A la izquierda Pablo Álvarez, de la Esclusa, arriba a la derecha Egoitz Bayón, del Ruta 66, y abajo a la derecha Alberto, del Clandestino.

A la izquierda Pablo Álvarez, de la Esclusa, arriba a la derecha Egoitz Bayón, del Ruta 66, y abajo a la derecha Alberto, del Clandestino.

Valladolid

El asfixiante precio del fútbol en los bares: "Estamos obligados a tenerlo, no somos nada sin él"

Los establecimientos de hostelería de Valladolid pagan de media por encima de los 400 euros al mes

26 agosto, 2022 07:00

Es día de partido, tú equipo juega y desde por la mañana ya estás pensando en ir a tu bar de confianza a ver el fútbol con un refrigerio y tu cuadrilla de siempre. El deporte de la pelota se ha convertido en un imprescindible en nuestras vidas, pero, ¿qué ha pasado con los precios? A muchos ya les parece caro el hecho de verlo en casa, pero es que los gastos se multiplican si hablamos de un establecimiento de hostelería.

Es por eso por lo que son muchos los dueños de estos locales en Valladolid que claman contra la política de tarifas de las operadoras. Egoitz Bayón, del Ruta 66, en Parquesol, acaba de volver a contratar el fútbol un año después de tener que quitarlo porque "no podía" permitírselo. Ahora paga 448 euros al mes, mucho más comparado con la cuota en un hogar. Alberto, del Clandestino, también en Parquesol, paga 420 euros al mes, mientras que Pablo Álvarez, de la Esclusa, en la Victoria, ha tenido que descartar contratar este servicio después de pagar el pasado año 430 euros y no poder hacer frente a ello.

Un precio desmesurado al que se ven prácticamente "obligados" a contratar, según explica Egoitz, que considera que "un bar sin fútbol no es nada". "Resulta muy molesto tener que decirle a tus clientes de siempre que no les puedes dar un servicio que hasta ahora estaban recibiendo porque los precios son desmesurados", aclara el regidor del Ruta 66, que este año ha decidido volver a traer el deporte rey a su bar.

En una situación muy diferente está Pablo, dueño de la Esclusa, que ha tenido que renunciar al fútbol por las razones "económicas". "Es imposible recuperar la inversión que haces mes a mes", denuncia el joven vallisoletano a la vez que señala que es algo "inexplicable".

Por su parte, Alberto, del Clandestino, asegura que en los últimos años ha habido una subida de "más del 30 por ciento" en las tarifas del fútbol para los locales de hostelería y restauración. "Es carísima y engañosa", lamenta.

Egoitz aclara que los precios antes y después de la pandemia "no se asemejan en absoluto", y matiza que la covid-19 ha afectado "especialmente" a la hostelería. "En un bar hay muchos gastos, y el fútbol es esencial, nos hemos acostumbrado a ir a uno y que haya siempre y los que no lo tienen pierden muchos clientes", asevera con rotundidad.

En la Esclusa, que han pasado de tener el fútbol la pasada temporada a esta prescindir de él, no descartan tener que volver a contratarlo porque al final "te ves obligado" ante la fuerte demanda de los clientes, que buscan otras opciones si no la encuentran en su bar de confianza.

Ahora bien, los tres dueños coinciden en una posible solución. Poder comprar partidos de forma individual. "Hay que tener en cuenta que a la gente le hace ilusión ver los partidos del equipo de su ciudad y dos más. Al final tienes 12 partidos al mes en los cuales no todo el mundo baja a verlo al bar, ya sea por el horario o por la situación", aclara Pablo Álvarez.

El dueño del Ruta 66 va en la misma línea. "O poner una tarifa más asequible o volver al sistema antiguo, pagar por el partido que quieras, ya que no todos mueven la misma cantidad de clientela", señala. También apuesta por hacer un cambio en el sistema de pago, ya que en la actualidad este va en función de la población, para Egoitz una solución sería hacerlo por los "metros cuadrados" del establecimiento.

Por último, Alberto coincide con sus homólogos y afirma que "no estaría mal" poder elegir lo que quieres ver a un "precio razonable" en vez de pagar "los paquetes que ellos eligen.

Una guerra de precios que ha provocado que el deporte rey desaparezca de muchos de los establecimientos hosteleros de Valladolid, mientras que otros, "obligados" por la situación, se ven con el agua al cuello ante las tarifas de las operadoras para poder transmitir el fútbol en sus bares.