
Fermín Cacho con su mujer Susana de fondo y sus hijas Paola y Patricia
La vida del icónico atleta que triunfó en Barcelona 92: de un pueblo soriano a disfrutar del retiro en tierras andaluzas
Siete veces campeón de España al aire libre, el de Ágreda recuerda con mucho cariño todas sus victorias, en especial ese oro en los 1.500 en esos últimos Juegos Olímpicos que se celebraron en tierras españolas.
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Fermín Cacho (Ágreda, 56 años) es considerado uno de los mejores atletas españoles de todos los tiempos con un amplio palmarés. Entre sus logros destacan esa medalla de oro que consiguió en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y la plata, cuatro años después, en los de Atlanta. Dos participaciones y dos preseas, casi nada.
Todo en los 1.500 metros. Su prueba. Con la que consiguió ser, además, siete veces campeón de España al aire libre, además de campeón de Europa en 1994, a la que sumó otro bronce en 1998 y también cuenta con dos subcampeonatos del mundo en 1993 y 1997.
Sus 3:28.95, el 13 de agosto de 1997 en Zúrich, fue récord de Europa hasta el año 2013, cuando un tal Mo Farah consiguió batirlo y de España hasta que en julio de 2021 lo superó Mohamed Katir.
Tras años de logros y de mucho esfuerzo, nuestro entrevistado puso punto final a su carrera deportiva allá por el año 2003, en un Campeonato de España y tras superar una grave enfermedad.
Ahora vive “de forma feliz”, como él mismo confiesa, en Andújar, un pueblo de la provincia de Jaén, de donde es su mujer. Tiene cuatro hijas de 25,24, 21 y 12 años y no se olvida del pueblo soriano de Ágreda, donde vivió su infancia y hasta donde llega siempre que puede para visitar a su familia.

Fermín Cacho con su hija Daniella.
Ágreda y sus inicios en el mundo del atletismo
“Me considero una persona normal. Extrovertido y sin grandes alardes. No soy rencoroso y llevo a Ágreda, el municipio soriano en el que nací hace 56 años en el corazón. Las raíces no se olvidan y siempre que puedo voy a visitar a mis padres que viven allí y a mi hermana que está en Soria”, confiesa Fermín Cacho.
El soriano recuerda su infancia con nostalgia. En la calle. Le encantaba jugar con sus amigos a todos los deportes habidos y por haber. Amigos que todavía conserva y con los que se intenta juntar siempre que puede para disfrutar de una buena cena.
“De pequeño soñaba con ser futbolista. Hice mis pinitos hasta que el atletismo llamó a mi puerta. Un año, mi colegio, el Sor María de Jesús de Ágreda, compitió en los Juegos Escolares y gane una prueba con metros de ventaja sobre el segundo. Después, la historia se repitió en una prueba comarcal y cuando tenía 12 años”, explica nuestro protagonista.
Fue entonces cuando se cruzó en su camino Enrique Pascual Oliva, proclamado hace pocos días Premio Castilla y León del Deporte 2024. Trabajaba de profesor de Educación Física en Ágreda y Fermín se marchó a Soria con él para comenzar a dedicarse, años más tarde, con 17, al atletismo de manera profesional.

Fermín Cacho con Abel Antón recibiendo un homenaje en la Casa de Soria en Sevilla.
Una carrera llena de éxitos con Barcelona 92 como joya de la corona
Con 19 años, el soriano ya quedó tercero en el Mundial Junior en el año 1988. Después ha conseguido siete campeonatos de España al aire libre y tres en pista cubierta, todo hablando del 1.500.
En 1990 consiguió el subcampeonato de Europa en pista cubierta, en 1991 el subcampeonato del mundo, también en pista cubierta. Fue, en 1991, quinto en el Mundial al aire libre, en 1993 consiguió ser subcampeón del mundo en Stuttgart al aire libre y en 1994 se proclamó campeón de Europa al aire libre en Helsinki.
Entre sus logros destaca, sin lugar a duda, lo conseguido en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde consiguió el oro. Cuatro años después, en Atlanta 96, se colgó una plata, que tampoco es moco de pavo. Dos Juegos Olímpicos disputados, y dos preseas.
“Todos los triunfos y carreras tienen algo especial. Sin embargo, ser campeón olímpico, en casa, es lo más. Es a lo que aspira todo deportista. Desde que supe, en 1986, que Barcelona era elegida sede olímpica, quería estar. Pasaban los años y soñabas con la final y, finalmente, pude ganar”, explica nuestro protagonista.
Recuerda con nostalgia cuando estaba subido en el pódium y la bandera española ondeaba en lo más alto. Ahí, Cacho pensaba en todo el trabajo y esfuerzo de años anteriores. Todo lo que un deportista debe hacer para conseguir el éxito, que no es poco.
Fermín Cacho tiene también el título de Miguel de Cervantes al Deporte, la Medalla de Oro de Castilla y León, la Cruz de Diamantes de la reina Isabel II. Es hijo adoptivo en Andalucía, cuenta con la Medalla de Honor de la Legión Francesa y es Hijo Predilecto en Ágreda, donde tiene una calle, como en Soria.

Fermín Cacho en un evento de Gofit
Punto y final a su carrera y un retiro en Andalucía
“Me retiro en 2003, en el Campeonato de España de Jerez. Todo tras pasar una grave enfermedad y estar 21 días ingresado en el hospital. Informé de mi decisión a mi entrenador y a mi mujer. Tenía claro que lo había conseguido todo y tocaba dejarlo”, añade el de Ágreda hablando de su retirada.
Fue el momento de vivir el retiro junto a su mujer y sus cuatro hijas. Se fue hasta Andújar, en Jaén, para disfrutar de la tranquilidad con los suyos tras una carrera dorada y cargada de éxitos.
“Sigo haciendo viajes y estoy vinculado al atletismo. Soy embajador de Gofit. También disfruto con mi familia. Hago deporte, me encanta la cocina y pasar las tardes con mis hijas y mi mujer”, asegura.

Fermín Cacho con su hija Macarena
Fermín Cacho ofrece charlas y conferencias en diversos centros educativos. Coloquios y mensajes centrados en la importancia de la motivación y la salud mental. Dos cosas importantísimas para triunfar, ya no solo a nivel deportivo, sino también en la vida.
“Sobre el futuro siempre digo lo mismo. Dejo atrás el mejor recuerdo porque siempre pienso que lo mejor está por venir, en lo personal y en lo deportivo”, finaliza.
Fermín Cacho, historia viva del deporte español que es todo un ejemplo para los jóvenes que arrancan en el apasionante mundo del atletismo.