Imagen del centro penitenciario de Valladolid, cercano a la localidad de Villanubla

Imagen del centro penitenciario de Valladolid, cercano a la localidad de Villanubla Leticia Pérez Ical

Valladolid

La cárcel de Villanubla cumple 40 años: "Hubo una época en la que los presos no querían venir aquí"

En estas cuatro décadas, el centro penitenciario de Valladolid ha sufrido una importante transformación en el perfil de los reclusos y algunas de las infraestructuras.

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Lo que se conocía como 'Cárcel Nueva', en la calle Madre de Dios, ya no lo era tanto. Los presos duplicaban la capacidad del centro y hasta instituciones penitenciarias llegó a reconocer que las instalaciones no cumplían los requisitos. Fue entonces cuando se decidió construir un nuevo centro.

Más moderna, más innovadora y adaptada a la época. Junto a las cárceles de Jaén, Picassent o Villabona, fue una de las primeras en incorporar un sistema automatizado en uno de sus módulos. El 22 de junio de 1985 abrió sus puertas el Centro Penitenciario de Valladolid, más conocido como cárcel de Villanubla por su proximidad al municipio vecino, pero que pertenece a Navabuena, en el término municipal de la capital.

La cárcel de Villanubla cumple 40 años. Una efeméride que, no obstante, no será celebrada institucionalmente, ya que no ven en esta fecha una cifra significativa y optan por esperar al 50 aniversario, según confirmación oficial a este periódico.

Pero esto no evita que no sea posible hacer una radiografía a estas cuatro décadas de transformación en el centro penitenciario de Valladolid. "Hubo una época en la que los presos no querían venir aquí", relatan algunas de las fuentes consultadas por este periódico.

Y es que la cárcel de Villanubla ha sufrido a lo largo de toda su historia varios cambios en su condición. En sus inicios abrió sus puertas como un centro penitenciario moderno, incorporando la novedosa automatización. Esto hizo que fueran unos tiempos donde los presos "más peligrosos" del país fueran destinados aquí.

La posibilidad de abrir las puertas desde una sala de mando dotaba de seguridad a los trabajadores y un mayor control de los internos más conflictivos. "Llegamos a tener la crème de la crème", apunta una de las fuentes consultadas por este periódico.

Esta misma persona precisa que antes, además, la cárcel de Villanubla era "mucho más restrictiva", haciendo del lugar un espacio detestado por los propios presos. Una situación que a día de hoy ha cambiado, con un perfil más provincial.

Interior de la cárcel de Villanubla (Valladolid)

Interior de la cárcel de Villanubla (Valladolid) EFE

Otras de las fuentes consultadas explican que con el paso de los años, otros centros penitenciarios fueron adaptando sus instalaciones a los tiempos, haciendo que la cárcel de Valladolid perdiese ese estatus de moderna.

Ahora, el perfil del preso es más de provincia, según apuntan estas fuentes. Ya no los hay con tanto poder mediático. A lo largo de su historia, algunos de los más sonados que han pasado por Villanubla son, en primer lugar, los conocidos hermanos Garfia, naturales de la propia ciudad del Pisuerga.

Por Valladolid también pasó Antonio Toro, cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, el minero asturiano procesado por el 11-M tras aportar a los autores materiales del atentado los explosivos necesarios.

Por esta causa fue también procesado Toro, pero en menor grado que su cuñado. Cumplió, no obstante, también condenas por otros delitos.

Relacionado con el 11-M, en Valladolid también estuvo Mohamed Bouharrat, cuyas fotografías y huellas dactilares aparecieron en algunas de las pruebas recabadas tras la explosión en el asalto al piso de Leganés donde se suicidaron algunos de los autores materiales del atentado y perdió la vida por primera vez en acto de servicio un GEO

En la cárcel de Villanubla cumplió también condena José Ramón Prado Bugallo, más conocido como 'Sito Miñanco', uno de los narcotraficantes más reconocidos de nuestro país.

Algunos etarras condenados, aunque "no de los más mediáticos", han permanecido igualmente cumpliendo condena en Valladolid. Todo eso en una época en la que la cárcel de Villanubla contaba con lo que entonces se consideraba un "departamento especial" por esa automatización.

Ahora bien, estas mismas fuentes precisan que "esa época ya pasó" y ahora es de un carácter más provincial. Eso no quita que aquí no haya reclusos mediáticos. Más si hablamos de los de Valladolid, como es el caso de algunos miembros del clan de los Monchines, de "todas las vertientes" de la banda del BMW o David Maroto, condenado por asesinar a su pareja y la hija de esta en 2023.

Cambios estructurales

"Villanubla ha pasado de ser esa novedad a ser una provincial antigua", apunta una de estas fuentes. En cualquier caso, esto no quita que durante estos 40 años no haya sufrido reformas estructurales. Es más, se espera que próximamente se comiencen obras en profundidad de reforma.

Uno de los cambios más evidentes es la forma de gestionar a los presos que se encuentran en tercer grado, es decir, aquellos que únicamente acuden de lunes a jueves al centro penitenciario a dormir, estando en un régimen de semilibertad.

Antiguamente, en Villanubla se disponía lo que era denominado como "sección abierta". Esto era un edificio independiente que se encontraba fuera del perímetro de los módulos de reclusión, justo antes del rastrillo.

Es aquí donde los presos en tercer grado acudían a dormir entre semana, para luego abandonar el centro penitenciario para ir a trabajar o regresar a sus casas. Con los años, éstos pasaron a un piso alquilado por la Administración en la calle Miguel Íscar de la capital vallisoletana.

Pasillos de la cárcel de Villanubla

Pasillos de la cárcel de Villanubla Leticia Pérez Ical

Ahora, en la actualidad, los presos en tercer grado se encuentran en el Centro de Integración Social (CIS) de Santovenia de Pisuerga, en la Cañada Real de Burgos. El edificio destinado a la "sección abierta", es hoy una cafetería para los funcionarios.

También se implementaron mejoras en los aparcamientos para funcionarios y familiares de los reclusos. En la entrada, antiguamente había una única caseta con unas barreras. Esta parte, según fuentes, "ha cambiado mucho".

"La caseta se ha agrandado, hay una sala donde los familiares llegan y pasan. Todo eso no existía", apuntan las personas consultadas. También se construyó una especie de jardín con huerto que es hoy destinado a las denominadas convivencias.

Y es que en la actualidad, el trabajo en la cárcel de Villanubla se centra especialmente en la reinserción social de los presos. Una metodología de trabajo que busca que aquellos privados de libertad que cometieron hechos delictivos, puedan recuperar una vida laboral y personal dentro de la legalidad.

Villanubla cumple 40 años y lo hace en el marco de una historia de transformación. Su construcción estuvo motivada por las condiciones que se recogían en la ya mencionada 'Cárcel Nueva', resultando de un estado de necesidad para dar respuesta a la problemática que azotaba al centro ubicado en la calle Madre de Dios.

Una cárcel que, además, ha estado marcada por la infranqueabilidad... hasta este año. Hasta febrero de 2025, nunca antes un preso había logrado efectuar una fuga desde el centro penitenciario. Sin embargo, Ángel Benito, condenado a 20 años por blanqueo, delito contra la salud pública y falsedad documental, logró hacerlo efectivo tras introducirse en el petate de un preso que salía en libertad.

Una rocambolesca fuga que en su momento ha ocupado todas las portadas nacionales, hasta derivar en el cese de quien era el director de la cárcel hasta entonces, Carlos Blanco. Su sucesora, abriendo así una nueva etapa, fue Nuria San José, que durante más de 15 años ha sido psicóloga del centro y subdirectora de Tratamiento.

En la actualidad, el centro penitenciario de Valladolid, contando a quienes están en tercer grado en el CIS de Santovenia de Pisuerga, ronda los 490 reclusos. Cuarenta décadas de transformación y que ya encarrilan así la última década hasta cumplir el medio siglo de historia.