Los novilleros Jarocho y Diego García salieron en volandas del coso de Iscar en la última de feria

Los novilleros Jarocho y Diego García salieron en volandas del coso de Iscar en la última de feria Natalia Calvo

Valladolid

Diego García y Jarocho abren la puerta grande de Íscar en el cierre de feria

A dos orejas por coleta García y Jarocho. Marcos Linares se fue de vacío por la espada

8 agosto, 2023 10:39

Se lidiaron tres novillos de Buenavista (1º, 2º y 3º), terciados y manejables. Y tres de Río Grande con caja y hechuras de cuatreños, pero solo tuvieron fachada. El 5º fue aplaudido de salida por su impresionante presentación: un auténtico toro. Casi media plaza en tarde calurosa, sin llegar al bochorno del día anterior. Los tres novilleros debutaban en Íscar.

Diego García

Abrió plaza el espigado y curtido novillero madrileño que, en unos días, tomará la alternativa en su tierra natal: San Sebastián de los Reyes. Buen recibo capotero a su primero con regalo de un quite. Con la franela citó de rodillas a un novillo que tuvo cierta movilidad y clase. Ya de pie, Diego lo toreó por ambos pitones llegando con fuerza a los tendidos. Epilogó con luquesinas. Con la espada se atracó de toro y se le fue la mano. Paseó una oreja. Le pidieron con fuerza la segunda.

Con el Río Grande que hizo cuarto, de impecable presentación, el de Sanse lo recibió con una larga y colocó tres pares de rehiletes, uno de ellos de espectacular ejecución. Tras coger la flámula brindó a la veterana peña “El Abuelo”. Con la zurda buscó ligar las series, pero el santacolomeño no permitió excesivo lucimiento ni con las manolas últimas que Diego le recetó. Tuvo que descabellar tras pinchar y le mandaron un recado del palco. Y el pañuelo blanco asomó de nuevo concediendo la oreja.

Marcos Linares

El menudo novillero jienense tiene detalles y maneras muy buenas. Pero se atasca con los aceros y eso le puede perjudicar seriamente. Al de Buenavista le hizo unas chicuelinas galleando de perfecta y bella ejecución. Antes lo recibió por verónicas. Con la franela solo logró algunos muletazos de calidad con la mano diestra, El animal protestó con la zurda. Linares conoce los terrenos de los toros y sabe meterles mano con decisión y torería pinturera. Con los aceros ya lo hemos comentado: la cruceta fue su cruz en Íscar. Su labor fue silenciada tras sonar un aviso.

El de Río Grande que hizo quinto fue un auténtico toro, pero solo fachada. La sosería predominó en el voluminoso animal, que bien hubiera podido lidiarse en cualquier plaza de primera como cuatreño. Le dieron leña en el caballo, pero no se comió a nadie. Fue un animal desaborido y descastado que, a pesar de la férrea voluntad de Linares de sacarle faena, resultó deslucido. Hubo destellos con la zurda que gustaron al tendido. Volvió a fallar con la espada y sonó un aviso. El público le animó con sus palmas a dar una vuelta al ruedo.

Jarocho

El dinástico burgalés venía sustituyendo a Jaime Hernández. Tiene raza el de Huerta de Rey, y va adquiriendo oficio en esta difícil profesión que iniciara su abuelo. Su padre, Roberto Martín, matador de toros y ahora excelente subalterno, se encarga de su gestión, además de ponerle a los novillos en suerte gracias a su experiencia y buen saber. Ayer lo volvió a demostrar en Íscar.

Garboso estuvo con el capote y quitando por delantales. Los rehiletes son una de sus suertes predilectas; brilló con un par al quiebro que fue muy aplaudido. Con la franela nos recordó a aquel fabuloso Roberto Domínguez, salvando las distancias, que iniciaba sus trasteos haciendo la genuflexión -casi de rodillas-. No fue una faena completa porque el animal no admitió ni un derechazo. Sin embargo, Jarocho dibujó unos naturales a pies juntos que tuvieron mucha enjundia. Las manoletinas finales llegaron al tendido. Mató arriba tras pinchar y el público le pidió la oreja.

Sonaba la jota de Íscar como despedida de la feria taurina y salió el sexto de Río Grande, no tan aparatoso como sus hermanos, pero muy abanto, además de parado y descastado, lo que propició escaso lucimiento en los tres tercios. Todo lo puso un Jarocho enrazado y contrariado por la negativa del animal a embestir. Solo pudo lucirse con una serie por la derecha. El novillo se agarró al piso y no hubo forma de sacar pases ligados. Mató de estocada en corto y por derecho y golpe de cruceta. El esfuerzo se vio compensado con otra oreja, por lo que le valió salir en volandas junto a Diego García.