"Es una historia muy bonita y desconocida", ha afirmado el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, tras presentar este miércoles, 8 de marzo, los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en el Patio de la Hospedería de San Benito y que han descubierto grandes estructuras de lo que fue el primer castillo de la ciudad, datado en el siglo XII, en la época posterior a Alfonso VII 'El Emperador'.

El arqueólogo encargado de dirigir los trabajos, Javier Moreda, ha sido quien ha explicado toda la historia que esconde esta fortaleza que fue la que se erigió sobre las líneas de defensa de la ciudad, marcadas por el río Pisuerga. El arqueólogo ha aseverado que este alcazarejo se levantó tras la separación de los reinos de Castilla y de León. El descubrimiento de esta gran edificación fue con las primeras excavaciones llevadas a cabo en los años 1989 y 1990, momento en el que se hicieron una idea de cómo era este primer castillo de Valladolid.

Moreda ha afirmado que fue esta fortaleza la que dotó de una "identidad de villa" a lo que es ahora la ciudad. Gracias a la documentación histórica, que es "muy escueta", los investigadores han podido conocer que el castillo era de planta cuadrada y que tenía ocho cubos circulares, uno en cada esquina y en los entrepaños. 

El arqueólogo Javier Moreda explica a Óscar Puente la historia del primer castillo de Valladolid.

Cuando comenzaron las excavaciones hace ya varias décadas se pensaba que lo primero que encontraron era un trozo de muralla, y "así salió en la prensa local". "Eso no era cierto, era uno de los restos del alcazarejo porque la indicación que afirmaba que se encontraba en el ángulo noreste estaba equivocada", ha puntualizado.

Por eso, Moreda ha matizado que el castillo está realmente situado al oeste del actual Patio de la Hospedería de San Benito, pero "en su esquina sur". El levantamiento de este elemento de defensa desembocó en que, a raíz del momento de "inestabilidad" que se vivía por aquel entonces, Valladolid se convirtiese en un "punto fijo y un puerto seguro". 

"Un montón de comunidades rurales que están en tierra de nadie se trasladaron a Valladolid, ya que lo consideraban mucho más seguro", recalca el arqueólogo. Un conocimiento que descubrieron a raíz de que a finales del siglo XII la ciudad pasa de tener dos iglesias, aparte de la iglesia condal y la colegiata, a tres. De esta manera, se situaron la de San Pelayo, lo que ahora es San Miguel, y San Julián, que está en la cabecera de San Benito. "Eso nos indica que esos grupos cuando vienen aquí traen a su santo", ha aclarado.

Sin embargo, los trabajos han permitido esclarecer que el castillo no se construyó en primera instancia como resultó ser luego posteriormente. Moreda ha aseverado que en una época posterior le añadieron una fortificación más importante y grande, que fue la del alcazar mayor, situada en la zona que ahora es el Museo del Patio Herreriano. Entre los vestigios descubiertos, se encuentra uno de los cubos circulares de los que sale una pared en diagonal en la que se situaría lo que era la puerta de entrada a Valladolid. 

Uno de los restos del primer castillo de Valladolid, que conservan 4,5 metros de altura.

En la actualidad, destaca el "gran alzado" que presentan los restos que aún perduran, de unos cuatro metros y medio y que se encuentran, precisamente, bajo el Monasterio de San Benito, gracias al cual se da esta circunstancia. "Es el último yacimiento de Valladolid en el que que se encuentran ruinas de carácter arqueológico de esta envergadura", recalca Moreda.

Una circunstancia que se dio gracias a que durante la construcción del Monasterio, en el siglo XVI, los monjes empezaron a elevarlo sin aceptar la cuesta, intentando meter toda la edificación en el mismo plano del castillo. "Para esto tienen que crear esta terraza. Al crearlo lo que tienen que hacer con los edificios anteriores es desmochar lo que sobresale de la nueva cota de nivel y el resto lo dejan enterrados porque les viene muy bien, por una parte, para asentar las nuevas estructuras y por la otra para los rellenos y connotaciones que van a efectuar en toda esta zona", relata el arqueólogo. 

Cabe recordar que el Monasterio no se edificó en un solo periodo, sino que durante el siglo XVI lo único que se mandó construir fue la fachada de la portería y los primeros arcos para comunicar con lo que era el alcazarejo. "Tenemos que esperar al siglo XVII para la planta norte y hasta 1702 y 1704 no derriban el alcazarejo", finaliza.

Estos trabajos arqueológicos para descubrir lo que fue el primer castillo de Valladolid se encuentran dentro de los pasos previos a las obras que se llevarán en la Casa Consistorial y el propio Monasterio de San Benito, financiadas con fondos europeos. El concejal de Planteamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia, ha explicado que tras estas obras, enfocadas a la mejora del comportamiento bioclimático y energético de sendos edificios municipales, el castillo será tapado, aunque queda datado y ya se sabe en qué condiciones está.

No obstante, en el futuro "cabe la posibilidad de hacer un proyecto más ambicioso", tal y como ha matizado, pero ha añadido que este sería de "gran envergadura". Este consistiría en hacer el castillo visitable, pero habría que "relacionarlo con la obra del antiguo cauce del Esgueva y las bóvedas". 

Saravia ha recordado que como consecuencia de las obras en el Ayuntamiento, la planta sótano hay que despejarla, por lo que los servicios que allí se emplazan pasarán temporalmente al patio de San Benito. Cabe resaltar que uno de ellos será el del registro municipal, que se situará hasta la finalización de los trabajos en este edificio.