Imagen de Sonia Giménez en Cuba.

Imagen de Sonia Giménez en Cuba. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Sonia, una tabernera vallisoletana en La Habana: "La vida es difícil y cara en Cuba, por eso se gana más"

La profesional de la hostelería y el turismo trabaja en una cadena coordinando la labor de 14 hoteles en un país que le ha acogido con los brazos abiertos.

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Sonia Giménez Baraja es una mujer de 54 años que nació en Madrid pero que, como ella misma cuenta en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, se “considera vallisoletana” por el vínculo que guarda con la bella localidad pucelana de Castronuño.

Nuestra protagonista completó sus estudios en Hostelería y Turismo en la capital de España, especializándose como sumiller, y, desde hace seis años, trabaja en Cuba, para una conocida cadena de hoteles gestionando la labor de 14 de ellos en destino. Casi nada.

Amante de la lectura, que le ayuda a distraerse y de la cocina y la gastronomía, una pasión que ha convertido en su profesión nos cuenta todos los detalles de una vida que no tiene desperdicio y también nos habla de su día a día en el país cubano.

Sonia en Castronuño

Sonia en Castronuño Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Vallisoletana pese a nacer en Madrid

Me defino como una persona muy normal. Tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta. Cuando era joven, en Castronuño y con la cuadrilla, siempre, mi abuelo, nos daba pan con vino y azúcar para merendar. Tenía dos opciones, o hacerme alcohólica o sumiller y aposté por la segunda”, confiesa nuestra entrevistada entre risas.

Nació, como ella misma confiesa en esta conversación, por “fatalidad geográfica” en Madrid. Su madre es de Castronuño y salió del pueblo en busca de trabajo. De hecho, toda la familia por parte materna es de allí.

Cuando me preguntan de donde soy digo que de Valladolid. En realidad, he tenido esa fatalidad geográfica de que mi madre se fuera a la capital de España, pero me siento mucho más de Castronuño que de Madrid”, asegura convencida.

De hecho, añade que su padre “era casi más amante del pueblo que su madre” y todos los fines de semana cogían el coche para viajar hasta el lugar. Su tía sigue viviendo en el pueblo pucelano, en la antigua botica, pero va, cuatro meses al año, a Cuba, con su madre, para hacer compañía a nuestra entrevistada.

Sonia junto a su madre y su tía, ambas de Castronuño

Sonia junto a su madre y su tía, ambas de Castronuño Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Mi infancia estuvo a caballo entre Madrid y Castronuño. Siempre que voy a España paso por el pueblo porque la vida en Cuba es complicada y hay presión, pero al llegar a Castronuño toco tierra, tomo unos vinos con mis amigos en las bodegas y es algo que me hace coger fuerzas”, añade.

Su sueño de ser “tabernera”

Nuestra protagonista completó sus estudios básicos en la capital de España hasta terminar el Bachillerato. Después, decidió, con 25 años, hacer la carrera de Hostelería y Turismo para ser, como ella misma se define, “tabernera”.

Quería ser tabernera y lo conseguí. Me defino así porque yo enseño a ser tabernero. Me gusta el contacto con el cliente, enamorarle con lo que va a comer o beber y expandir mi pasión a las nuevas generaciones de gastronómicos cubanos”, apunta.

Se decantó finalmente por el mundo de la hotelería que “está mejor pagada y tiene mejores horarios”, nos explica. Primero estuvo 13 años en una cadena y ahora lleva 14 en otra de los cuales seis en Cuba.

“La opción de venirme a La Habana me llega por casualidad hace seis años. La empresa en la que trabajo es muy internacional. Me presentó una oferta y acepté. He pasado la pandemia aquí”, explica.

Su labor es ardua y conlleva mucho esfuerzo y sacrificio. Ella gestiona todo lo que tiene que ver con los alimentos y bebidas de la cadena que, en un total de 14 hoteles en destino, no solo en La Habana. Desde los estándares, a las compras, pasando por las relaciones con los proveedores, la optimización de costes, o el seguimiento de cobros e ingresos además de dar esa capacitación necesaria a las nuevas generaciones de Cuba.

“Me encargo de cubrir toda la parte que no se ve de la restauración”, apunta de forma acertada Sonia.

Imagen de Sonia en Cuba.

Imagen de Sonia en Cuba. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

La vida en Cuba

“El escenario actual está complicado y la situación geopolítica no tiene nada que ver con ningún otro destino. Esto dificulta acceder a recursos. También tiene sus cosas buenas. La gente aquí es maravillosa. Aquí no llegas a sentirte nunca extranjero. Te acogen muy bien, también porque tenemos costumbres similares”, explica nuestra entrevistada.

Ella vive allí con su mujer y con sus dos perros. De momento lo hará los próximos dos años, porque así lo marca su contrato. “La vida es difícil y cara en Cuba, por eso se gana más. Los expatriados tenemos condiciones diferentes en el país”, apunta.

Sonia en un conocido restaurante cubano

Sonia en un conocido restaurante cubano Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Sobre el futuro apunta que se “empiezan a ver brotes verdes” en lo que al turismo se refiere en el lugar después del duro efecto del coronavirus. Espera que este final de año se produzca un gran repunte.

De momento, estamos bien y felices aquí. El futuro a corto plazo lo vemos en Cuba, pero, a largo, en Valladolid, y en concreto, en Castronuño”, finaliza.

Una trabajadora nata, sin miedo a nada, que ama a la localidad vallisoletana.