La Casa de la Beneficencia en Valladolid

La Casa de la Beneficencia en Valladolid

Valladolid

De sufrir con el COVID a triunfar por el COVID

La Asociación Casa de Beneficencia, que tanto sufrió en los primeros compases del coronavirus, ha logrado la máxima puntuación tras presentarse a un programa de subvenciones de la Junta de Castilla y León que lleva por nombre ‘Aula-Empresa’ con su proyecto: ‘El desafío del TAPSD: Resiliencia Post-COVID’

19 diciembre, 2021 07:00

La Asociación Casa de Beneficencia de Valladolid, ‘La Beneficencia’, es una entidad con más de 200 años de antigüedad. Se compone de una residencia de personas mayores, con más de 160 residentes, y un colegio, que lleva por nombre ‘La Milagrosa y Santa Florentina’ con unos 400 alumnos. Está ubicada en el Camino del Cementerio número 6, dentro de la capital del Pisuerga.

Allá por el mes de marzo de 2020, ese brutalmente sufrido en el que el coronavirus entró en nuestras vidas para no marcharse, todavía ahora casi dos años después, el centro de mayores de dicha institución sufrió el espeluznante golpe de la pandemia llevándose al 25% de los residentes y llenando de tristeza el lugar.

Aprovechando algunas experiencias en la gestión de la crisis del coronavirus, en las que varios profesores participaron activamente en la tareas de búsqueda y selección de trabajadores para la residencia y con el conocimiento de experiencias compartidas en esa fase, el claustro de profesores, con la directora pedagógica del colegio a la cabeza, Isabel Martín Sanz, confeccionaron el proyecto denominado ‘El Desafío del TAPSD: Resiliencia Post-Covid’ que se presentó al programa de subvenciones de la Junta de Castilla y León denominado ‘Aula – Empresa’ consiguiendo la máxima puntuación.

Charlamos con la propia Isabel Martín Sanz, cabeza visible de la iniciativa, y con Mariano Reglero de la Fuente, presidente de la Asociación Casa de la Beneficencia desde hace tres años, sobre un hito único y que les da fuerzas para seguir luchando y trabajando tras lo sufrido.

La pesadilla de marzo de 2020

Fuimos de las primeras residencias en España, y la primera en Castilla y León, que sufrió de manera fuerte los efectos del coronavirus. Comenzamos a contabilizar fallecimientos desde el 19 de marzo y tuvimos que recurrir a la UME para que desinfectara las instalaciones”, asegura Mariano Reglero de la Fuente.

El presidente de la Asociación Casa de la Beneficencia recuerda con tristeza ese mes, fatídico, en el que el coronavirus dejó KO, de forma literal, a ancianos, trabajadores y dirección del centro. El 25% de los residentes, prácticamente, fallecieron por el virus. 40 personas que padecieron la peor de las caras de la pandemia.

“El virus golpeó a muchos trabajadores, residentes, e incluso, a miembros de la dirección. Tuvimos que emplear medios extraordinarios para garantizar la mejor atención posible. Finalmente, con la ayuda de la Gerencia de Servicios Sociales y de Sacyl conseguimos poner los medios para frenar algo que era desconocido para todos”, explica Reglero de la Fuente.

Las noticias locales tenían, en ese mes de marzo, uno foco en Valladolid. Era el drama que se vivía en la Casa de la Beneficencia que, sin embargo, no ha contabilizado más fallecimientos por COVID-19 desde abril del pasado año y que ve ahora como un proyecto que surgió de esta mala experiencia tiene premio.

Taller de baja visión en la Casa de la Beneficencia

Taller de baja visión en la Casa de la Beneficencia

Un proyecto de oro

“Con el proyecto ‘El desafío del TAPSD: Resiliencia Post-COVID’, enmarcado dentro del programa Aula Empresa Castilla y León, se pretende fomentar una idea sobre la actual situación de las necesidades y servicios recogidos en el catálogo de la Ley 39/2006 de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia tras la gran crisis que ha supuesto para estos colectivos la llegada de la pandemia. Entendemos que la figura del Técnico en Atención a Personas en situación de Dependencia (TAPSD) tiene planteado un nuevo reto para desempeñar de manera eficaz su profesión”, asegura Isabel Martín Sanz.

La directora pedagógica del colegio nos confiesa que aprovechando las experiencias en la gestión de la crisis de la pandemia se comenzó a trabajar en este proyecto que cuenta con varias líneas de actuación que sirven para que el profesional siga avanzando con una iniciativa de oro para adentrarse en el mundo del TAPSD.

*TAPSD Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia

Las intervenciones práctico-formativas en diversas entidades dedicadas a la promoción de la autonomía, entre las que destacan el Entrenamiento Cognitivo en la Residencia de Personas Mayores de la Casa de la Beneficencia, la Estimulación Emocional en el Club de Ocio de Fundación Personas, la gestión de llamadas en el Servicio de Teleasistencia de CLECE, y otras acciones en entidades de tanto nivel como son ASPAYM Castilla y León o Intras.

La formación complementaria específica centrada en el desarrollo de habilidades y destrezas sociales para ser más resilientes y ayudarnos a salir adelante o el intercambio de experiencias formativas que se desarrollan en colaboración con diferentes entidades y personas que comparten sus testimonios personales y profesionales o las excursiones para completar la formación también están dentro del proyecto.

“El objetivo que se pretende lograr con la realización de este proyecto no es otro que el de promover el conocimiento que los alumnos de TAPSD adquieren a través de experiencias reales en centros de promoción de la autonomía y atención a la dependencia sobre su organización y funciones, con la finalidad de favorecer la adquisición de sus competencias profesionales aumentando su empleabilidad. Más aún tras la llegada de la pandemia”, finaliza la directora pedagógica.

Taller de estimulación emocional

Taller de estimulación emocional

El buen trabajo tiene premio

Un programa que se dirige a los alumnos del Ciclo Formativo de Grado Medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia, y también a los profesores participantes en el proyecto pero que puede extenderse a todas las personas y entidades implicadas en la promoción de la autonomía y la atención a la dependencia y que ha tenido premio.

“Presentamos el proyecto al programa de subvenciones de la Junta de Castilla y León dentro de la línea ‘Aula-Empresa’ y obtuvimos la máxima puntuación de toda Castilla y León en la resolución de la convocatoria que apareció en el BOCYL el 29 de noviembre de 2021. Es un gran orgullo”, asegura Mariano Reglero de la Fuente.

El presidente de la Asociación Casa de la Beneficencia añade que la iniciativa “es especialmente bonita” para, en los tiempos que corren por la pandemia, “sacar el lado positivo de las experiencias negativas” y reciben 3.000 euros que vienen bien ya que “durante el COVID-19 las ayudas han llegado a cuentagotas”.

“Este reconocimiento nos da ánimo para seguir adelante y nos hace confiar en que las personas que tenemos dirigiendo las actividades, tanto en el claustro de profesores como las personas de la residencia, son capaces de, con los medios justos, llegar al éxito. Eso nos llena de alegría”, finaliza el presidente de la asociación.