La escritora manchega Clara Sánchez ha reflexionado sobre la vulnerabilidad del ser humano, un aspecto que aborda en su última novela El amante silencioso sobre la que ha pivotado el encuentro de la Feria del Libro de Valladolid en el que ha participado hoy en conversación con Victoria M. Niño.

Durante el encuentro, la autora ha ligado esa vulnerabilidad con la incapacidad cada vez mayor en la sociedad, sobre todo por parte de los más jóvenes, de encajar los fracasos y tropezones en la vida. Si bien, sí que ha defendido que la reacción depende de cada persona.

En dos de los personajes de El amante silencioso, el detonante es un fracaso amoroso. Mientras en el caso de Ezequiel, le lleva a una situación que le hace caer en las redes de una secta, el líder de ese grupo tiene la reacción contraria y se convirtió en una persona “vampírica y cruel”.

Sánchez ha argumentado que la vulnerabilidad depende del momento de tu vida en el que cada persona se encuentre, pero “todos somos vulnerables y el depredador, el que va buscando vampirizar a los demás sabe detectar la debilidad ajena; u todos tenemos alguna”, ha expuesto.

La autora ha considerado que para estar preparados antes esos reveses vitales, “es muy importante el ejercitar el criterio sobre el mundo y sobre las personas”.

Cuando Ezequiel sufre este fracaso amoroso se hunde, está desorientado, apático y sus padres le aconsejan irse a un grupo espiritual radicado en Mombasa porque piensan que desde el continente africano va a saber valorar mejor su mundo real, que ha dejado atrás, “que en el fondo es lo que les pasa a todos los blancos que van allí”, pero incluso el consejo que llega con la mejor de las intenciones puede tener su parte negativa. “No siempre los planes salen como uno quiere”, ha expuesto.

En esta novela todos los personajes están metidos en una aventura física y de descubrimiento personal. La acción física es liberadora porque te ayuda a descubrir y en la liberación hay esperanza.