
Imágenes de las instalaciones antes de su cierre
El gran matadero de Mozárbez sigue buscando comprador un año después de su cierre
Fue una apuesta millonaria para el sector cárnico, pero tras su cierre, la instalación no logra atraer ni una sola oferta de compra.
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En la explanada del antiguo matadero de Mozárbez, en Salamanca, no se mueve ni una hoja.
Donde durante décadas se procesaron toneladas de carne y trabajaron decenas de empleados, hoy solo queda la historia de un pasado reciente.
La empresa Mataderos Salamanca S.L., que cerró definitivamente en agosto de 2024 tras un duro varapalo económico, dejó atrás unas instalaciones valoradas en casi diez millones de euros. Ahora, se busca un nuevo dueño por una quinta parte de ese precio. Y, aun así, nadie parece interesado.
La nave industrial, con más de 6.000 metros cuadrados construidos y 44.000 de parcela, está en subasta dentro del proceso de liquidación aprobado por el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Salamanca.
En manos de la administración concursal, el activo se puso a la venta en mayo a través de Escrapalia, una plataforma especializada en este tipo de procedimientos.
El precio de salida: 1.844.755 euros, con la posibilidad de pujar por lotes o por el conjunto completo.
Con apenas unas horas para que se cierre el plazo, todavía no hay ni rastro de ofertas. Ni siquiera se ha ingresado el aval requerido, unos 185.000 euros, lo que deja en el aire una adjudicación que en Mozárbez muchos veían como la oportunidad de reactivar una instalación emblemática.
El cierre que estremeció al pueblo
El final de Mataderos Salamanca fue tan repentino como doloroso. En agosto de 2024, la empresa comunicó el cese de su actividad y el despido de sus cerca de 80 trabajadores.
Lo hacía tras 28 años de funcionamiento, en medio de un escenario cada vez más complicado para el sector, especialmente tras perder a uno de sus principales clientes, que trasladó su producción fuera de Castilla y León.
La noticia cayó como un jarro de agua fría en Mozárbez, un pueblo con profunda tradición cárnica, que perdía de golpe una de sus industrias más potentes.

Imágenes de las instalaciones antes de su cierre
Pocos días después, la compañía entró en concurso de acreedores, abriendo así un proceso judicial para intentar cubrir parte de sus deudas mediante la venta de activos.
Y no solo estaba en juego el edificio principal: la subasta incluye también una vivienda anexa, patios exteriores, cuadras, salas de despiece, cámaras frigoríficas, laboratorios, sistemas de climatización industrial y otros elementos con potencial para nuevas actividades agroalimentarias o logísticas.
Nadie quiere un matadero
Que una instalación así no despierte el más mínimo interés, ni siquiera simbólico, a punto de cerrarse el plazo de pujas es, cuanto menos, preocupante.
Salamanca, tradicionalmente ligada a la industria cárnica, lleva tiempo enfrentándose a una transformación económica que ha dejado algunas infraestructuras vacías de uso. La pregunta es: ¿qué hacer con un matadero en buen estado, pero fuera de servicio?
En este tipo de subastas, las ofertas suelen apurarse hasta el último minuto. Pero el silencio hasta ahora hace pensar que podría abrirse una nueva convocatoria con condiciones distintas o un precio aún más bajo.

Imágenes de las instalaciones antes de su cierre
Un lugar con mucho que ofrecer
Pese al escaso interés, el matadero tiene muchos puntos a favor. Está junto a la autovía A-66, a pocos minutos de Salamanca capital y conectado directamente con la Ruta de la Plata.
Cuenta con red de saneamiento, depuradora propia, instalaciones eléctricas renovadas y todas las licencias industriales y sanitarias al día hasta su cierre.
El precio, muy por debajo de la tasación oficial (9,8 millones), buscaba facilitar su reactivación. Pero, de momento, la realidad es otra: nadie ha apostado por devolverle la vida.