Alicia Armentia en una entrevista anterior con EL ESPAÑOL de Castilla y León

Alicia Armentia en una entrevista anterior con EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Una mujer única de trayectoria dorada se jubila: "Me arrepiento de no haber dedicado más tiempo a la familia"

Alicia Armentia dice adiós a sus trabajos después de 42 años.

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Alicia Armentia (66 años, Madrid) es una gran profesional. Es madrileña de nacimiento, pero, se podría decir, sin miedo a equivocarnos, que su corazón es ya vallisoletano ya que suma muchos años en la ciudad del Pisuerga.

Es especialista en Alergia por el Centro Ramón y Cajal de Madrid y jefa del Servicio de Alergia del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, centro al que llegó en 1987. Además, fue la primera catedrática de Alergia de España desde el 2018.

De hecho, desde el año 1991 es profesora de la Universidad de Valladolid y confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que “impartía con ilusión la asignatura de Alergia” compaginando así la investigación y la docencia.

Comenzó su actividad científica allá por el año 1986 con su tesis doctoral sobre inmunoterapia rápida y cuenta con seis sexenios reconocidos de investigación, casi nada.

Sus proyectos se encuadran en la hipersensibilidad a alérgenos vegetales, análisis molecular, alergia alimentaria, alergia profesional y a abuso de drogas. Ha realizado estancias en diversos centros extranjeros y cuenta con 239 artículos en revistas de alto impacto.

Alicia ha editado varios libros y participado y organizado en numerosos congresos de carácter nacional, e incluso, internacional dirigiendo 45 tesis doctorales y numerosos Trabajos de Fin de Grado.

Alicia Armentia hace años, en el Hospital Río Hortega.

Alicia Armentia hace años, en el Hospital Río Hortega. Fotografía: Eduardo Margareto / ICAL.

También fue miembro de la Comisión Nacional de la especialidad en Alergia del Ministerio de Sanidad y Consumo desde el año 2006 y desde 2011, académica de número de la Real Academia de Medicina. Hasta el 2016 la presidenta de la Sociedad Castellano y Leonesa y ha recibido muchos premios.

Nuestra entrevistada, tras estos logros, se jubiló el pasado 2 de mayo tras cumplir los 66 años y ahora se centra en disfrutar de los suyo, de su familia, lo más importante que hay en la vida.

Una persona “sencilla”

Me defino como una persona sencilla, normal, que intenta evitar el sufrimiento de los demás. De cualquier tipo. Aunque no siempre lo logro, pero pongo voluntad en arreglar las cosas que puedo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Alicia Armentia.

Tras nacer en Madrid llegó a Valladolid en el año 1964 y se enamoró de la ciudad nada más llegar. Recuerda su infancia de manera “muy alegre” y asegura que “no ha tenido hermanos” pero que rápido se hizo amigo de José Luis, un abogado con el que compartió mucho tiempo.

“Jugábamos en el barrio de Arturo Eyries donde había montones de tierra para pasar un buen rato jugando. Luego me hice muy amiga de pequeños del barrio y quedábamos para nadar en el río Pisuerga”, añade nuestra protagonista.

Desde pequeña se interesó, y mucho, por la ciencia, que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera.

Una clara vocación

“Me gustaba mucho la ciencia en general, lo que tenía que ver con la naturaleza desde pequeña. Mis padres decían que siempre preguntaba el porqué de todo. Necesitaba encontrar la causa de las cosas”, explica Alicia.

Aprendió a escribir rápido. Con cinco años, de hecho, elaboró una nota filosófica de las cosas para asegurar que “somos polvo de estrellas” y que “aunque cada uno toma una vida y forma diferente, al fin todos venimos del mismo polvo estelar”.

También le gustaba mucho Egipto, como defendían a los faraones momificados, hasta que comenzó a estudiar Medicina, aconsejada por su padre, con una carrera profesional que ha estado cargada de éxitos y de mucho trabajo.

Alicia Armentia en una entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León

Alicia Armentia en una entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León

“Empecé la labor docente en 1989 aunque no fui profesora titular de la universidad hasta el 2013 siendo catedrática de Inmunopatología y Alergia. En 1987 entré en el Hospital Río Hortega y desde el 2013 fue jefe de servicio”, nos cuenta nuestra protagonista.

42 años en activo y una merecida jubilación que llegó el pasado 2 de mayo, tras su cumpleaños.

La familia

“Mi vida ha sido la investigación. Me arrepiento de no haber dedicado más tiempo a mi familia. Le debo todo a mis padres que lucharon para ayudarme y para conseguir que pudiera estudiar, en especial a mi madre, trabajadora del CSIC a la que debo mi inquietud investigadora”, afirma nuestra entrevistada.

También se acuerdo de su marido, el doctor Martín Santos, reumatólogo de su hospital, que “siempre me ha apoyado y ayudado en todo”.

Tras la jubilación quiere hacer precisamente eso, cuidar de su familia. Disfrutar de su nieta y centrarse en sus tres hijas. Siente que, a lo largo de su carrera profesional, “no” les “ha hecho el caso que merecían”.

“Me gustaría que en el futuro nuestros dirigentes comprendieran lo esencial que es no hacerse daño. No puedo ver a niños asesinados y la barbarie de las guerras. El avance científico, político y económico tiene que venir acompañado de uno moral que tristemente no se está produciendo”, asegura.

Pide ese cese de los conflictos bélicos y se despide de todos los pacientes a los que ha tratado y de los que guarda un gran y bonito recuerdo.

También quiere “dar las gracias” a periódicos como EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León que le “han permitido dar consuelo y fe a muchos pacientes que lo están pasando mal, con un mensaje y redacción más cercano que una publicación científica”.

Alicia Armentia se jubila, pero deja un gran legado en Valladolid con sus investigaciones y su gran labor.