura técnica.
“Estudié en la Universidad Europea Miguel de Cervantes. El principal motivo de elegir dicha universidad era que estaba trabajando en Valladolid y buscaba compaginar estudios y trabajo y eso es lo que hice”, añade Melania.
En la actualidad, y con 20 años trabajados, la pucelana puede decir que es técnico en proyectos urbanísticos y operaciones topográficas, arquitecto técnico, ingeniero de edificación, especialista en BIM y Máster en Prevención de Riesgos Laborales. Casi nada.
Su trabajo y labor
Como hemos apuntado, Melania inició su aventura en el mundo laboral cuando solo tenía 18 años en ALIA Arquitectura, un estudio que se ubicaba en el Paseo de Zorrilla de la capital del Pisuerga. Allí comenzó su labor, principalmente, como delineante.
“Tuve la suerte de tener unos compañeros y un jefe maravillosos que siempre me animaron a mejorar y me pusieron todas las facilidades del mundo para seguir estudiando. Estuvo abierto hasta el año 2011-2012 y cerró por la crisis de la construcción”, nos explica nuestra entrevistada.
Fue ahí cuando comenzó su andadura como autónoma en unos años “duros” porque atravesábamos, desde el 2008, esa crisis en el mundo de la construcción, pero ella siguió en activo.
“Realicé, durante esa difícil época, proyectos para varios ayuntamientos de la zona como Brahojos de Medina o Bobadilla y entre el 2014 y el 2015 comencé a colaborar con el estudio de Jesús Eliz, en Medina del Campo, hasta que llegó el coronavirus y volví a trabajar más por mi cuenta.
Imagen de Melania
Fue ahí cuando a su cartera de clientes se sumaron otros ayuntamientos de Valladolid como Corcos del Valle, Muriel, o Velascálvaro, y también comienza a colaborar con diferentes ingenierías, sobre todo con 1A Ingenieros en Valladolid y a realizar trabajos de prevención con Más Prevención y Mds-HQP, de Madrid.
“Hasta la fecha he realizado todo tipo de proyectos. De nueva planta, rehabilitaciones, reformas, demoliciones, dirección de ejecución de obra, organización, planificación, gestión de calidad, coordinaciones de seguridad y salud y también realización de estudios y estudios básicos de seguridad y salud”, apunta.
Además de esto también ha elaborado “certificados sobre lindes, mediciones de terrenos, reparcelaciones, segregaciones, tasaciones, peritaciones, ITEs, e impartición de formaciones sobre prevención de cursos laborales. Todo, en 20 años.
“Suelo decir mucho que lo mismo hago una piscina municipal o un parque infantil, como la ampliación de un cementerio. Lo cierto es que hago de todo”, apunta.
Como señalábamos anteriormente, realizando trabajos para ayuntamientos de pueblos de Valladolid como Brahojos de Medina, Bobadilla del Campo, Corcos del Valle, Muriel, Velascálvaro, Olmedo o San Martín de Valvení, entre otros.
El salario y ser autónoma
Melania acabó su arquitectura técnica en el año 2010. Como había poco trabajo, aunque ella estaba en el estudio ALIA Arquitectura, se decidió en realizar el Grado en Ingeniería de Edificación. Ahora, con respecto a esos duros años, asegura que la situación es “mejor” aunque hace hincapié especial en la “subida de precios de los materiales y las exigencias de los clientes” que “lo dificultan todo un poco más”.
“Lo malo de ser autónoma es que hay meses con mucho trabajo y otros con poco. Luego, son todo impuestos, pagos, colegiaciones, visados o seguros. Hay meses que gano 1.000 euros, otros mucho más. Depende bastante de la temporada”, nos cuenta.
Nuestra entrevistada afirma que lo de ser autónoma es “lo que peor lleva dentro de una profesión que ama”. Cuando la construcción “está bien, una arquitecta vive dignamente si se mueve mucho para encontrar trabajos y clientes” pero “hay que moverse mucho porque el trabajo no suele llamar a tu puerta”, apunta.
“Si llama es a base del boca a boca y gracias a clientes satisfechos que hablan bien de ti a sus amigos o familiares”, matiza.
El problema de la vivienda
Sobre el problema de la vivienda y la falta de oferta, en comparación con la demanda que existe en la actualidad y la imposibilidad de los más jóvenes a acceder a ella, Melania también nos ofrece su punto de vista.
“Creo que hay una especulación con la vivienda que es inadmisible. Digo esto porque la vivienda está recogida en la Constitución y es un derecho fundamental. Cuando hay personas con 15 pisos alquilando a precios desorbitados y otras que no pueden comprarse una o necesitan todo su sueldo para pagarla, algo falla”, defiende.
Añade que es un problema “complicado” que “o se ataja desde arriba” poniendo el foco en el Gobierno o es “imposible de solucionar” aunque, aún así, ve complicada esa solución.
Sobre el Gobierno y la polémica por la tasa de autónomos surgida hace unos días afirma que ella paga “400 euros de cuota” a los que hay que añadir colegiación, visados, responsabilidad civil y demás que ha estado pagando hasta de baja por maternidad.
“Creo que los impuestos son buenos porque sirven para pagar lo público. También pienso que deben de ser controlados, no solo en su recaudación sino, sobre todo, en su destino. Una subida de cuota a las personas que no tenemos grandes ingresos es una faena porque nos empobrece y obliga a dejar de ser autónomos y marchar a la capital para ser asalariados de cualquier empresa”, indica.
Añade que esto le ocurre a ella, como arquitecta técnica, pero, también, a cualquiera que tenga un bar o sea autónomo y apuesta por “subir impuestos a las personas o empresas con grandes ingresos”.
El futuro
“Afronto el futuro con optimismo. Me considero una persona muy preparada y con muchas ganas de seguir trabajando. Es difícil trabajar en un pueblo de menos de 1.000 habitantes, pero tengo la suerte de tener clientes aquí y en pueblos cercanos”, añade Melania.
Nuestra entrevistada también se considera “afortunada” porque las ingenierías o empresas de prevención “cuentan con ella” para “sus servicios” o los arquitectos amigos le “solicitan colaboración en diferentes trabajos”.
“Mi objetivo y deseo sería que mis clientes continuaran satisfechos con el trabajo que hago. Me encantaría también, por supuesto, poder contar con nuevos clientes”, finaliza.