Irene Porro, Miguel Ángel Conde, Marina De la Fuente y Elisa Moure, jóvenes talentos de Valladolid

Irene Porro, Miguel Ángel Conde, Marina De la Fuente y Elisa Moure, jóvenes talentos de Valladolid

Valladolid

La historia de cuatro jóvenes vallisoletanos con el talento en las venas

Los artistas de Valladolid sacan a la luz su talento para deslumbrar los ojos ciegos de aquellas personas que no quieren ver

18 julio, 2022 07:00

¿Quién no ha soñado alguna vez de pequeño con verse sobre un escenario interpretando la canción más sonada del momento?, o tal vez te ha rondado la cabeza de vez en cuando esa idea de ser un gran artista y que tus obras sean tan recordadas como las de El Bosco, Picasso o Dalí

Que las palabras se queden en el aire no es una costumbre que vaya al compás de Valladolid. De palabras a hechos, la ciudad no se enriquece solo de los numerosos bares de tapeo, del espíritu deportivo vallisoletano o por la típica fama de ‘seriedad’ con la que la gente de fuera califica a los pucelanos. Dando un paseo por la calle de Teresa Gil al son del violín de un joven, llegando hasta el Teatro Calderón donde se encuentra la Escuela de Bellas Artes o incluso pasando por el Conservatorio Miguel Delibes no es de extrañar si nos encontramos con jóvenes desarrollando su talento de cara al público.  

Desde músicos profesionales a amateurs, de aquellos pequeños talentos que nacen como un don y que poco a poco se van desarrollando profesionalmente en un futuro. Estamos hablando de los jóvenes, esos que ofrecen ese toque refrescante que tanto le hace falta a veces a la ciudad.

Muchos de ellos infravalorados por los típicos clichés de “Todavía te falta mucho por vivir” o aleccionados con los refraneros de “Cuando seas padre comerás huevos, pero hasta entonces...”. Otros caídos en el combate del olvido en las reuniones familiares donde la única aportación de valor en un “las notas y las clases han ido bien este año”. 

Mientras los adultos están a sus cosas, ellos crean, idean, componen, se reinventan para hacer de su pasión algo especial, algo que poco tiene que envidiar a los debates de política que surgen en las cenas navideñas o de las conversaciones en las que los padres no dejan intervenir con la típica de “Tú, oír, ver y callar”. Los jóvenes talentos están hoy más latentes que nunca en las calles de Valladolid, pero al igual que todo lo bueno, cuesta encontrarlo y para eso hay que saber buscar bien. 

Un sueño hecho realidad 

Y es que la pasión, la vocación y las ganas de hacer cosas buenas no solo vienen desde que somos pequeños. Sin embargo, en el caso de Marina fue totalmente así. Un hobbie fue el causante de que su gran pasión se convirtiese en un plan de futuro a largo plazo. La joven asegura que su pasión por cantar le viene de atrás. “Llevo muchísimo tiempo cantando, básicamente desde que tengo uso de razón. Me metí en bachillerato de artes y ahora estoy estudiando en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León en el Miguel Delibes”, comenta mientras hace un repaso cronológico lo más exacto posible.  

Y es que Marina ha aprovechado cada una de las oportunidades que se le ha presentado. Conocida por su círculo cercano como una chica movida, con pasión y con un gran interés por aprender cosas nuevas, la joven continúa formándose profesionalmente soñando con alguna vez aparecer en los musicales más taquilleros de Madrid. “Me encanta el teatro musical, a pesar de que sé que es difícil colocarse. Si quiero dedicarme a ello me tengo que ir a Madrid, lo tengo claro.”, aclara.  

Las expectativas de Marina y su gran vocación por el mundo del canto reaparecen en la conversación tras nombrar uno de sus proyectos más recientes ‘Miedo a perder’, su primera canción. 

Marina en el videoclip 'Miedo a perder'

Marina en el videoclip 'Miedo a perder'

“El tema de la canción surge de un tiempo atrás. Un día estaba en mi casa, no estaba pasando por una buena época y tenía los sentimientos a flor de piel. Tenía miedo a perder a ese alguien y sin darme cuenta empecé a escribir en un papel ‘Miedo a perder, miedo a caer’, un par de frases más y ya tenía el estribillo”, subraya la joven con aire emotivo. Y es que la canción no solo ha salido adelante por iniciativa de la cantante, Marina recalca que sin la ayuda de Celia y Abel el proyecto no hubiese salido adelante.  

“Se lo enseñé a mi amiga Celia, me dijo que del estribillo podría salir algo muy chulo. Empezó a tocar los primeros acordes al piano y sonaba increíble. Cuando ya tuvimos la canción entera el hermano de Celia, Abel, me ayudo a formar el videoclip. Le conté las ideas que tenía en mente y las plasmamos en el rodaje”, apunta la joven haciendo referencia a que el proceso de grabación del videoclip fue en tiempo récord de un solo día.  

Abel, quien es una de las claves creativas de la grabación no se queda atrás en esta historia. La cantante asegura que “hizo un gran trabajo en la edición del video” editándolo en un tiempo récord para que pudiese salir al público en el mes de octubre. “El mes diez siempre me da buena suerte”, comenta la joven sonriendo dulcemente. 

Videoclip de Marina 'Miedo a perder'

La joven artista añade que desde el principio ha contado con el apoyo incondicional, ya no solo de Celia y Abel, sino de los amigos que le han estado acompañando durante todo el proceso. “Por todo el apoyo que estaba recibiendo durante el proceso de creación del videoclip decidí hacer una fiesta de lanzamiento en donde estuviesen todos mis amigos. Cuando fueron las 00:00 horas de la noche vimos todos juntos el videoclip. Fue un momento mágico, uno de los mejores de mi vida”, aclara la cantante haciendo referencia a que el lanzamiento de la canción es uno de los momentos que sin duda recordará el resto de su vida. 

Músicos de toda la vida 

Si algo de especial tienen los jóvenes es que nunca dejan de sorprender y mucho menos tratandose de talento. El caso de Miguel Ángel es uno de esos que va más allá de la pasión y vocación, sino que va unido de cierta manera a su estilo de vida.  

El joven de 21 años lleva cantando desde los cinco. A pesar de que unos años más adelante hizo un parón como artista porque pensó que el mundillo no iba con él no ha dejado de moverse por los escenarios ni un minuto. “Llevo cantando en coros desde los 5 años. Empecé en el de mi antiguo colegio, el ‘Coro Joven de Valladolid’, en el que estuve cantando más o menos 3/4 años. Actualmente estoy cantando en el ‘Coro Piccolo de Valladolid’, un coro de adultos”, expone el joven cantante acomodándose en la silla.  

Miguel Ángel y su hermano en el coro

Miguel Ángel y su hermano en el coro

La trayectoria de Miguel no ha hecho más que tomar punto de partida, realizando algunos proyectos en el Coro GMA (Grupo Música Antigua), hasta llegar al Coro Piccolo donde asegura que hay “bastantes proyectos abiertos”.   

“He podido hacer muchos proyectos interesantes, sobre todo los que llamamos participativos. Estos son proyectos que se hacen en el Miguel Delibes, en los cuales las agrupaciones corales de Valladolid e incluso gente que va a cantar individualmente creamos un coro grande que es Coros de Castilla y León y hacemos un proyecto conjuntos con la OSCYL (Orquesta Sinfónica de Castilla y León)”, señala el joven con entusiasmo.  

Y es que si algo le califica a este joven artista es la humildad y el empeño que le dedica a cada uno de sus proyectos. Desde un popurrí de piezas de Mozart, Bach, hasta actuar en solitario en varias ocasiones con el Proyecto Ópera de la JUVA. "La primera ópera que he realizado es en el Calderón con la ‘Traviata de Verdi’", proyecto del que se siente muy orgulloso. 

Miguel Ángel Conde antes de salir a actuar en la Traviata de Verdi

Miguel Ángel Conde antes de salir a actuar en la Traviata de Verdi

Miguel no se olvida de donde le viene esta pasión por la música con la que tanto ha permanecido en contacto. "Vengo de una familia de músicos. He sido violinista unos cuantos años, hasta que me di cuenta que no era lo mío. Mi hermana es pianista profesional y mi hermano profesional de flauta travesera. Mi padre cantante y músico autodidacta desde pequeño, ha tocado instrumentos de viento y cuerda. Mi madre es cantante también.", describe el joven con aire nostálgico.

A la trayectoria del cantante se le suman dos musicales en los que ha tenido papel. Y es que se trata nada más y nada menos que una adaptación del musical 'Don Juan Tenorio' y 'Causa-Efecto'. Con estas oportunidades y con más frentes abiertos a largo plazo, Miguel Ángel poco a poco se va enriqueciendo de la música que le ha acompañado desde que tiene uso de razón. 

Más allá del talento 

Y es que si estamos hablando de arte en todas sus formas ya sea pintura, fotografía, escultura...Elisa Moure ha estado metida en todas esas ramas. 

Apasionada desde siempre por el mundo del arte, la joven comienza a desarrollar en la ESO sus primeros dibujos en un cuaderno. Sin embargo, su talento y vocación ha ido cambiando a lo largo de su vida. Tras matricularse en Bachillerato de Artes la artista se comienza a interesar por el mundo de la fotografía. “Empecé Bachillerato de Artes porque era lo único que más se acercaba a lo que yo quería hacer. Cuando entro lo que más me llamaba la atención era la gente. Empiezas a ver que son personas que tienen los mimos intereses que tu y que cada uno tenía un estilo diferente." 

Uno de los talleres de pintura de la Universidad de Salamanca

Uno de los talleres de pintura de la Universidad de Salamanca

Tras terminar sus estudios de bachillerato decide meterse en la carrera de Bellas Artes en Salamanca y especializarse en la rama de audiovisuales, donde ha realizado varios trabajos de fotografía y algunos cortos experimentales. La artista apunta que los dos primeros años de la carrera "se encargan de que sepas tanto pintura, dibujo y escultura" Sin embargo, la trayectoria de Elisa se va por la rama de la imagen tras cursar en segundo de carrera la asignatura de 'Fotografía'. 

"Me di cuenta de que la fotografía, el videoarte y las performance eran lo más parecido a la idea que tenía yo de expresarme.", comenta la joven mientras hace un repaso por la galería de su Canon. Tras intercambiar unas cuantas palabras más la artista confiesa de donde le viene su pasión por la fotografía. "De pequeña pillaba la típica cámara compacta de mis padres y en las reuniones familiares, viajes o comidas de familia empezaba a sacar fotos.", apunta Elisa señalando una imagen de su familia veraneando en Benicàssim. 

Y es que en primero de la ESO le llego lo que supondría para ella su principal herramienta de trabajo. "Me regalaron una cámara réflex, sin saber muy bien porqué. Ahí fue cuando empecé a coger objetos de mi casa y hacía fotos de estilo bodegón. Poco a poco me fui quedando sin objetos en casa para fotografiar y comencé a hacer sesiones de fotos a mis amigos, paisajes urbanos, etc.", explica.

Fotografía de Elisa en 2019

Fotografía de Elisa en 2019

Explorando más allá su pasión por la fotografía decide abrirse una cuenta de Instagram bajo el nombre de 'uruz.alguiz', donde comienza a subir sus primeras sesiones. Y es que es cuestión de tiempo que el ‘feed’ de su Instagram empiece a mejorar, es en 2021 donde más proyectos a comenzado a hacer. Poco a poco sus fotografías van cogiendo un tono más profesional y decide cambiar el nombre de su cuenta a 'elim.graphy', donde va colgando sus primeras sesiones de fotos. 

Fotografía de sesiones actuales

Fotografía de sesiones actuales

  

La artista visual ya no solo destaca su pasión por la fotografía, sino que en la conversación también surge el tema del grabado. "En el último curso, había una asignatura relacionada con la técnica de grabado, y ahí se quedó. Más adelante, en la carrera lo retomé con una asignatura que se centraba específicamente en eso.", subraya. "A partir de ahí, intenté hacer un mix de cosas que había aprendido en bachillerato y en la carrera y empecé a hacer varios diseños en mi casa para poder venderlos posteriormente como piezas únicas, ya que al tratarse de grabados nunca son piezas repetidas, todas y cada una de ellas son únicas e irrepetibles.", concluye Elisa mientras esparce por la mesa unas cuantas piezas.  

Grabados realizados por Elisa

Grabados realizados por Elisa

La armonía de la conversación toca a su fin, no sin antes preguntar por sus próximos proyectos. "A largo plazo siempre tengo algo pensado, es raro si no hay algún proyecto rondándome la cabeza. No suelen ser cosas en concreto, normalmente lanzo una lluvia de ideas relacionadas con la fotografía, me las apunto y cuando veo que puedo sacarlas a delante me pongo con ello.", termina de explicar tras recoger la mesa del escritorio. 

Elisa mira por la ventana de su cuarto y echa un ojo a su telefono movil, mira la app del tiempo y coge su cámara. "Hace calor, pero lo mismo me paso por el lago a hacer unas fotos".

Pequeñas promesas

El talento toca todas las edades y llega hasta lo más pequeños. Es el caso de Irene Porro Rossi patinadora sobre ruedas. La pequeña con tan solo 12 años ha ganado ya varias competiciones a nivel nacional en las categorías del Campeonato de España de Parejas de Artístico y Parejas de Danza. Y este año se ha estrenado ganando el Campeonato de España de parejas de danza e individual en la categoría de 'solo danza y de parejas de artístico'. 

"Empecé a patinar cuando tenía 5 años en 2015. Decidí el patinaje porque lo fui a probar con una amiga porque daban clases gratis de prueba, me gustó bastante y me quedé ahí", señala la pequeña con entusiasmo. La joven patinadora refleja con cada palabra su pasión por las ruedas.  

Irene Porro participando en una competición

Irene Porro participando en una competición

"Lo que más me gusta de patinar es que me siento yo misma. Me siento que voy libre por el escenario, como si volase.", apunta Irene. La patinadora confiesa que su mayor sueño por el momento es poder tener la oportunidad de llegar a un campeonato europeo o un mundial. Sin embargo, la pequeña comenta que tiene por delante muchas cosas en las que trabajar. "Voy a participar en la Copa de Europa en Holanda y en el Open de danza de Hettange en Francia", anota. 

Y es que Irene no ha tenido ni un minuto de descanso en su recorrido, aunque ella prefiere tomárselo con calma. "Voy siempre poco a poco a la meta que quiero, proponiéndome pequeñas cosas para llegar a algo más grande.", señala la pequeña patinadora. La joven lo tiene claro, y a pesar de su corta edad la madurez y empatía brotan de sus palabras. "El talento se trabaja en cuestión de esfuerzo y de trabajo y es algo a lo que dedico mucho tiempo y hay que trabajar día a día. Hay que dejarse llevar por las ruedas", termina con tono sonriente.

Punto y final 

La Calle Teresa Gil llega a su fin en la esquina, en frente del Mercado del Trigo. En paralelo al local, un chico tocando el violín. Un hombre con un perro guía se para unos minutos a escuchar. Al rededor suyo un goteo de gente intermitente que parece interesarle poco la actuación del joven. El violinista termina su pieza y el señor se pone en marcha en dirección Fuente Dorada. En el momento que pasa por delante esboza una sonrisa y añade "No hay peor ciego que el que no quiere ver".