María José Loor posa en las instalaciones de su centro de trabajo en Múnich

María José Loor posa en las instalaciones de su centro de trabajo en Múnich Cedida

Segovia

Una joven maestra segoviana en Alemania: “Gano más del doble que en España y me siento muy valorada”

María José Loor, de solo 22 años, destaca la gran diferencia entre el sistema educativo alemán y el español y los salarios. “Con el sueldo de España no te puedes permitir una vida estable”

Más información: Una enfermera soriana regresa de Noruega ganando 3.000€ al mes: “No está bien visto estar estresada. Te animan a parar”

Publicada

A sus 22 años, María José Loor, natural del municipio de Carbonero el Mayor (Segovia), ha hecho realidad un sueño que parecía lejano hace años. Ya es tutora en una escuela infantil en Alemania.

Dejó atrás su pueblo, su familia, su pareja, con la que mantiene una relación desde hace cinco años, y emprendió una aventura que está marcada por el esfuerzo, la formación constante y su amor profundo por la educación.

“Nunca pensé que acabaría aquí”, confiesa con una sonrisa. Ella, como muchos otros españoles, ha tenido que hacer las maletas para labrarse una vida en el extranjero. Eso sí, antes de marcharse se informó y se formó mucho, sobre todo en el idioma.

La decisión de marcharse no fue impulsiva. María José, graduada en Educación Infantil, veía con preocupación la situación laboral en España y de Castilla y León. Salarios bajos, contratos inestables y la exigencia de opositar para conseguir una cierta estabilidad.

“Con el sueldo de España no te puedes permitir una vida estable”, reconoce a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

Así, durante sus prácticas en el colegio Santo Tomás de Ávila, le hablaron de un programa que enviaba profesionales a Alemania y Noruega, sobre todo maestras y enfermeras. Aunque al principio sintió miedo por el idioma y lo desconocido, algo “dentro de mí me decía que debía intentarlo”.

De esta manera, hizo varias entrevistas, fue aceptada y, de septiembre a marzo, realizó un curso intensivo de alemán en Alicante. “Todavía no era consciente de que me iba a ir”, recuerda.

Alta formación

Obtuvo el B1 de alemán y, sin detenerse, siguió estudiando para alcanzar el nivel B2, recomendado para trabajar en el país germano. Con esfuerzo y el apoyo de la empresa Global Working, que la acompañó en todo el proceso, desde la documentación hasta la llegada, firmó su primer contrato como educadora infantil. Un sueño que en España veía lejos.

La maestra segoviana junto a un cartel de una clase de niños

La maestra segoviana junto a un cartel de una clase de niños

El 26 de junio de 2024 voló a Alemania. “Me fui con unos días de antelación para preparar papeles. Y desde entonces no he parado”.

En su centro educativo en Múnich, María José es tutora de un grupo de 12 niños en un sistema completamente diferente al español. Aquí, la autonomía del niño es la prioridad. “En España se enseña a leer, escribir, contar… En Alemania se les enseña a ser independientes”, explica.

La estructura, según detalla, también es distinta. Por ejemplo, no hay una separación estricta por edades y niños de 0 a 6 años conviven en espacios. Aquí la guardería se llama Krippe y el colegio de Infantil, Kindergarten.

La de Carbonero valora haber podido combinar lo mejor de ambos enfoques. Ella, muy activa y decidida, propuso a su directora, de origen croata, incluir actividades típicas del sistema español, como cuentos en español y los famosos “Cantajuegos”, algo que fue muy bien recibido.

Incluso cuando el clima no acompaña (algo habitual por tierras germanas), el juego al aire libre aquí es innegociable. “Aquí da igual que llueva o nieve. Siempre salimos al jardín, están preparados para ello”, relata con admiración.

Quiere dejar claro que este funcionamiento se debe a su centro de trabajo, "seguramente que en otros sitios no sean tan receptivos", añade.

El sueldo

Y por supuesto hay que hablar de sueldos, otro de los mayores atractivos que hace que cada año sean más los españoles los que viajan al extranjero. En Alemania se gana más, en concreto más del doble que en España, “unos 2.600 euros netos”.

“Cobro más del doble que en España porque hay que tener mucha suerte para encontrar un puesto de educadora por 1300 euros”, lamenta cuando piensa en su tierra natal.

Eso sí, el sueldo hay que ganárselo. “Todo depende de la escuela, y de si eres tutora de un aula ya que si lo eres te suben el sueldo y también cuando llevas tiempo trabajando te suben de Stufe que es como de nivel y ya ganas más”, explica la segoviana.

Crecimiento personal

Otro aspecto vital para María José es el crecimiento personal que está teniendo en Alemania. “Ver cómo soy capaz de hacer cosas por mí misma, sin mi familia cerca, en otro país, con otro idioma... es muy gratificante. He madurado muchísimo”, algo que se comprueba al hablar con ella.

También, otro de los logros es el reconocimiento de las familias y la confianza de los niños. “Estoy muy agradecida a mi directora, a mis compañeras, a los padres. Me siento muy querida”.

Su jornada comienza a las 8 y termina a las 16:30. Durante el día, los niños desayunan, meriendan y comen en el colegio, y ella habla en alemán casi todo el tiempo. Aun así, se esfuerza por introducir el español de manera lúdica y natural.

A largo plazo, no planea quedarse en Alemania para siempre. Aunque está disfrutando y aprovechando esta etapa, sabe que su lugar está más cerca de su familia. “La experiencia es muy buena, pero lo más duro es estar lejos de ellos. Aquí se cobra bien, pero priorizo estar cerca de los míos”.

Por eso, su idea es clara, va a ahorrar, aprender, crecer y luego volver a casa. Cuando regrese a Carbonero Mayor, llevará consigo mucho más que recuerdos.

“Me gustaría que el idioma alemán siga siendo parte de mi vida. Me ha costado mucho aprenderlo y no quiero perderlo. Quiero volver siendo una persona diferente, con más herramientas, y compartir lo aprendido con mi pueblo”.

Para quienes estén considerando un camino similar de hacer maletas y marcharse para Alemania, la educadora es clara: “Que no se echen atrás por el idioma. Alemania es un país bonito, pero el principio es duro. Hay que tener paciencia. No rendirse. Siempre hay que ver el vaso medio lleno”.