Pedro Morín, alma del restaurante El Albero

Pedro Morín, alma del restaurante El Albero Daniel Pedraz

Salamanca

Muere Pedro Morín, alma del restaurante El Albero y defensor incansable del mundo taurino en Salamanca

Referente de la hostelería local, convirtió su mesón en lugar de encuentro para toreros, ganaderos y aficionados.

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Pedro Morín, histórico hostelero salmantino y figura muy ligada al mundo taurino, ha fallecido dejando atrás una trayectoria marcada por la tradición charra.

Al frente del restaurante El Albero, convertido durante años en templo gastronómico y refugio taurino, Pedro fue mucho más que un hostelero: fue anfitrión, conversador, entusiasta de la materia y un defensor apasionado de las raíces salmantinas.

Ubicado cerca de la plaza de toros de La Glorieta, El Albero fue durante décadas un lugar de peregrinación para quienes buscaban cocina con alma. 

Su plato estrella, el rabo de toro, era tan solo el inicio de una experiencia que iba más allá del mantel. Las paredes del local, siempre llenas de fotografías, carteles y homenajes al toreo, hablaban del carácter de su dueño y de su respeto por una tradición que vivía con intensidad.

Allí se sentaron toreros consagrados, ganaderos, periodistas y aficionados, atraídos por la autenticidad del lugar y por la hospitalidad de Pedro, siempre atento y generoso.

Su compromiso con el mundo taurino fue constante. Desde el propio restaurante impulsó numerosos reconocimientos, como el galardón que premiaba cada año al toro más destacado de la Feria de Salamanca, representado por esculturas de Venancio Blanco.

Muchas de esas piezas, de incalculable valor simbólico, acabaron en el Museo Taurino.

También promovió homenajes en forma de placas conmemorativas a figuras clave de la tauromaquia, defendiendo siempre esta expresión cultural y su arraigo en la identidad de Salamanca.

Su fallecimiento ha provocado una ola de mensajes de afecto y reconocimiento. Uno de los más sentidos fue el del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien expresó sus condolencias en redes sociales.

“Despedimos con tristeza a Pedro, alma del mítico restaurante El Albero. Maestro de los fogones, apasionado del toro y ejemplo de cercanía. Qué bien se comía allí y qué buenos tiempos hemos pasado junto a él. Mi más sentido pésame a su familia y amigos”.

Su muerte deja un vacío en el sector hostelero salmantino y entre quienes compartieron con él su afición por la gastronomía y los toros.